Quedan sólo un par de semanas para que concluya el año escolar y quizás muchas Súper Madres están preocupadas por los resultados académicos o de conducta que tuvieron sus hijos. ¿Cómo diferenciar una simple desidia frente al estudio de una dificultad más profunda?
Algunos especialistas señalan que hay síntomas comunes que deberían darnos la alerta, como dificultad para concentrarse, hiperactividad e impulsividad y no solamente un bajo rendimiento académico.
Por lo general debemos preocuparnos si la baja del rendimiento viene junto a otros problemas como trastornos de lenguaje, de aprendizaje, de conducta, trastornos del ánimo depresivos y ansiosos.
“Yo siempre intuí que mi hija tenía un problema de lenguaje y aprendizaje, pero al preguntar en el jardín infantil primero y en el colegio después, siempre me lo negaban rotundamente”, cuenta Claudia, quien recién a los 8 años diagnosticaron a su hija con déficit atencional, tras una exhaustiva evaluación psicopedagógica. La razón de por qué ningún profesor se dio cuenta de la situación de la hija de Claudia es que “era calladita, bien educada, no molestaba en clases, etc. El problema es que volaba con cualquier mosca que pasaba!”, cuenta esta Súper Madre que hoy tiene a su pequeña con un tratamiento que incluye psicopedagoga 2 veces a la semana, neurólogo para controlarla y medicación para la concentración.
Aprende a reconocer dificultades:
• Niños que parecen estar siempre distraídos.
• Les cuesta seguir las instrucciones, o bien uno les da una instrucción compleja y no son capaces de seguirla a cabalidad.
• Pierden los útiles, no llevan las tareas, son descuidados porque no logran focalizarse.
• Cuando conversan, saltan de un tema a otro, sin poder seguir un hilo conductor.
• Niños que realizan muchas actividades y no logran terminarlas.
• Niños de bajo rendimiento académico.
• Niños con problemas tanto en la casa como en el colegio.
• Niños que no presentan problemas conductuales graves.
¿Tu hijo presenta varios de estos síntomas?
Nunca está demás acudir a un especialista, pues cualquier dificultad que reconozcamos tempranamente permitirá que se resuelva a corto plazo y evitaremos que se arraigue en la personalidad de nuestro hijo. Cualquier detección de dificultades, mientras más temprano, tiene mucho mejor pronóstico.
Cuéntanos tu historia o experiencia.
Equipo Súper Madre