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Mitos de la alimentación y la crianza infantil

 

Nuestra sociedad está llena de prejuicios y mitos, la maternidad, crianza y los niños no están excentos de falsas creencias. En esta oportunidad hablaremos acerca de los mitos de la alimentación y la crianza de los niños. A diario miles de recomendaciones bombardean a las madres y no sabemos qué consejo tomar y cuál desechar.

Todas las madres queremos hacer lo mejor que se puede con nuestros niños entonces intentamos responder a todas las demandas de manera coherente para asegurarnos que nuestros niños crezcan sanos. Es así como, muchas veces,  dejamos de lado nuestra propia certeza e instinto por hacer lo que otros dicen que debemos hacer. Suena bien confuso pero las madres sabemos que, muchas veces, nos vemos obligadas a actuar de tal o cual manera, para evitar sentirnos culpables. Y luego nos sentimos culpables por no actuar como nuestro instinto decía. Es un circulo vicioso sin fin que queremos cortar hablando un poco sobre los prejuicios y mitos que nos rodean, para saber cómo responder, qué responder frente a recomendaciones que en verdad no lo son y así actuar con seguridad frente a múltiple desinformación a la que estamos expuestas a diario.

Si bien hay mitos diversos, tantos como para hacer una enciclopedia, hemos recopilado algunos con los que te será de gran utilidad contar, para tener clara su falsedad absoluta.

  1. Está prohibido hacer caso al llanto de los niños, darles lo que piden los convertirá en niños mañosos, manipuladores y malintencionados. FALSO.

El llanto es un dispositivo mamífero, el cachorro humano responde a una lógica sencilla: displacer es igual a  llanto “Así puedo llamar la atención de la madre mamífera para que no se olvide que tiene que cuidarme, sin los cuidados de mi madre podría morir”.

Es simple, si un niño llora debemos atender a su llamado, algo le sucede entonces debemos responder a esa demanda para que vuelva a sentirse bien. ¿Qué pasa si no respondemos? es probable que deje de llorar. Porque aprenderá a que si algo le pasa nadie lo ayudará y eso se llama “indefensión aprendida” lo cual podría provocar problemas futuros y evitar que sea un niño con confianza en sí mismo. ¿Y si voy cada vez que llora? entonces aprenderá a que estás ahí y cada vez llorará menos porque será un bebé con confianza en sus cuidadores.

 

         2. No debes darle pecho a libre demanda, debes crearle un horario en las tomas sino será un malcriado. FALSO.

El estomago del bebé es muy pequeño, del tamaño de una bolita al principio, va creciendo junto con su cuerpo pero la capacidad de éste es mínima. Para evitar una baja de glicemia que podría provocarle la muerte, el bebé pide leche cada vez que necesita. A medida que va creciendo no debería pasar más de 4 horas sin tomar leche que, además, se digiere rápido por lo cual siente hambre seguido. Por eso los médicos dicen “cada 4 horas” para que no dejes pasar más de 4 horas. Pero si el bebé te pide más seguido que 4 horas está bien y es necesario, por esta razón darle a libre demanda es la consigna de los expertos. Esto hará que nuestro hijo reciba lo que necesita en nutrición y contacto, sentando bases sólidas para más adelante en su desarrollo.

 

          3. Está prohibido que los niños se duerman en brazos o dormir con ellos, criarás niños inseguros y dependientes. FALSO.

Ya entendimos un poco más la lógica de las guaguas, así como lloran para pedir lo que necesitan, es absolutamente necesario que respondamos al llanto; los bebés necesitan sentir nuestro cuerpo cerca del cuerpo de ellos para sentirse seguros. Han estado 9 meses cerca y este mundo lejos del cuerpo de la mamá los abruma, por lo tanto sentir la cercanía los calma.

Si durante el día ya es importante mantener el contacto, de noche lo es más aún. El hombre es el único mamífero que saca de la habitación a sus cachorros, los otros mamíferos los dejan más cerca en la noche para que el depredador no venga a comérselos. Los bebés entonces, instintivamente, buscarán la cercanía del cuerpo de la madre en la noche. Si les damos lo que necesitan: cercanía de mamá, serán capaces posteriormente de dormir solos e independientes; en cambio si no podrían ser más inseguros y les costará estar solos durante la noche.

4.Tienen que comerse toda la comida para estar bien nutridos, sino debes dejarlos sentados todo el día, hasta que lo hagan. FALSO.

Muchas veces los niños necesitan menos comida de la que pensamos. Cada niño es diferente a otro y a veces se cree que un niño que es “bueno para comer” es un niño sano y uno que come en menor cantidad no lo es. Por otro lado, el tema comida es cultural: comer “harto o poco” es subjetivo porque depende de quién lo mire y en qué lugar estemos. Por ejemplo: mientras para la mamá está comiendo bien, la abuela dirá que es poco; mientras que “comer mucho” en la zona central del país, no es lo mismo que “comer mucho” en el Sur.

Se nos olvida que los niños saben bien de sus necesidades básicas y que si tienen hambre comerán y, por el contrario, si no tienen hambre dejarán de comer. Confiar en sus sensaciones corporales y hacerles ver que lo que dicta su cuerpo es un indicador valioso es mucho más importante que si comen una cucharada menos o una cucharada más.    Les estamos diciendo que escuchen a su cuerpo y que a nosotros nos importa que deben exigir respeto por él. Comer no es solamente nutrir el cuerpo, es nutrirse de la experiencia de compartir con quienes quiero.

Personalmente, muchas veces prefiero las porciones claras para no dejarme caer en sensaciones subjetivas. Los colados, por ejemplo, me ayudan a saber cuánto darle y sé que tienen el aporte calórico que necesita a su edad y todas las proteínas necesarias sin sodio, conservantes ni aditivos. Por lo mismo uso Naturnes de Nestlé, la nueva línea de colados que además tiene postre con fruta 100% orgánica. Por lo demás debemos asociar la comida a un momento placentero en el que podemos compartir en familia y escucharnos para fomentar la comunicación.

 

          5. Una palmada a tiempo es necesaria para corregirlos, sino serán rebeldes e incontrolables. FALSO.

Si ya castigarlos está desaconsejado por los expertos, ya que se ha comprobado que el cerebro del niño aprende mejor lejos de premios y castigos, que es el ejemplo el que debemos cultivar y el acompañamiento practicar para generar los hábitos. Más aún está en desaprobación absoluta el maltrato psicológico o físico. Ningún golpe por “despacio” que sea, está aprobado ni justificado con un niño. Así NO se aprende y además para protegerlos, está penado por ley.

Ningún niño debería aprender que quien más ama en la vida, lo golpea o le hace daño. Ningún niño debería ser dañado así en su autoestima nunca. Mucha gente dice que a ellos les pasó y no tienen ningún problema: el problema está a la vista, invisibilidad a la violencia y sensación que golpear a otro es normal y valido por “su bien”. Jamás golpear a tu esposa, por despacio que sea, va a ser un recurso ¿por qué lo es con los niños? extraño.

Los niños aprenden jugando, en compañía, aprenden de cómo nosotros los adultos resolvemos los problemas y , sí, a veces los niños tienen malos momentos. Pero justo ahí es cuando más necesitan que mantengamos la calma y seamos capaces de contenerlos. No necesitan un adulto con pataleta al lado. Ni menos golpes.

 

           6. Hay que obligarlos a comer de todo, para que se hagan el hábito. FALSO.

Jamás debemos obligar a nuestro hijo a comer, menos repetirle los platos guardados que no se comieron. Esta práctica heredada de nuestros abuelos, lo único que hará es hacer de la comida un momento tedioso y angustiante.

La única forma que los niños logran comer de todo es que nosotros, sus padres, comamos de todo. De esa manera ellos nos verán alimentarnos saludablemente y verán que comemos los diversos alimentos. Entonces, si quieres que tu hijo coma verduras: come verduras; si quieres que tu hijo coma más fruta: come más fruta; si quieres que tu hijo no coma comida chatarra, entonces no compres comida chatarra y lo mismo con dulces o golosinas que nada aportan. No las comas tú primero. De esa manera y en todo orden de cosas, los niños aprenden a comer y se hacen un hábito saludable en la ingesta de comida. Ayudándonos de paso a tener una vida más sana.

7. No debes tomarlos en brazos porque se van a acostumbrar y no van a querer caminar. FALSO.

Otra afirmación completamente contraproducente. ¿Cómo va a ser que un niño no aprenda a caminar porque lo carguen en brazos? la necesidad de explorar de los niños va a aparecer independiente de si lo cargas o no. El cachorro humano nace desvalido y necesita de los brazos, por eso los pide. Si no los necesitáramos naceríamos sabiendo caminar, así como los caballos. Pero necesitamos los brazos y los beneficios de cargar a los niños en brazos, la exterogestación y el uso de fulares está comprobado absolutamente. Tomarles en brazo fortalece su autoestima y hasta su sistema inmunológico. No lo dudes.

 

          8. Si no quiere comer es porque (otra vez) te está manipulando, igualmente si hace como que vomita , no le creas. FALSO.

Absolutamente falso. Así como los adultos preferimos algunos sabores, así como hay cosas que sencillamente no nos gustan, a los niños les pasa igual. Deberíamos, cada vez que vamos a hacer algo con nuestro hijo, pensar si sería justo que alguien lo haga con nosotros mismos o con un adulto. Ahí está el filtro.

A veces los niños pasan por periodos de cambios importantes o problemas en el jardín o con algo en específico y lo manifiestan cambiando sus hábitos alimenticios o mostrando rechazo por ciertos alimentos. Es un punto a observar pero está lejos de ser aconsejable el creer que nos manipula o miente. Sin duda nos quiere decir algo y no sabe cómo.

A veces es solo que lo preparado no le gustó, a veces de verdad la comida nos queda de muy mal sabor o textura y sí, es un golpe al ego – después que estuvimos horas cocinando con amor – que no coman lo que les hicimos, pero eso es un problema nuestro y no de ellos. A mi me pasa a veces que mi guagua prefiere comer su colado Naturnes de Nestlé o la comida que le hace su papá y la mía no la acepta. Claramente es un tema de los adultos y los padres debemos darle a los niños lo que necesitan.

  9 . Tienes que hacerle un horario, los niños que despiertan durante la noche no crecen y puede provocarles insomnio infantil. FALSO.

Si bien ir bajando las revoluciones al llegar la noche, tratar de generar una rutina que los haga sentir seguros y los relaje y prepararse para el sueño es aconsejable; no lo es el que la hora de dormir sea una lucha y que esperemos que los niños duerman igual que nosotros los adultos. Si bien los niños van durmiendo cada vez más parecido a los grandes no es sino a los 6 años cuando podemos esperar que duerman igual.

Al principio la guagua duerme ratos muy cortos para que no le baje la glicemia, se despierta a comer y es completamente normal. Ninguna guagua nace con el sueño cambiado o necesita que le enseñemos a dormir. Los mamíferos sabemos muy bien de descanso y no por despertar a comer o por necesitar a su mamá en la noche, va a dejar de crecer. Sin duda los bebés duermen mejor cerca del cuerpo de su madre, pero de todas maneras es esperaba que pasen varios años antes que duerman como nosotros soñamos que lo hagan. Animo es la consigna en este punto.

 

 10. Las pataletas hay que combatirlas, mostrarle al niño quién manda para que no te manipule. FALSO.

Cuando las mamás escuchamos que las pataletas son completamente normales, respiramos en paz. A veces creemos que nuestra guagua tierna se está transformando en un niño malvado, llenándonos de pena y culpa, lo que se traduce en rabia y un manejo poco adecuado de los berrinches. Los niños hacen rabietas porque no pueden demostrar la rabia de otra manera, es un estadio evolutivo del desarrollo y haciéndolas van aprendiendo a cómo se maneja la frustración en la vida.

Lo que se espera de nosotros entonces es que nos mantengamos a la altura de la situación, nuestro cerebro sí está maduro y podemos contener a los niños sin competir ni luchar. Acá nadie gana ni nadie pierde, es normal y tu hijo necesita ver cómo se hacen las cosas con calma. Entonces vamos a poner en palabras lo que nuestro hijo no nos puede decir por estar ofuscado y vamos a acompañar hasta que la pena y rabia se le pase. Ese es el remedio. Ocurrirá otra vez, sí… pero irá aprendiendo si tu lo acompañas adecuadamente.

A veces nos enfrascamos en discusiones porque queremos demostrar que “la mamá soy yo” como si realmente necesitaramos demostrarlo. Lo somos y ya. Nadie demuestra lo que es por esencia, relájate.

 

¿Te sirvió alguno de estos derriba mitos?

 

Equipo Supermadre derribando mitos.

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