Hemos escuchado innumerables ocasiones el término Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD), pero pocas veces se entiende a que se refiere. El TGD es una alteración de origen neurobiológico que se manifiesta habitualmente en los niños durante los tres primeros años de vida.
Un TGD hace relación a dificultades que presentan los niños y que involucra un desmedro de diversas áreas del desarrollo. Estas pueden ser de presentación leve (los síntomas aparecen en algunas áreas solamente) o de presentación más profunda en las cuáles los niños presentan visibles diferencias al interactuar con su entorno y con los otros, a éstos los conocemos como Trastornos del Espectro Autista: abarcando el Autismo propiamente tal y el Síndrome de Asperguer (autismo de alto funcionamiento).
Cuando hablamos de dificultades en distintas áreas del desarrollo de los niños nos referimos fundamentalmente a: conciencia, atención y memoria, capacidad intelectual, afectividad, comportamiento social, lenguaje y pensamiento, percepción y psicomotricidad, control de impulsos. Por lo tanto algunos de los síntomas a los que hay que estar alerta, con el fin de consultar a un especialista, pueden ser: No responder a su nombre, imposibilidad para expresar lo que quiere, se nota retrasado en su lenguaje y no se ha observado avance, no sigue instrucciones porque parece no comprenderlas, da la impresión que a veces no escucha, no saluda ni señala objetos con el dedo, usa los juguetes de manera poco convencionales, no se interesa por otros niños, parece estar ensimismado, no establece contacto visual, no presta atención, tiende a repetir actividades una y otra vez, ordena los objetos en filas o patrones, realiza movimientos incontrolados, presenta molestia ante sonidos o texturas.
Si bien lo anterior responde a sintomatología que al expresarse en conjunto podrían señalarnos la suposición de un TGD, siempre se debe consultar a un especialista para saber cómo apoyar a nuestro hijo, sea o no un Trastorno Generalizado del Desarrollo.
Siempre debemos asesorarnos y evitar negar las dificultades, no debemos pensar que este trastorno se manifiesta con síntomas severos solamente, ya que también podemos observar algunos rasgos o conductas que nos van a llevar de igual manera a un diagnóstico de TGD. Debemos tener la claridad que mientras antes se inicie un tratamiento va a existir un mejor pronóstico y alivio de parte de la familia y del niño, ya que es fundamental la contención y la claridad con respecto a las necesidades y caminos a seguir, para que el entorno del niño se mantenga sólido frente a las dificultades.
Varinia Signorelli C.
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Me parece muy bueno estos pequeños artículos informativos sobre patologías psiquiátricas. En estos difíciles casos de trastornos del desarrollo del espectro AUSTISTA hemos iniciado la experiencia de estimulación magnética transcraneal profunda con resultados promisorios.
Saludos.
Dr. Raúl Riquelme Vejar, director medico de NMG S.A.
Gracias por su comentario Dr.
Me informaré acerca de la estimulación magnética transcraneal. Quedaré atenta a los resultados que arroje la experiencia.
Saludos.
Varinia