X

Normalicemos hablar del fracaso

Por Soledad López

Tenemos la costumbre de hablar siempre de nuestros éxitos, de reconocerlos en público, exponerlos en las redes sociales, de compartirlos con la familia y de repasarlos la mayor cantidad de veces posibles a lo largo de nuestra historia de vida.

Pero, curiosamente, de los fracasos es poco lo que decimos. Muchas veces ni si quiera los enfrentamos. Particularmente pareciera que los escondemos, porque estamos acostumbrados a vivir en una sociedad que castiga el fracaso/error y que aún no es capaz de comprender que es una fuente primordial de consolidación de aprendizajes.

Fracasar es parte de la vida. Nos guste o no, debemos aprender a convivir con ello; fracasar significa movimiento, algo hiciste, no salió como esperabas, el resultado fue el problema. Nuevamente estamos acostumbrados a fijarnos solo en una parte del proceso, en este caso el resultado, pero esto no es lo único importante.

Fracasar y cometer errores son oportunidades, porque nos permiten ver más allá, explorar, innovar, ser más resolutivos. Entonces evitar el fracaso, o cometer errores, solo nos lleva a alejarnos de este espíritu que amplía la mirada hacia comprender que hablar de los fracasos es parte del proceso de aprendizaje necesario para el ser humano.

La cultura normalizadora es aquella que simplemente tolera el fracaso como parte de la vida, lo que también te motiva querer correr más riesgos. Pero ¿cómo conseguimos que un fracaso se vuelva significativo y efectivo para potenciar un nuevo aprendizaje? A través del análisis. Esta instancia brinda la oportunidad de tener una mirada constructiva sobre el fracaso, darle el giro para convertirlo en una nueva oportunidad. Pero, sobre todo, acostumbrándonos a hablar de ello desde la primera infancia.

Comprender el fracaso como parte natural de la vida de los niños y niñas genera experiencia y posibilidades de abrir espacios de diálogo o discusión, donde el análisis es primordial. Normalizar hablar del fracaso puede generar un significativo cambio cultural en la sociedad actual, que hoy en día solo valora y resalta los resultados positivos.

“No aprendemos de la experiencia, aprendemos reflexionando sobre la experiencia”.

John Dewey (1933)


María Soledad López Contardo es profesora de Educación Básica y madre, y tiene un magíster en Desarrollo Curricular y Proyectos Educativos. Su intención como docente es acoger y dejar una huella en sus estudiantes y familias.  

Leave a Reply

Artículos relacionados