Por Eva González
“¡Olivia no me escucha!”, me dijo una colega hablándome de su curso, “no sé qué hacer, me preocupa, siento que no entiende nada, además distrae a sus compañeros; porque cada cierto rato debo gritar su nombre para que me mire. Además, cuando lo hago, Josefa se tapa los oídos y pone cara de miedo. Por otro lado, ya me ha pasado varias veces que Javier se ha orinado en el salón, hasta tuve un reclamo de su cuidador. El problema es que jamás me pidió permiso para ir al baño. Estoy superada”, me dijo con voz algo angustiada.
Colega querida, le dije: estoy segura que cada curso tiene características diferentes a otros y es lo más lógico, ahora respecto a lo que me cuentas, me gustaría poder ayudarte desde lo que he ido investigando y aprendiendo, ¿te parece? “Me encantaría”, me dijo con una gran sonrisa.
Los sentidos
Lo primero que debo decirte y con mucha responsabilidad, es que necesitas herramientas entregadas por especialistas, pero aquí está lo diferente, ¿has oído hablar de dificultades sensoriales? “¡Claro!” -me dijo- “¡los cinco sentidos!”.
Completamente de acuerdo con los sentidos, pero debo contarte algo que ya se ha comprobado hace bastante tiempo: que no son cinco, sino ocho. los tres nuevos son sentidos internos. Y no estamos hablando sólo de ellos, ya que te hablé de dificultades sensoriales. Eso tiene que ver con los sentidos, pero específicamente con las dificultades que nos pueden provocar si no sabemos cómo un niño percibe el mundo. “Pero de qué forma puede tener que ver con que Javier se haga pipí”, me dijo.
Nos quedamos pensando y me atreví a contarle algo de lo que he aprendido: desde mi punto de vista, Olivia tiene una dificultad sensorial en su sistema auditivo de hiporegistro, lo que quiere decir que ella básicamente no atiende cuando le hablan, parece no escuchar. Olivia no tiene sensibilidad adecuada en su oído interno, por tanto, lo que puedes hacer es activar ese sentido cada cierto intervalo de tiempo.
¿Cómo?, te preguntarás tú. El sentido de propiopercepción es interno y siempre será bien recibido por ella, entonces, en esos momentos, tú puedes acercarte a ella, tocar su hombro y pedirle que haga alguna actividad. Por ejemplo: que vaya a buscar un plumón que se te quedó en otro salón. Ponerte a su altura y de forma muy natural, decirle que mueva sus manitos y piernas por un momento. También podrías decirle (nunca gritando) que necesitas cambiarla de puesto por un momento. El asunto es darle movimiento cada cierto rato, (es como despertarla). Ahora, por otro lado y muy importante es que tú le anticipes lo que harás en esos momentos de la clase con ella, debe saberlo.
Por otro lado, Josefa es totalmente opuesta a Olivia. Yo pienso que ella tiene justo lo opuesto, a lo que llamaríamos hipersensibilidad auditiva. Por lo tanto el ruido o sonidos fuertes (como cuando gritas ¡Olivia!), la desregulan y asustan. En ese momento ella pierde toda la concentración que pudo haber logrado. Para ella es importante tu voz y el ruido ambiente, trata de mantenerla lejos de eso en la medida que puedas, sólo así podrá estar tranquila. Nunca la sientes con el o la compañera/o que habla constantemente, sería para ella muy desgastante y sufriría.
Interocepción
Creo que Javier es otro tema, un sentido interior que le juega esa mala pasada. El sentido interoceptivo está relacionado con cómo sentimos nuestros órganos internos. Es muy probable que él no los sienta, por lo tanto no de dan ganas de ir al baño (no lo sabe), y obvio no te pide permiso. En ese caso, creo que lo mejor es anticipar también con él: puedes decirle que todas tus clases el irá al baño cada media hora y conversen una señal para que tú lo puedas ayudar cuando esa media hora ha pasado.
El ir al baño le entrega propiopercepción, y quizás no llegue a orinar, pero estarás estimulando ese sentido cada media hora y eso es muy importante. ¿Qué piensas? Mi colega me mira y me dice: “no lo puedo creer, ¿estás segura?”. ¿Lo intentamos?, respondí.
Perfil sensorial
Claro, debo decirte que estas son señales de alerta que los niños te están dando. Por lo tanto, pienso, lo más importante es que cuentes con informes de especialistas. Habla con sus cuidadores y solicita un perfil sensorial, también un informe psicológico que aborde sus emociones. En el fondo, eso te entregará la guía de ruta ideal para llegar a que los tres estén regulados, contentos y logren sus objetivos. ¡Tú puedes cambiar la vida de esos niños!
Los informes también indicarán si es preciso un colegio con PIE (en muchas ocasiones muy necesario), en donde los alumnos cuenten con los especialistas indicados para el abordaje de sus dificultades sensoriales.
NUNCA OLVIDAR: hay un niño/a para cada colegio y un colegio para cada niño/a.
Eva Inés González Salas es madre y profesora y pertenece al espectro autista. Cree en la educación sin premios ni castigos, basada en el amor y en el respeto por los demás. La encuentras en Instagram como @profeeva29 y @mujer.enelespectro