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[Opinión] Nacer con Displasia

Cuando mi hija Joaquina nació escuchaba que el equipo médico y mi esposo decían: “¡su pierna izquierda, la pierna!”. Y sin saber qué pasaba, me comencé a angustiar, mientras mi esposo me calmaba diciéndome que era muy fuerte, que juntos estábamos haciendo un buen trabajo y que todo estaría bien.

Joaquina estuvo la mayor parte del embarazo en posición podálica, es decir, de nalgas en el útero, y al momento de girarse y adoptar posición de parto, se puso en una mala posición, que desencadenó una luxación de caderas, que producía que ésta no sujetara la pierna.

Esto trajo como consecuencia una displasia grave de caderas. Y aquí es como comienza todo, un mundo total y completamente nuevo y desconocido para nosotros. Busqué información en internet y no existía nada relacionado a este tema y los cuidados de este tipo de tratamiento, a diferencia de otro tipo de patologías como lo son las alergias alimentarias, por ejemplo.

Es por esto que hoy quiero exponer mis sentimientos y ponerlos a disposición de mamás que, al igual que yo, han vivido, viven o están en vías de comenzar el tratamiento para corregir este diagnóstico.

Examen Diagnóstico de Displasia

Es sumamente importante realizar el chequeo y resultado o derivación de la patología a tiempo. Esto debido a que mientras más tempranamente se comience el tratamiento, más rápido y fácil puede ser la recuperación.

Para esto, es necesario realizar un examen físico a través de maniobras realizada por el pediatra llamadas Ortolani y Barlow, donde es posible detectar que una cadera está fuera de lugar.

La Radiografía de Caderas, es fundamental y diría que un examen obligatorio, tanto como las vacunas, esto para ver de forma certera la situación y posición actual de las caderas y que éstas estén en el lugar adecuado.

Emociones de mamá

Tú y yo sabemos que quisiéramos que nada les ocurriera a nuestros hijos y que seríamos probablemente capaces de llegar a desear que cualquier cosa que pueda afectarles, nos sucediera a nosotros y no a ellos.

Sin embargo, es algo que debemos aprende a aceptar, tomar fuerzas, respirar y continuar, porque la recuperación de un resfrío y de un post quirúrgico dependen de medicinas, seguro que sí, pero la fuerza y contención de mamá siempre son fundamentales.

Entonces, ahí estaba yo, frente al pediatra, mirando detenidamente sus ojos y esperando a que me dijera que todo estaba perfecto y que la radiografía que él estaba evaluando estaba en sus rangos normales, pero me mira y era innegable. Ella tenía Displasia. Lloré, me lamenté y busqué información para lograr conocer un poco y saber a qué íbamos a enfrentarnos, y digo íbamos porque fue algo que nos involucró a todos como familia.

Con el pasar de los días conocimos el tratamiento, el uso de correas o arnés de Pavlik por algunos meses. ¿Qué es eso? No había siquiera visto las correas en mi vida, pero ahí estaba yo, su madre, recargada de energías para transmitírselas de la mejor forma y que ella sintiera que no estaba sola en esta nueva posición de piernas abiertas, estaba yo para portarla, para mantenerla cerca de mí, de la forma que ella estuviese más calma y cómoda, ahí estaba yo improvisando en mi maternidad contenedora, cuando por dentro solo quería que todo esto fuese un mal sueño.

Por: Constanza Morales, madre de Joaquina.

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