Muchas veces vivimos tan apuradas que no nos damos cuenta de lo que en verdad sentimos. No nos detenemos a preguntarnos si queremos en verdad lo que estamos haciendo o es sólo un operar automático que hemos adquirido por herencia, obligación o añadidura. Quiero ser clara, no hablo de un idealismo insensato, es obvio que hay parámetros que debemos seguir ya que tenemos ciertas obligaciones. Sin embargo, la forma en la que vamos a ir haciendo las cosas va a depender exclusivamente de nuestra creatividad y los cambios que establezcamos van a depender de nuestra valentía (que no es ausencia de miedo, es enfrentar los miedos y luchar por lo que amamos).
Me encantaría transmitirle la siguiente certeza: cuando deseas algo y luchas por cumplirlo (trabaja, crea, busca caminos, construye puentes) las cosas suceden, y no quiero que suene a místico porque poco o nada lo soy: sucede porque nosotras hemos hecho lo necesario para que se realice.
Es importante entonces que nos conectemos con nosotras mismas, escuchemos a nuestro interior (corazón, alma o como quieran llamarle) y busquemos vivir desde esa conexión. Partamos conociendo nuestro cuerpo, nuestros ciclos: cuando entendemos nuestros ciclos hormonales logramos entendernos y querernos profundamente. Que nadie diga que los ciclos femeninos son complejos, si lo son es porque nosotras mismas no los conocemos y no nos escuchamos. Nuestro cuerpo conectado a nuestros deseos, penas y alegrías también está conectado al contexto, a la cultura en la que vivimos. Intentemos generar un continuo entre lo que somos, lo que hacemos y lo que sentimos, no podemos darnos cuenta tardíamente que tenemos “llamadas perdidas” de nuestro corazón y no las contestamos a tiempo.
Varinia Signorelli