La terapia de pareja puede ayudar cuando las cosas no son color de rosa. Compartir la vida con otra persona es algo maravilloso pero también es difícil en términos de paciencia, respeto, amor y otras cualidades que a veces son difíciles de practicar.
Al principio, la mayoría de las relaciones van viento en popa, cuando estamos en etapa de noviazgo o cuando no hay niños de por medio, todo parece ser fácil porque son dos individuos que ponen en juego el convivir y sus decisiones solo afectan a ambos.
Sin embargo, cuando comenzamos a vivir juntos, cuando hay convivencia o matrimonio de por medio e hijos, todo parece complicarse. Es verdad, hay varias satisfacciones asociadas a ellos, pero la vida nos cambia tanto que parece que ya no hay tiempo para la pareja y el tiempo lo consumen otras obligaciones.
Al mismo tiempo la paciencia se acaba porque estamos más cansados y muchas veces queremos huir, sentimos que terminando los compromisos seremos más libres y nos encontraremos más livianos.
Las 4 cosas que más afectan a la pareja son:
1. Falta de sexo
Es así, la actividad sexual nos llena de endorfinas, nos hace sentir corporalmente saludables y emocionalmente deseadas. Cuando falta, entonces sentimos que somos menos felices, menos lindas y por ende, menos deseadas.
2. Falta de comunicación
Siempre escuchamos que la comunicación es importante, sin embargo hay que entender que el escuchar al otro sirve para saber dónde está parado y cuáles son sus prioridades, alegrías y enojos. Si nos dejan de escuchar o nosotros dejamos de escuchar a la pareja, entonces comenzamos a desconocernos.
3. Falta de sueño
La falta de sueño es un factor importante en la falta de paciencia y mal humor. Por lo tanto estamos más enojados y tendemos a tomar peor las reacciones del otro.
4. Falta de tiempo
Antes podías ir de fiesta o salir con tus amigas. Este tiempo libre hace que puedas distráete y estar de mejor humor. Con hijos es más difícil y son tantos los factores que hay que cuadrar, que a veces preferimos ahorrarnos el esfuerzo y quedarnos en casa lo cual también nos desmoraliza y nos hace acumular pequeños montos de rabia que luego descargamos con nuestra pareja o hijos.
Sumamos los cambios corporales, emocionales, hormonales y sociales que implican la maternidad y que pocas veces son comprendidos.
Cuando la terapia de pareja es necesaria
La terapia de pareja ayuda a mirar desde fuera, puede ser un momento único de fortalecer vínculos porque exige esfuerzo mutuo y que cada uno disponga tiempo para este espacio. Esto ya, implica un gran avance.
Por otro lado, nos ayuda a mirar a la pareja desde el origen. Nos lleva al principio de nuestra relación y de nuestros días juntos: las metas, los sueños, lo que costó estar donde se está, las decisiones, finalmente volvemos a enamorarnos del proyecto y del otro.
No tengamos miedo de pedir ayuda, toda relación necesita refuerzos y esto nos hace valientes y nos permite luchar por lo que amamos.
Equipo Supermadre