Patrulla de mamás: el valor de las redes de mujeres en la maternidad

Por Daniela Méndez

Una tarde me llamó Valentina y me preguntó si al día siguiente podía buscar a Simón en el jardín. Ella tenía que atender pacientes y su esposo, quien normalmente lo busca, muy probablemente se retrasaría porque estaría fuera de la ciudad con un tema laboral. Le dije que claro. Que buscaría a Ignacio en el jardín que salía un poco antes y de allí felices íbamos juntos por el peque.

Fue hermoso ver la alegría de Ignacio al ir a buscar a su amigo, la de Simón al vernos llegar y salir feliz con nosotros de su jardín, la mía de haber podido ayudar a mi amiga y la de ella de haber tenido con quien contar.

Creo que poder pedirnos ayuda entre nosotras es demasiado necesario para sentirnos acompañadas y apoyadas en nuestras maternidades.

También recuerdo que hace algunos años cuando yo no deseaba ser madre ni imaginaba que iba a llegar a serlo, mi amiga Maru dio a luz a su pequeño. Yo estaba viviendo una temporada en su depto de soltera y pasábamos bastante tiempo juntas. Ella en ocasiones me pedía, con toda confianza, si podía cuidar a Matu junto con su mamá y otra amiga querida, una hora o dos mientras ella daba clases de yoga. En primer lugar, me parecía hermoso que ella tuviera esa claridad y confianza en mí para pedirme ayuda con algo tan valioso como el cuidado de su hijo y en segundo, a esa parte de mi que aún no imaginaba los malabares que hacemos cuando maternamos le generaba admiración su deseo por conciliar el mundo amado del yoga -que además era su trabajo remunerado- y el  mundo maternal contando con nosotras.

Ella en varias ocasiones me ha dado un consejo valioso (porque además me ha dado el ejemplo con sus propias acciones): ¡Pide ayuda! Y yo intento tomarlo tratando de vencer mis resistencias.

Me ha pasado y también a otras madres que me lo han confesado, que a veces nos da vergüenza y esperamos que sea el otro quien la ofrezca pero creo que es importante que nos atrevamos a tomar la iniciativa sobre todo entre nosotras, la patrulla de mamás. Y ¿por qué la llamo así? Porque así como Ryder de Paw Patrol hace una llamada de alerta y los cachorros dicen: Ryder nos necesita! Nosotras también podemos ser como Ryder (hacer nuestra llamada o llamadas de alerta) o  como los cachorros (decir aquí estamos a una amiga mamá que lo necesita).

Valentina me confesó que haber buscado a su hijo al jardín para ella fue demasiado significativo: alivia la sensación de que no hay nadie más que pueda ayudarte y eso descansa el cuerpo, la mente y el corazón… y yo la entiendo porque lo he sentido, porque me ha pasado.

La maternidad tiene su belleza y su dureza, es algo que hemos compartido juntas varias veces en este espacio. A veces suele ser demasiado solitaria y más aún hoy cuando nadie pareciera tener tiempo para nada. Ayudarnos las unas a las otras y criar juntas a nuestros hijos puede ser una manera de hacerla más bonita y llevadera.

Daniela Méndez es psicóloga psicoanalista, dedicada a la psicología femenina y autora de Prometo Amarme. Una de sus motivaciones más importantes es descubrir cómo vivimos las mujeres la experiencia de maternidad. La puedes encontrar en su Instagram: @espaciodanielaalma y en su página web: danielaalma.com