Durante el período de lactancia, la nodriza debe consumir todos los alimentos y nutrientes para asegurar una adecuada composición de la leche materna y así una buena nutrición del lactante. Sin embargo, muchas madres restringen un sin fin de alimentos y crean patrones inadecuados de alimentación, con el miedo de que algunos de estos puedan pasar a la leche materna y generar algún tipo de peligro en el bebé.
Todos los alimentos que consumimos, antes de llegar a la sangre pasan por una serie de alteraciones físicas y químicas (digestión) hasta llegar al intestino delgado. Los alimentos llegan “pulverizados” hasta su más mínima expresión y sólo de esta forma nuestro intestino logra traspasar estos pequeños nutrientes hacia la sangre. Si por algún motivo estos alimentos no pudiesen ser adecuadamente digeridos o “achicados”, el intestino no los podría absorber y por lo tanto, nuestra sangre no los incorporaría al resto del organismo.
Muchas madres creen que por consumir gas en bebidas o por consumir alimentos que a ellas les generan distensión abdominal, como el brócoli, legumbres, cebolla, entre otros, pueden generarle estas molestias y cólicos al bebe a través de la leche materna, pero por fortuna este sería solo un mito. La parte que no se absorbe de los alimentos es la que genera el gas y éste no se absorbe (el intestino nunca va a absorber burbujas de gas), tampoco se absorben los restos de alimentos que provocaron los gases, por lo tanto, si no se absorbe, no pasa a la sangre, y si no pasa a la sangre, jamás va a pasar a formar parte de la leche. Los alimentos que generan distensión y gases en la madre, no van a generar estos gases en el bebé y la madre puede consumir libremente legumbres, coles, maíz, etc.
Ciertas sustancias relacionadas con el sabor son capaces de marcar las preferencias de tu bebe desde la gestación. Estudios han demostrado que madres que consumían muchas zanahorias durante el embarazo, los bebes demostraban señales de placer al consumirlas una vez nacidos. El mecanismo no esta bien descrito aún, pero efectivamente en cuanto a los gustos y preferencias de sabores, se establecen desde época fetal. Madres que consumen una variedad muy limitada de alimentos, tienen niños mas “mañosos” con los sabores, mientras que aquellas con dietas mas variadas, sus hijos tienen una mayor aceptación de nuevos sabores y por ende, una dieta más saludable y equilibrada. Tanto en el período de lactancia como en el embarazo en sí, es fundamental que tengan una dieta lo mas variada posible y así evitar muchas pataletas y mañas en el futuro.
Ciertos alimentos efectivamente pueden modificar el sabor de la leche materna, tanto para bien como para mal. Los alimentos que generan un rechazo en el bebe, varían de madre a madre y de bebé en bebé, es decir, no hay un listado de alimentos que puedan alterar el sabor, es completamente diferente en cada situación. Cada madre debe pesquisar que tipo de alimentos puede generar algún tipo de molestia en el lactante e intentar disminuirlos. Estos alimentos no necesariamente son los mismos que a la madre le generan molestias, éstas reacciones pueden ser con cualquier tipo alimento.
Es importante aclarar que el alcohol, la cafeína y ciertos medicamentos son capaces de ser absorbidos por el intestino y pasar por la leche hacia el bebe. Consumir cafeína en exceso podría aumentar la frecuencia cardíaca del bebe y generar un mayor estrés, por lo tanto, en cuanto al cigarro, café, alcohol y ciertos medicamentos efectivamente deben de ser precavidas.
Demás esta recalcar que la dieta de la nodriza y de la embarazada debiese ser lo mas saludable y natural posible, evitar snacks y alimentos envasados por la cantidad de persevantes, evitar en lo posible los embutidos por los nitratos y nitratos que pudiesen pasar a la leche, evitar el alcohol, drogas, cigarro y excesos de cafetína, aumentar el consumo de cereales y granos enteros, láctoes, frutas, verduras, carnes magras y pescados.
Sofia Cienfuegos Muzard.
Nutricionista y Dietista.
Post título Nutrición Clínica PUC.
En certificación como Coach Integral.
Consulta: Av. Juan XXIII #6789, Vitacura, Santiago.
Contacto: sofia.cienfuegos@gmail.com