“Tener una lucesita que nació el año 2002 (mi hermoso sobrino), atender pequeños pacientes preciosos que inspiran, que se esfuerzan al máximo por establecer relaciones sociales cuando no tienen idea de cómo hacerlo, entrar a muchos perfiles de Facebook y encontrar mucha necesidad de ayuda y de apoyo a padres y/o cuidadores de niños y jóvenes Asperger que se sienten muy perdidos con el diagnóstico, con el tratamiento y con la información; todo esto y más me motivan a levantarme una y otra vez, a dar a conocer este maravilloso mundo de una condición que sí es diferente, que no es una enfermedad, de la cual hay mucho desconocimiento y discriminación”
Me presento, mi nombre es Isabel López Turner, soy de Concepción y luego de ver trabajos a nivel cognitivo (lenguaje, memoria, aprendizaje) y a nivel de modificación conductual, comencé a recibir una y otra vez en la consulta (en Stgo, Rancagua y Concepción) a pequeñitos Asperger y Neurotípicos (que vendríamos a ser nosotros los entre comillas normales) con mucha pena y angustia. Es ahí entonces, cuando uno se pregunta: ¿Qué pasa con el mundo emocional de estos pequeños? ¿Cómo no abordar esa área tan importante para el desarrollo de cualquier niño?
Somos un todo, tenemos emociones y un área relacional vincular que empieza desde que somos bebés, una línea de tiempo que se va formando con muchas de nuestras experiencias, que cada uno vive en forma diferente al otro.
Más allá de las diferencias de tratamiento, desde el Asperger, el Sindrome de Down, son niños que poseen una Figura Significativa, un padre o una madre quien fue su cuidador, quien satisfizo o no sus necesidades de contención afectiva, quien estuvo disponible o no para el niño, de forma constante o de forma intermitente o incluso en algunos casos de manera evitativa. ¿Cómo entonces esto no va a influir en cómo sean nuestros niños?
Los invito a conocer poco a poco el Apego, la importancia del Vínculo y de cómo estos cimientos, son fuertes ladrillos para generar una gran estructura de un edificio enorme de personalidad que permite dar esa seguridad y firmeza para generar cambios conductuales; porque el niño para ser autónomo primero necesita ser dependiente, ser contenido, entendido y refugiado, necesita que el adulto module y ordene su mundo emocional. Lamentablemente últimamente he escuchado, que para ser adultos fuertes, hay que “criarlos dejándolos solos desde chicos, dejar que lloren, que se les pase”, y bueno, es absolutamente todo lo contrario. Nuestros niños necesitan identificar y comprender las emociones para luego desde ahí poder manejarlas a través de algún modelo (mamá, papá, abuela/o, tía/o), para así no tener que seguir viendo en consulta aspectos desoladores como sobre uso de fármacos en niños de 3 años, en donde su cerebro ni siquiera se ha terminado de formar aún, o frases como “quiero morir” en chicos de 5 años… De esas frases que rompen el alma y que a uno como profesional la invitan a seguir luchando por la importancia de las emociones.
Y bueno hay una oración que me encanta y que es: “Las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas”. Yo defiendo con creces el apego, los derechos de los niños, la importancia del vínculo y el respeto por las diferencias. Por lo mismo, atiendo a pacientes “Aspis” (Asperger) junto a una persona que admiro muchísimo: Juan Carlos, Periodista, Asperger, que me entrega a diario su experiencia desde su propias vivencias y sus conocimientos desde su diplomado, pronto conoceremos palabras suyas.
Isabel López Turner