Psicología
¿Por qué algunas personas no quieren casarse?
Hace una década todas andábamos con el vestido de novia en la cartera, teníamos varios sueños pero uno de ellos era casarnos. Hoy en día más y más bellas han decidido que casarse no es una prioridad y que, en muchos de los casos, es un impedimento para realizarse en otras áreas. ¿Por qué? Nuestras madres se preguntan, nuestras abuelas se quejan, la sociedad lo “resiente”. Es simple: nuestro lugar ha cambiado, nos damos cuenta que hemos estado muchos años supeditadas e invisibilizadas. Muchas veces en la historia se nos obligó a emparejarnos, no se nos preguntó si nos gustaba la pareja o no nos escucharon: bueno, esta camada de mujeres viene a cobrar venganza y a hacer lo que les da la verdadera gana.
Mientras tanto, algunos hombres se impactan con estas mujeres que no son sólo madres sino que también profesionales, inquietas, multitask, bellas, preocupadas y valientes. Entonces inconscientemente siguen buscando a la chica maternal que se haga cargo de ellos, les sirva la sopa y no tenga nada más que hacer en la vida que amarlos. Consecuencia a esto: ellos tampoco quieren casarse.
No quiero que se mal entienda. Lo que trato de decir es que el matrimonio como tradición milenaria está sufriendo algunas mutaciones, los ritos en sí son bellos e importantes pero cuando los decidimos en común acuerdo y sin presiones de externos al tema.
Importante saber que las dificultades que tenemos con nuestra pareja no se resolverán por casarnos, que las personas que luchan porque consolidemos el vínculo no vivirán con el marido nuestro, que nuestra autoestima no mejorará luego de casarnos, que después de un tiempo entramos en la rutina como en todos los aspectos de la vida; esto es lo que las bellas tienen cada vez más claro. Se aplaza entonces una decisión que antes se tomaba a los 20, se aplaza hasta después de los 30 cuando entendemos que a lo mejor no es tan necesario para ser felices, para cumplir metas, para demostrar amor.
Nuevamente: hagan lo que ustedes decidan, no hay mejor remedio para una autoestima disminuida que tomar una decisión y jugársela por eso. ¡Hágalo usted mismo! Si te hace feliz hacer lo que la mayoría ha hecho ¡ve por ello! Si lo que quieres es intentar seguir pautas que no están establecidas pero que te motivan en lo máximo ¡todo el apoyo!
Y a las más conservadoras: no teman, que nos quedemos con menos matrimonios no significa que nos quedemos sin amor. No significa que seremos menos felices sino que los ritos cambian con nosotras, que las variables contextuales no nos son invisibles y que estamos escuchando y construyendo juntas. Si se fijan bien el amor sigue estando en el aire.
Varinia Signorelli
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