Cuando hablamos de duelo pensamos, casi siempre, que nos referimos a la muerte de alguien, sin embargo el duelo es un proceso por el que pasamos cada vez que perdemos algo que era valioso para nosotras o para nuestras vidas. Es así que vivimos un duelo cuando: muere alguien que amamos, cuando perdemos un trabajo, al terminar una relación de pareja, nos alejamos de alguna amiga o cuando experimentamos cambios importantes en nuestra vida.
Es decir, cada vez que hay una pérdida vamos a vivir un duelo por ésta. Vamos a explicar esta situación de una manera sencilla: cada vez que algo nos importa o nos gusta vamos a poner nuestra libido en eso, vamos a imaginar que la libido es energía que depositamos en alguna persona u actividad que nos interesa. Entonces llenaremos de libido lo amado, esto nos permite establecer contacto emocional (si no depositamos nuestra libido no podría importarnos, no podríamos vincularnos). De hecho, el aparato psíquico necesita depositar esa energía fuera de él, es decir el vincularnos, el llenar de esta energía otras instancias es absolutamente adecuado (al decir libido no estamos hablando de energía sexual como comúnmente se conoce, sino que hablamos de energía que está al servicio de llenar espacios fuera de nuestro cuerpo).
Entonces ¿por qué nos duele cuando hemos perdido lo que amamos? Nos duele porque depositamos nuestra energía en ello por lo tanto no nos era indiferente. Pasa que la libido no se pierde al desaparecer lo que amamos sino que, entonces, regresa a nosotros generándonos malestar: a esto le llamamos duelo (la libido regresa y busca reacomodo). Cuando perdemos lo amado, todos los vínculos que tenemos se reacomodan, se modifican todas nuestras relaciones.
Según esta teoría entonces, para superar el duelo deben construirse nuevos caminos para depositar la libido, todos estos procesos son inconscientes, somos capaces de vivenciar sólo el dolor de la pérdida.
Ante una pérdida propia o de alguien cercano, la sugerencia es nunca tapar el dolor con distracciones, evitar que la persona no se conecte con el dolor (eso de distraer a la amiga, llenarla de actividades, etc) esto generará que no viva su duelo. Es mejor acompañar y escuchar su pesar, contener mientras sufre, regalonear mientras padece este dolor de la pérdida. Es la única manera de poder ser un aporte.
Varinia Signorelli