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Tips para hacer un huerto en primavera
¿Sabías que con cáscaras de verduras y restos de poda del jardín y del pasto puedes crear el suelo perfecto para un huerto casero? Especialista indica que ésta es la época ideal para plantar hortalizas.
En estos días primaverales, acceder a frutas y verduras frescas desde tu propio patio puede ser una saludable, entretenida y económica alternativa. Si aún no has empezado, éste es el momento ideal para armar tu huerto casero.
“Hoy en día se tiene la opción de hacer nuestros propios almácigos y comenzar con la siembra de semillas o tomar la alternativa de comenzar desde el plantín, lo que podemos encontrar con facilidad en grandes tiendas de construcción y jardinería, e incluso en la feria del sector”, indica Flor Erices, coordinadora de prácticas de la carrera de Agronomía de la Universidad del Pacífico.
Antes de comenzar tu huerto, debes fijarte en la calidad del suelo que dispones. No es necesario comprar algún producto, sino que incluso puedes mejorar la tierra de tu jardín con residuos. “En toda huerta uno de los factores más importantes es la calidad del suelo que usamos, por lo que para comenzar se debe adquirir una buena tierra de hoja. Pero sería interesante comenzar a preparar nuestro propio suelo, elaborando compostaje con los desechos de la casa, como las cáscaras de las verduras, restos de poda del jardín y de la corta del pasto”, apunta la especialista.
Si ya te animaste y tienes el suelo en perfecto estado, hay que empezar con el trabajo más a fondo. ¿Qué se puede sembrar en primavera? “Todas aquellas hortalizas que se consumen en verano. Las más comunes son el tomate, zapallo italiano, cebollas, y siempre es un buen complemento las lechugas. Y un poco más entrados en octubre se podría sembrar melones y sandías”
Cuanto antes se empiece con el huerto casero, antes estarán los sabrosos resultados. Cada hortaliza tiene su fecha ideal para sembrarse, por lo que se recomienda estar atento al calendario y luego cosechar en el momento correcto.
“En cuanto a las fechas, si elegimos hacerlo con semilla se comienza antes, aproximadamente un mes antes, y se recomienda utilizar las almacigueras o incluso vasitos plásticos, que se pueden tener protegidos dentro de casa para luego llevarlos a la huerta. Tanto el tomate como el zapallo italiano, en la zona central se plantan hasta fines de octubre. Las lechugas, por otro lado, pueden ser establecidas en un rango mucho más amplio de tiempo; sólo hay que revisar bien que sean variedades de verano para evitar la ‘subida temprana’, o sea, que formen su estructura floral temprano. En cuanto a cebollas, sandías y melones, se puede durante todo octubre para trasplantar a terreno definitivo luego”
No hay que anticiparse con la cosecha, sino que se aconseja observar bien el producto para sacarlo en el momento preciso. “Cuando plantamos lechugas, es posible ir cosechando sus hojas, sin arrancar la planta y así alargar su vida útil. Si cosechamos hortalizas de fruta debemos esperar que alcancen su madurez en la planta para disfrutar de un intenso sabor y dulzor. El mismo concepto usamos en la cebolla, pero en este caso esperamos que forme la cabeza bajo tierra. En términos generales, para las hortalizas de frutas, desde trasplante a cosecha, se deben esperar unos 120 días”
Cuidados al plantar en primavera
“Lo más relevante de una huerta en primavera es cuidarse de las heladas tardías, ésas que nos acosan después del 18 de septiembre y que pueden aparecer incluso a principios de noviembre. Por eso, es muy importante ubicar cuidadosamente la huerta de forma que tenga protección natural, como un corredor o techo que de protección de los fríos y las posibles lluvias”
Las variaciones del clima en la estación de primavera suelen causar dolores de cabeza a los que se dedican a la jardinería y horticultura. Por ello, se debe tener mucho cuidado para mantener a salvo la huerta. “En las plantaciones de primavera se debe tener especial cuidado con el riego, ya que con lo variable del tiempo se pasa de un día muy nublado a un día soleado, por lo que debemos estar atentos a las condiciones del tiempo para ajustar el riego y no excedernos o ‘quedarnos cortos’ con el agua que las plantas van necesitando a medida que crecen. Se debe tener presente que las plantas de fruto (tomate, sandía, melones) necesitan más agua hacia el final del cultivo que las plantas de hoja como la lechuga.
También hay que estar atentos al control de plagas, para el que se debe utilizar productos especializados. “En cuanto a los problemas fitosanitarios, en primavera-verano son más importantes las plagas, donde destacan las polillas, pulgones y tripas. Se recomienda usar productos o técnicas naturales para su control, como establecer diferentes especies intercaladas para confundir a las plagas. Hoy en día encontramos con facilidad, incluso en el supermercado, productos para controlar estos problemas. En cuanto a las enfermedades, si tenemos cuidado con el riego difícilmente tendremos estos inconvenientes”.
Equipo SuperMadre
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