Todo el tiempo nos están recordando la importancia del “amor”: la publicidad, las amigas, la familia. Y nos lo recuerdan porque da la impresión social que alguien que no tiene una pareja, novio o pololo no puede estar feliz. La mayoría quiere lo mejor para nosotras.
Vamos a hablar sobre el concepto de amor idealizado, ese que vemos en las películas, el de la ilusión que hace terminar el cuento en un “y vivieron felices para siempre”, ese que impulsa miles y millones de mujeres a buscar y re buscar la anhelada “media naranja” (así mismo, como si sin ella estuviéramos incompletas), el príncipe azul.
Desde el psicoanálisis se explica cómo es que aprendemos a amar. Cuando nacemos dependemos absolutamente de nuestra madre, existe en la relación madre-hijo un enamoramiento mutuo. A medida que crecemos nos damos cuenta que el mundo es más que sólo la madre y entran en juego otras personas e instancias que nos separan de esta relación idílica. Desde ahí entendemos que debemos buscar fuera al objeto de amor y vagamos por el mundo intentando generar una relación parecida a la que nos dio tanto placer de pequeños (y si te fijas al principio de las relaciones suele existir esa fusión perfecta, enamorada e idílica).
Fundamentado en esta ilusión, en esta búsqueda de un objeto (un “otro”) que nos complete es que se ha señalado que: “el amor es dar lo que no se tiene a alguien que no lo es” (Lacan). Suena complejo pero significa simplemente que cuando pequeños nos sentíamos completos con la madre, luego nos damos cuenta que no es así y esto nos dejará eternamente una sensación de “falta”. El amor está hecho de esta sensación porque busca incesantemente recuperar algo (que en verdad no existe) para sentirnos completos, sin embargo esto es sólo una ilusión (ilusión que indica que un “otro” nos completa). Creemos que la persona de la que estamos enamoradas es “perfecta”, pero en verdad nadie lo es.
Luego de leer este análisis podremos entender por qué existen aspectos de nuestras parejas que se asemejan a los de nuestros padres. Podemos entender también por qué parece que buscamos siempre “el mismo tipo de personas” (“todos son iguales”, no es así: eres tú la misma). Podemos entender por qué la fase de enamoramiento pasa y luego tenemos la sensación de haber sido engañadas, la sensación que indica que la persona nunca fue lo que pensamos (porque no es perfecta como creíamos).
Por supuesto bellas que todo esto es un mecanismo inconsciente, del cual no tenemos noticias en lo consciente con facilidad. Y a decir verdad, a veces es mejor enamorarse intensamente obviando estas teorías. Personalmente prefiero tener esto bien claro, pero admiro a las que se dejan llevar, se enamoran, buscan a la media naranja y viven felices para siempre.
Varinia Signorelli