Durante el invierno y la primavera se mezclan las alergias, la preemergencia, la lluvia y la contaminación. Por lo que los virus aparecen con mayor facilidad y provocan enfermedades respiratorias las que generan cuadros infecciosos y obstructivos principalmente en niños y adultos mayores.
Los mayores niveles de contaminación son propicios para generar cuadros obstructivos, muchas veces, el pulmón detecta este aire sucio, entonces el bronquio como mecanismo de defensa se cierra para evitarlos y así, se generan estos procesos obstructivos.
¿A qué llamamos enfermedades respiratorias obstructivas?
El aire ingresa a nuestros pulmones a través de la nariz, pasa por la garganta hacia el interior de una serie de conductos semejantes a tubos. A continuación el aire pasa por los dos bronquios principales (derecho e izquierdo), uno para cada pulmón. Estos bronquios se siguen dividiendo, como las ramas de los árboles, a los que se les llama bronquiolos.
Los bronquios y los bronquiolos son básicamente tubos con paredes musculares, los cuales, en algunas enfermedades respiratorias reciben estímulos que generan que las vías aéreas se estrechen y la ventilación se dificulte; esto se le llama obstrucción de la vía aérea. Para disminuir esta obstrucción están los broncodilatadores, que se administran mediante los inhaladores.
¿Qué son los inhaladores?
El inhalador es un dispositivo utilizado para suministrar el fármaco en forma de partículas de líquido, o polvo (menos utilizados), y que llegan directamente a la pared del bronquio ayudándolo a dilatarse, facilitando el paso de aire y ayudando en la eliminación de secreciones. Actúan localmente y no pasan por el aparato digestivo, por eso hacen efecto de manera inmediata.
Se utiliza para el tratamiento de enfermedades obstructivas de la vía aérea como el asma o las enfermedades pulmonares obstructivas, un ejemplo de ellas es la bronquitis obstructiva.
Los tipos de este producto que existe en el mercado son variados, y cada uno se receta según las necesidades del paciente.
Los más comunes son los llamados inhaladores de dosis medida (IDM), que son los presurizados, más conocidos como “puff”, dentro de los más conocido son el salbutamol y el bromuro de ipatropio, sin embargo hay otros tipos de inhaladores como son los de polvo seco.
El inhalador que es presurizado consiste en un aerosol donde el fármaco está disuelto en un líquido y encerrado en un depósito hermético. Este se encuentra cubierto por una pieza de plástico, que al presionarla sobre el depósito libera medicación a través de una pieza bucal, este aerosol sale con una gran presión, por lo que necesitamos una aerocámara para administrarlo. Por otro lado, el de polvo seco no necesita aerocámara, ya que está diseñado para usarse de manera directa, porque no va con tanta velocidad y no impacta con fuerza en la zona de la faringe.
Los inhaladores de polvo seco contienen el medicamento en forma de polvo. Al realizar la inspiración el fármaco se libera. Su uso requiere de un poco de esfuerzo, ya que deben aspirar rápida y profundamente. Por eso solo se utilizan en niños de más de 6-7 años.
Inhaladores de dosis medidas
En este artículo hablaremos específicamente de los inhaladores de dosis medidas, que son los más conocidos y utilizados.
Aún cuando este tipo de inhalador es el más utilizado, tanto por grandes y pequeños, no todos lo aplican de manera correcta, principalmente porque al momento de recetarlo no se les explica su correcto uso. Estudios señalan que cerca del 85% de personas que deben usar inhalador, no lo hacen de la manera adecuada. Esto repercute directamente en la cantidad de medicamento que llega a los pulmones y por ende, en el efecto terapéutico esperado para disminuir la obstrucción de la vía aérea. Sólo un 20% de lo que sale del inhalador llega al pulmón, el resto se pierde, entonces, al utilizarlo mal, lo que llega es 0%.
¿Por qué administrar el fármaco de manera inhalatoria?
Primero porque como el problema está a nivel pulmonar, la manera más directa es mediante el inhalador. Al hacerlo así, también disminuimos la cantidad de medicamento que administramos ya que al ser directo llega mayor concentración a la zona que deseamos.
Por vía aérea, la dosis es menor, el tratamiento comienza a funcionar antes, y tenemos menos efectos secundarios.
Los errores más comunes
Usar un inhalador de dosis medida (IDM) parece simple, pero muchas personas no lo utilizan de la manera correcta. Si lo usa de manera incorrecta, la dosis indicada no surte efecto, llega menos medicamento a los pulmones, se abusa del medicamento y este se agota antes.
Entre los errores más frecuentes que se presentan al momento de usar estos dispositivos se encuentran:
– No agitar el inhalador. “Agítese antes de usar” es una de las recomendaciones fundamentales que aparece en los instructivos de los envases de los broncodilatadores (inhaladores) y que muchas veces pasamos por alto al momento de usarlos.
– Prescindir de la aerocámara, que permite que la dosis necesaria del medicamento llegue al sistema respiratorio y no se pierda en el camino.
– No hacer la apnea de 10 segundos, o realizar varias pulsaciones seguidas, sin esperar los tiempos recomendados.
Uso correcto del inhalador
La forma correcta es a través de una aerocámara que sirve para contener el aerosol hasta que ocurra la inhalación y permiten evitar la coordinación necesaria entre la acción del inhalador de dosis media y la inspiración.
Primero debes agitar el inhalador antes de usarlo, para mezclar los componentes de los que está hecha la suspensión, colocarlo en la aerocámara para luego presionarlo haciendo un “puff”. Después de su uso, se tiene que lavar con agua y dejar secar, para evitar la acumulación de partículas del fármaco inhalado y que podría elevar la dosis posterior cuando hay que aplicar el inhalador nuevamente”.
El procedimiento correcto en caso de lactantes es el siguiente:
- Coloca a tu hijo delante de ti, en tus piernas de forma sentado, nunca acostado.
- Coloca uno de tus brazos delante del niño.
- Agita el inhalador
- Coloca el inhalador en la aerocámara
- Coloca la aerocámara sellando la nariz y boca de tu hijo.
- Presiona de forma enérgica y una vez el inhalador (1 puff).
- Cuenta 10 respiraciones de tu hijo.
- Retira la aerocámara y espera entre 30 segundos a 1 minuto para entregar otra dosis si es necesaria o está prescrita por el médico.
Si necesita una nueva dosis, vuelva a realizar todos los pasos.
En el caso de preescolares y escolares:
- Coloca la aerocámara por delante de su cara, debe encontrarse sentado o de pie, nunca acostado.
- Verifica que la aerocámara este en posición horizontal.
- Debe sellar la nariz y la boca.
- Presiona de forma enérgica y una vez el inhalador (1 puff).
- Cuenta 10 respiraciones, sin hablar ni reír.
- Retira la aerocámara y espera entre 30 segundos a 1 minuto para entregar otra dosis si es necesaria o está prescrita por el médico.
- Si necesita una nueva dosis, vuelva a realizar todos los pasos.
- Si debe utilizar dos inhaladores diferentes, entonces debes esperar de 5 a 10 minutos entre uno y otro.
- Cuando está tomando simultáneamente un corticoide y un broncodilatador, utiliza primero el broncodilatador.
La aerocámara se debe lavar como mínimo una vez por semana, con agua y jabón, sin usar ningún implemento para lavarlo mas que las manos, dejar escurrir el agua para eliminar restos de jabón y luego poner a secar al aire sobre una toalla de papel, no secar de ninguna otra forma. No se deben guardar las piezas de la cámara montadas hasta que estén completamente secas, para evitar el crecimiento de bacterias y gérmenes.
¿Es mejor usar una máscara facial o una boquilla?
Se recomienda que los bebés y los niños más pequeños que no pueden utilizar la boquilla de la cámara usen una máscara facial, la más común es la que cubre nariz y boca. Es importante que esta se ajuste cómodamente a la cara y quede firme, a fin de que reciban la dosis correcta de medicamento.
Para utilizar la boquilla eficazmente, el niño debe ser capaz de cerrar firmemente los dientes y labios alrededor de la boquilla para respirar lenta y profundamente por la boca y mantener la respiración durante unos segundos. Aquellos niños que no puedan realizar este procedimiento deberán usar una máscara facial.
¿Por qué debo usar el inhalador con aerocámara aunque sea adulto?
Muchas personas piensan que la aerocámara sólo es para los niños que aún no saben inspirar el medicamento, sin embargo, este implemento también es necesario para los adultos.
Lo que se busca es aspirar el medicamento y que no quede en la boca, y la única manera de aspirarlo es poniendo un espacio entre la boca y esa presión que sale del inhalador, lo que únicamente se logra con la aerocámara, disminuyendo la velocidad del aerosol. Así no impactará tanto en la boca, y sí podrá llegar a las vías respiratorias, con esto se va a tener menos efectos secundarios y mayor efecto del medicamento. Cuando se usa solo un inhalador, los medicamentos terminan frecuentemente en la boca, la garganta y el estómago.
Un uso correcto del inhalador trae como consecuencia la disminución de las crisis, menos visitas a urgencias y hospitalizaciones y por ende, conlleva a una mejor calidad de vida.
Karen Dasencic García. Kinesióloga, Concepción