Psicología
¿ Qué es el Sindrome de Asperger ? – Habla un Aspergeriano
¿ Qué es el Sindrome de Asperger ?
Juan Carlos y yo (Isabel) comenzamos a atender a niños y adolescentes Asperger, él como Asperger y Diplomado en la materia, yo como Psicóloga, ya que tenemos muchos factores que nos motivan y apasionan.
Mostrar a la comunidad qué es y de qué trata el sindrome de Asperger ha sido lejos una de nuestras mayores alegrías, ya que lo que más se repite en consulta es lo que los padres nos señalan: “Como la gente no sabe de qué trata el Asperger y ellos se ven tan “normales”, o sea, no tienen alguna característica física que los distinga, pasan a ser los raros, los desadaptados, los desubicados, como si quisieran no establecer contacto o decir cosas a propósito”
¿Qué es el Sindrome de Asperger y cómo se vivencia?
El Asperger es una condición muy frecuente (de 5 a 10 por cada 1000 niños de 7 a 16 años) que tiene mayor incidencia en niños que en niñas. La persona que lo presenta, tiene un aspecto “normal”, capacidad normal de inteligencia, frecuentemente habilidades especiales en áreas restringidas, presenta problemas para relacionarse con los demás y en ocasiones se observan comportamientos inadecuados. Su tipo de pensamiento, responde a un pensamiento lógico y concreto.
Algunas Habilidades de Comunicación: La persona con Asperger, no suele mirar a los ojos cuando habla, interpreta literalmente frases, no capta las ironías, habla en un tono de voz alto y peculiar que en general es confundido con alguien extranjero, posee un lenguaje hiperformal o hipercorrecto (algo así como palabras rebuscadas). Habla mucho de temas que le interesan, se inclina poco por lo que dicen otros, cambia de tema cuando está confuso, en ocasiones parece estar ausente y le cuesta entender una conversación larga.
Algunas Habilidades Sociales Emocionales: Se relaciona mejor con los adultos que con los niños de su misma edad, tiene dificultad a la hora de jugar con otros niños, no entiende las reglas implícitas de los juegos, desea ganar siempre cuando juega, le cuesta salir de casa, prefiere jugar solo, el colegio generalmente es una fuente de conflictos con los compañeros, no le interesan los deportes en equipo, es inocente socialmente, tiene más rabietas que lo usual, puede realizar comentarios ofensivos a otros sin darse cuenta, no capta las expresiones emocionales de los demás según las diferentes personas y contextos.
Ser “Aspergeriano” no es fácil, por muchas razones, pero una de las esenciales es que nacimos en un mundo plagado de reglas, situaciones que a veces parecen completamente ilógicas, somos criados con amor, paciencia intentando entender tanto lo que nos rodea como a nosotros mismos, porque sentimos de manera intensa, amamos apasionadamente, sufrimos y gozamos no como mucha gente espera, muchas veces con más fuerza y otra veces suplicamos no sentir, no tener que aguantar como nuestro cuerpo nos suplica un poco de ternura, inocencia, una palabra honesta, queremos ser nosotros mismos pero también lo que los demás quieren de nosotros para ser tan queridos como nosotros podemos querer a los demás.
Más cuando por fin creemos poder entender estas “reglas” en la mayoría de las ocasiones uno termina “pagando el precio de hacer lo que dijeron que debíamos hacer”, por ejemplo: los padres nos enseñan a no decir garabatos, pero salimos a la calle y todas personas garabatean, estudié una carrera relacionada con comunicaciones donde te exigen que debes usar un buen lenguaje y al encender la televisión el conductor de un exitoso programa habla de forma vulgar. Evidentemente uno se pregunta ¿Qué lógica hay en cumplir con la exigencias que te enseñan si el resto de la gente no las respeta?
Pero es en la respuesta a esta pregunta donde yace la oportunidad de construir algo mejor: el rescatar lo que realmente favorece un menospreciado “bien común”, el redescubrir el sentido de las cosas y apreciarlas en toda su magnitud; volviendo al ejemplo: me enseñaron que decir garabatos era una manifestación de una violencia innecesaria en especial para alguien que busca ser pacifico; en la medida que me interesé por la literatura clásica fui descubriendo que los mejores autores evitaban las groserías en honor del uso de un lenguaje tan pulcro como sublime, muchas veces desafiándose a construir algo cuya belleza trascendería un puñado de palabras quedándose grabadas en el corazón que es de donde vienen, valga la redundancia, las palabras.
Ser asperger no es fácil, ya lo dije, es un desafío a existir en un mundo lleno de contradicciones con una condición, con la bendición de lo que todo padre ha soñado (y algunos olvidan) ser un “hijo especial”, tan especial como un “hijo neurotípico” solo que con características que irónicamente deben ser descubiertas como en toda persona para existir e una vida y un mundo que es difícil para todos.
A veces no sé que es mas difícil entender: las contradicciones de la gente o aquellas conductas naturales que son tratadas como si no lo fueran, el sentirse extraño por querer ser amable, el valorar una conversación de dos palabras de una persona extraña, la amabilidad que se le da a una mujer, el apasionamiento por un determinado tema, el problema es que se esta tomando como natural lo que no es natural y se está menospreciando aquello que es esencial y que constituye la base de una sociedad en pleno desarrollo; Sobre esto he atestiguado cosas francamente grotescas en materia ética y por eso el tratar el “desorden de asperger” requiere de un profundo cuidado amparado esencialmente en el amor de los padres, no solo por su calidad de progenitores, sino también como fuente de inspiración, amistad, testigos y moldeadores de todo lo que un aspergeriano puede llegar a ser donde dicho en términos poéticos: “el cielo es el límite”.
Juan Carlos Sánchez Emilfork & Isabel López Turner
Consulta: Colo Colo 379 Of. 2007 Concepción
Fono: 041 2252481
isabellopezturner@gmail.com
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