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[Opinión] La difícil experiencia de vivir con diabetes por nueve meses

Embarazo y parto

[Opinión] La difícil experiencia de vivir con diabetes por nueve meses

Estoy viviendo mi segundo embarazo, y junto con esto mi segunda diabetes gestacional. Durante el primero de ellos la situación fue crítica, porque yo era demasiado temerosa de que le fuese a pasar algo a mi bebé. Me costó tanto que llegara, que si le pasaba algo por mi culpa no me lo perdonaría.
La doctora fue clara: vamos a hacer dieta estricta, más dos metformina al día refuerzos de insulina rápida en caso que la glucosa se dispare una hora después de cada comida y vamos a aplicar la insulina rápida todos los días antes de dormir, para que amanezcas con la glicemia controlada durante la noche.
Esto significa en pocas palabras: sufrir mientras veía a mi marido e hijastros comer cositas ricas; gastar mucha plata en las tiras reactivas para tomarme el azúcar después de cada comida y también en las insulinas, porque la verdad que el problema que hace la isapre con el GES, hace que todo sea más estresante todavía.
Pero estaba preparada, fueron meses de prepararme comidas sanas, andar a todos lados con mis colaciones y privarme de tanta cosa que antes nunca las valoré, como comerme una marraqueta con dulce membrillo. No importa, todo sería por el bienestar de mi hijo.
Y es que claro, una diabetes gestacional mal cuidada, provoca que el bebé pueda nacer diabético o con sobrepeso; o que con el pasar del tiempo el niño desarrolle obesidad o problemas oculares, entre otras cosas.
Subí en total seis kilos en todo el embarazo. Y claro es reconfortante que te digan que te ves regia, pero a mí lo que más me hizo feliz, es que me dijeran que Santiago nació santo y sin problemas.

Segundo embarazo con diabetes

Ahora ha sido todo más complejo. Con León me he cuidado igual, sigo con el mismo tratamiento, incluso no he podido subir de peso, lo que le preocupa a mi diabetóloga, y los niveles de glicemia se disparan y a veces por nada. He tenido que recurrir el triple a la insulina de emergencia, y mi guagua está en percentil 90, lo que no es visto con muy buenos ojos por el ginecólogo.
¿Qué puede ser? No tengo idea, pero la placenta que es la culpable de todo esto está imparable y yo a la espera de la siguiente ecografía, pidiendo que baje de percentil, que no engorde tanto en estas últimas cuatro semanas que me quedan.
Maldita diabetes gestacional, que menos mal se va con el parto, pero podría volver después de 15 años. Porque según mi doctor esto no para acá, ya que lo más probable es que después de ese promedio de años, la madre que la padeció, se convierta en una diabética más en este mundo.
Por: Angie Baeza, madre y periodista. 

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