Una parte muy esencial en el desarrollo emocional de los niños y que nunca debería faltar en sus vidas, es el cariño que se entrega con los besos y los abrazos. A través de estos gestos, los padres transmitimos a nuestros hijos no sólo cariño y afecto, también les demostramos que estamos ahí para darlos consuelo, protección, para conectarnos con ellos en un espacio de tiempo que es sólo entre nosotros. Los besos y los abrazos son la forma más universal de demostrar amor.
Es un hecho que mientras son bebés, es más fácil ser cariñosos con ellos; tomarlos en brazos, besarlos y hacerles cariño es de los más natural. Pero por alguna razón, a medida que nuestros hijos crecen, las demostraciones de afecto disminuyen, un poco por falta de tiempo, el estrés y la rutina. Por eso, es importante que como padres nos demos un momento para dedicarles a nuestros hijos, sobre todo cuando están en la hora de irse a dormir.
Un beso dado con consciencia para demostrar amor
En nuestra sociedad, nos saludamos y despedimos de beso de todo el mundo (una costumbre que, por el COVID, dejó de ser tan normal). Los besos y abrazos apurados no tienen el mismo efecto que aquellos que se dan conscientemente, tomando el tiempo necesario, sabiendo que lo que haces es, efectivamente, dar una demostración de afecto.
Para nuestros hijos, los besos conscientes son mágicos: pueden curar heridas, aplacar dolores, los hacen sentir seguros cuando hay incertidumbre, o están tristes o frustrados. Los besos les dan sensación de amparo, calma y refugio, además de motivación y confianza.
Esta idea del poder de los besos no es sólo una fantasía; la ciencia ha demostrado que, efectivamente, inciden mucho en el desarrollo emocional a largo y corto plazo. Por eso, cuando nuestros niños vayan creciendo, no nos dejemos llevar por la errónea idea de que nos necesitan menos, pues siempre necesitarán nuestras demostraciones de amor.
¿Por qué es importante el beso de buenas noches?
Sabemos que el tiempo de calidad que podemos pasar con nuestros hijos se ha ido disminuyendo, entre el trabajo, el colegio y todas las obligaciones que tenemos en el día a día. La mayoría de nosotros nos vamos a dormir sintiendo culpa por el poco tiempo que le dedicamos a nuestros niños. Pero sentirnos culpable no sirve de nada, nos hace más daño y aporta a nuestro estrés, entonces, lo ideal, es cambiar un poco las rutinas que tenemos y dejarle un espacio al regaloneo.
Uno de los mejores momentos para regalonear es cuando se van a dormir; si tenemos el tiempo, acostarnos con ellos y leerles un cuento hasta que se duerman es lo ideal, pero si el tiempo no te da, desearles las buenas noches, darles un beso y hacerles un cariño, es un momento muy significativo para los niños ya que, al dormirse, tienen como último recuerdo la caricia y el beso de su papá y su mamá. Además, es sumamente beneficioso para el buen dormir, ya que la sensación placentera de recibir cariño los ayuda a conciliar el sueño y a tener un mejor descanso. Los hace sentirse amados e importantes y, para nosotros los papás, es un momento que podemos dedicarles tranquilamente. Ojalá podamos siempre hacernos el tiempo de darles un abrazo y un beso a nuestros niños antes de dormir.
FUENTE: bebesymas.com
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