Psicología
Navidad en periodo de duelo: ¿cómo sobrellevar la primera vez sin un ser querido?
Me encantaría decirles que existe una receta mágica para pasar las fechas importantes sin las personas que queremos. Me encantaría decirles que la primera navidad sin aquellos que partieron será sin dolor para ustedes. Pero la verdad es que no existe una sola receta que pueda servirnos a todos. Y cada un@ debe crear su propia receta para hacer estas fechas más llevaderas, incluso es probable que tengas que modificar tu receta cada año y con cada pérdida.
La razón de por qué no puede haber una receta única se debe varios factores:
– Si bien el proceso de duelo es personal, tengo que decirles que una misma persona vivirá duelos totalmente distintos a lo largo de su vida. Entendiendo que el duelo es un proceso normal después de una perdida, donde no existe un tiempo establecido y universal de duración de duelo. Sin embargo, se habla de que este proceso podría llegar a durar alrededor de dos años.
– Como cada uno vive su propio proceso de duelo depende de varias cosas como la edad, la personalidad, la existencia de patologías del área de la salud mental, la historia de cada uno y de como la pérdida que vivimos afectará nuestra vida diaria.
– Nuestro proceso de duelo también se verá interferido en cómo era la relación con la persona que perdimos. Las relaciones interpersonales son únicas e irrepetibles, ningún padre o madre mantiene relaciones exactamente iguales con sus hij@s, l@s hij@s no tenemos la misma relación con nuestra madre y con nuestro padre, no tenemos relaciones de pareja una igual a la otra y las relaciones con nuestros amig@s son todas distintas. De esta manera dentro de una misma familia los duelos se vivirán de modo distinto al morir uno de los integrantes. Siempre habrá alguien que le cueste más volver a su vida diaria.
El duelo
Cuando muere un ser querido duele, y duele mucho, conocemos un dolor que no habíamos vivido antes, porque nos deja un vacío enorme. Cuesta levantarse al día siguiente e imaginarse seguir la vida sin esa persona, duele dimensionar que nos harán falta para siempre, porque ese siempre suena infinito. También podemos sentir rabia. Y muchas veces nos revelamos y nos negamos a querer aprender a vivir sin ellos.
No son tiempos fáciles, debemos vivir la pena, vivir el duelo, recordar que este es un proceso y que no es lineal, por eso sentimos que avanzamos y retrocedemos. Pero así es, y es mejor amigarse con eso, que pelear contra las emociones que vamos sintiendo.
La buena noticia es que uno si aprende a vivir sin ellos, el dolor grande se va, no desaparece del todo, pero vuelves a sonreír, vuelves a disfrutar la vida. Y el recuerdo de ellos está para siempre en nosotros, por eso cuando logramos mantenerlos presente en nuestra vida se hace más fácil, uno se siente más liviano y aunque no estén los sentimos cerquita.
Independiente de la fecha del año en que haya muerto nuestro ser querido, hay fechas del año que duelen más, sin importar cuantos años hayan pasado, nuestro primer cumpleaños sin ell@s, su primer cumpleaños, las fechas favoritas de esa persona, ciertos hitos en nuestra vida que esas personas no podrán compartir con nosotros, etc. La verdad es que nos seguirán haciendo falta y está en nosotros si los hacemos presentes o no.
Antes de seguir, quiero decirte que si perdiste a alguien este año te mando un abrazo grande, me encantaría decirte que esta Navidad no va a doler, que no la o lo vas a extrañar, pero puedes hacer cosas para sentirlos cerca en estas fiestas de fin de año.
Si la navidad es una fecha importante para ti y tu familia, está bien si este año no te sientes tan entusiasmad@ de celebrarla, está bien que no armes el árbol, ni el pesebre. Pero insisto si siempre te ha gustado este día, has un esfuerzo por conectarte con lo que te gusta de esta fecha, que la hace especial para ti. Y evalúa si puedes hacer esas cosas. Por duro que suene la vida sigue y si tenemos niños tenemos un motivo muy lindo para hacer de esta Navidad algo especial. Y buscarle un sentido distinto.
“Mi primera Navidad sin tí”
Les voy a contar con qué me conecto yo de la Navidad. De niña las mejores navidades eran en la casa de mis abuelos maternos con todos mis tíos y mis primos. Entonces siempre fue sinónimo de estar en familia, comer rico y jugar mucho con los primos. La primera Navidad sin mi papá, que fue hace 11 años, fue super triste para mi mamá, para mis hermanos y para mí. Yo no tenía ganas de celebrarla y no quería salir de mi casa.
Sin embargo, salí igual porque yo no tenía la culpa de la partida de mi papá, porque no tenía sentido auto castigarme, privándome de hacer algo que toda mi vida me había gustado que era estar con mi familia, todos mis primos y tatas incluidos. Estando allá, ¿me dio pena?, claro que sí, ¿lloré?, sí, pero también estuve sola un momento en que recordé las Navidades más lindas con mi papá y aunque suene loco sentí que el estaba ahí. Hoy mirando para atrás sé que lo mejor que pudimos hacer fue pasar la Navidad como siempre lo habíamos hecho, con toda la familia y no quedarnos los 4 solos como pensamos en algún momento. No les voy a decir que después de esa Navidad, las que vinieron fueron ultra felices, porque siempre se siente la ausencia, pero llega un momento en que ya no duele. Y te lo digo enserio.
La primera Navidad sin mi tata también fue muy difícil. Era mi ultima Navidad de soltera y tenía una connotación distinta, porque en los años siguientes nos turnaríamos Navidad por media. Por otro lado, mis primos grandes también tenían sus familias y cada vez se hacía más difícil estar todos juntos. Pero ese día uno de mis tíos nos tenía una linda sorpresa, de regalo nos tenía a todos los primos una polera con la cara del tata. Lo tuvimos super presente esa noche y fue lindo.
La primera Navidad sin mi abuela materna también me marcó mucho, ella murió tres meses antes que naciera mi Santi, me dolió profundamente que no se conocieran. Pero ella estaba tan feliz de que yo iba a ser mamá, que siempre supe que mi Santi tendría alguien más cuidándolo desde las estrellas como le digo. Esa Navidad sentí más amor que nunca en mi vida, tenía en mis brazos a mi príncipe que se demoró tres años en llegar. Y no había espacio para estar triste en la Navidad que soñé tanto tiempo. Por eso, ese día antes de salir busqué fotos de ella, recordé las navidades en su casa, como nos retaba cuando tratábamos de abrir regalos a escondidas, antes de la hora que correspondía, y un montón de cosas lindas de ella y de verdad les digo, no sentí más pena.
¿Por qué les cuento esto? Porque finalmente depende de cada uno y de cada familia como hacer presente a la o las personas que faltan.
Celebrar en periodo de duelo
A continuación, les voy a dejar algunos tips que se me ocurren para hacer la celebración de la Navidad más llevadera en periodo de duelo:
– En primer lugar, hay que tener presente que cada integrante de la familia vive el duelo a su manera y lo que los otros necesitan no necesariamente es lo que yo necesito. Entonces lo fundamental es el respeto por cada uno, conversar sobre que queremos y qué no queremos ese día. Por ejemplo, puede ser que alguien quiera hacer todo igual a como se ha celebrado siempre la navidad y otro quiere que sea todo distinto. Por eso es importante hablarlo con tiempo y poder llegar a acuerdos o incluso decidir no pasar la navidad todos juntos ese año.
– Aceptar y respetar si ese día hay alguien que esté más triste y menos participativo que otras veces.
– Intentar estar en un estado “zen” y evitar conflictos con la familia ese día, es probable que todos estén más sensibles y que se malinterpreten ciertas cosas.
– Si quieres llorar porque extrañas a quien ya no está, llora. No necesitas esconderte o llorar sol@ porque es una fecha de celebración. Aunque sea así estas en periodo de duelo y estas con tu familia. Que en la mayoría de los casos es un lugar seguro. Tampoco te sientas culpable de que podrás poner más triste a otro integrante de la familia.
– Si te gusta la Navidad y la persona que ya no está no le gustaba, no te castigues y no dejes de celebrarla, cuando nos gusta la navidad y la celebramos, son momentos de alegría y dejan recuerdos preciosos en nuestros niños.
– Si no te gusta la Navidad y tu ser querido que ya no está amaba la navidad, recuerda que no estas obligad@ a celebrarla y quizás es momento de conectarte con lo que si te gusta.
¿Cómo podemos tener presente a la persona que ya no está esta navidad?
– Puedes seguir la tradición que le gustaba a esa persona o hacerle algunos cambios para que se adecuen a tu familia.
– Podemos preparar esta Navidad lo que le gustaba comer a esa persona y/o su postre favorito. Y mencionarle a los más pequeños de la familia que eso le encantaba a la persona que ya no está.
– Podemos hacer un brindis por esa persona que sin duda se lo merece.
– Podemos tener sorpresas para la familia como un álbum con las mejores fotos, o una foto de cada uno con esa persona, etc. Aquí juega la creatividad.
– Podemos tener un espacio de conversación donde mencionemos lo que más nos gustaba de esa persona, que es lo que más extrañamos, momentos chistosos con esa persona, anécdotas, etc.
Lo que deberíamos evitar:
– Tener conversaciones sobre algún conflicto familiar o con algún integrante.
– Obligar o forzar a alguien de la familia a ver fotos de la persona que ya no está.
– Obligar o forzar a alguien a conversar o ser parte de la conversación cuando hablemos de quien ya no está.
– Poner temas de conversación que son históricamente conflictivos en la familia.
– Cualquier cosa que pueda herir sensibilidades.
– Llenar a los niños de regalos con el objetivo de que sea menos triste esta Navidad. Este punto también se aplica a adultos. No nos olvidemos de que los vacíos emocionales no se llenan con cosas materiales. Hacer esto puede ser con una buena intención, pero no se va a lograr el objetivo y además les deja a los niños una enseñanza errónea, ya que una perdida no se recupera comprando en exceso.
Enseñemos con el ejemplo que las emociones hay que vivirlas y sentirlas, enseñemos a reconocerlas y no a evadirlas. Recuerden que hacerles el quite no nos sana, quizás nos hacen sentir mejor un momento. Pero afloraran otra vez.
Por último, les pido que no sean duros con ustedes mismos ni con sus familiares en este momento. Recordemos que la Navidad es un momento de unión, esperanza y aunque suene cursi de amor y paz.
Psicóloga Carolina Musso
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