Por Nathalie Pino
Cuando vas a ser madre por primera vez, y en mi caso durante el embarazo, busqué muy poca información relacionada con el momento del parto para evitar sentir pánico o tener temor ante lo que pudiese pasar. Solo me entregué a las manos especialistas de mi médico y matrona. La verdad es que, si bien describen y te preparan físicamente para ese momento, no hay una guía práctica sobre lo que necesitarás tras la llegada de tu bebé. Todo lo que puedan decirte es para prepararte antes de su llegada, por lo que creo se hace indispensable tener una guía que pueda aconsejarte independiente del tipo de parto que vayas a tener.
En mi caso, tuve una cesárea programada, me solicitaron varias cosas, entre apósitos, fajas y accesorios para iniciar la lactancia. Pero de manera muy general, sin explicarte detalladamente su función y en el caso del sangrado posterior, nadie te explica la extensión que tendrá y qué cantidad de apósitos necesitarás. Haciendo memoria, recuerdo que la cantidad que llevé fue insuficiente, adquirí varios artículos de lactancia estando en la clínica todavía y desde la cual me fueron programadas sesiones para una lactancia exitosa. Sesiones que nunca utilicé porque moverte, salir de casa tras una cesárea, es bastante complicado. Entiendo que muchas mujeres pueden hacerlo casi de manera natural, pero la verdad es que pasar por una operación hace que dejes de centrar toda tu energía en tu bebé y pases por un período de ensimismamiento que incluso te impide tener claro el día en el que estás.
Entonces, por qué nadie nos habla de esto, consejos prácticos que, si bien pueden variar entre nosotras, nos dan una panorámica de nuestras necesidades posparto. Nos permiten conocer que cambios físicos y emocionales podríamos experimentar tras la llegada de el bebé, pero, en cambio, solo nos centramos en conocer y satisfacer sus necesidades, olvidando por completo las nuestras.
Me pasa a menudo al hablar con amigas, cuesta un poco que cada una cuente sus experiencias desde el punto de vista práctico, admitir las dificultades cotidianas parece que le resta valor a nuestro quehacer y, muy por el contrario, nos permite apoyarnos, complementarnos y guiarnos en este camino que tiene momentos complejos. Al compartir nuestras experiencias podríamos estar ayudando a otra o posibilitando que nos ayuden a nosotras mismas.
Las invito a preguntar más y asentir menos cuando estamos con un especialista, a resolver nuestras inquietudes con nuestro círculo cercano familiar y de amistades. A pedir ayuda y a saber recibirla, sobre todo los primeros días tras el nacimiento, somos fuertes, pero somos personas sintientes que transitan por una vorágine de emociones las cuales deben ser tomadas en cuenta y validadas por nosotras mismas y por quienes nos rodean. Necesitamos apoyo y acompañamiento en este hermoso pero difícil camino de la maternidad.
Nathalie Melissa Pino Cisterna es madre y profesora de Educación Básica. Su relación con la infancia se relaciona con su formación y experiencia laboral, además de su búsqueda constante de guías para transitar hacia una maternidad respetuosa.
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