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Mi hijo dice mentiras – Analizando las mentiras de los niños

Psicología

Mi hijo dice mentiras – Analizando las mentiras de los niños

Mi hijo

¡ Mi hijo dice mentiras !

Las mentiras de los hijos son de las formaciones infantiles que más angustia provocan en los padres. En torno a éstas se han generado muchos comentarios y suposiciones que no hacen más que profundizar el miedo y la preocupación que se manifiestan ante ésta.

Vamos a destacar que fundamentalmente la mentira tiene una connotación valórica en nuestra sociedad, asociada comunmente a malas intenciones y nefastas consecuencias en la vida de quienes las producen. Si bien en la vida adulta la sinceridad es un valor que se espera tengan quienes nos rodean y se asocia a un buen actuar, no podemos homologar esa decisión o discernimiento en el hecho de mentir o no a nuestros hijos pequeños.

Ahora, con el fin que no sea habitual para los pequeños mentir, debemos recordar que los niños nos observan y que si pedimos que no mientan, jamás debemos mentirles. A veces los hijos actúan por imitación, pensando que lo que hacen los adultos cercanos es lo que debe hacerse para vivir en el mundo. Acá tendremos que analizar qué es producto del contexto y qué es formación interna y propia de un pequeño dando luz a alguna dificultad. No es lo mismo que mienta un adulto a que lo haga un niño.

¿Por qué no es lo mismo mentir para mi hijo?

Porque los niños tienen un mundo interno muy productivo e intenso, en el cual abundan los contenidos. Los niños juegan y viven, viven jugando y sus fantasias: miedos, gustos y sueños, tiñen su “vida real”. Es decir, el actuar de un niño creativo y sano, se espera que esté lleno de fantasía. Entonces cuando un niño nos dice algo que no ha sucedido en realidad, debemos entender que tal vez sueña con eso, que es uno de sus miedos o que está jugando simplemente.

A medida que nuestros hijos crecen, podemos ir enseñando y delimitando su campo de acción, con el ingreso al colegio y el discurso social empiezan a comprender que hablar de cosas que no son, no es bien visto y que en ocasiones los meterá en apuros.

Entonces comenzamos a ajustarnos al medio, hablamos lo que corresponde y no alarmamos con nuestras creaciones, quedando plasmada ésta en dibujos, juegos con amigos o historias que pueden escribir.

Sin embargo habrá veces que los hijos van a decidir ocultar la verdad, no porque sean niños que en el futuro serán malas personas, sino que logrando en este acto tener el control de ciertas situaciones, lograr menos problemas o ser más aceptados. Cuando tenemos un niño que miente, debemos siempre entender que no lo hace por maldad sino que para evitar sentirse mal o ser castigados. Y ahí debemos apoyar buscándo el “para qué mintió”. No sacamos nada castigando porque es mentiroso, solo bajar su autoestima y no erradicar la causa.

Debemos ser padres observadores, respetuosos y conscientes de esto: si mi hijo miente es porque algo necesita; porque debo ayudarlo en algo; porque algo siente que no está bien en su vida y debe taparlo con fantasía o porque en verdad está diciendo la verdad y yo no quiero ver la realidad en lo que me dice.

Por favor no tildemos a nuestros hijos de mentirosos, que el ocultar la verdad nos sirva para mirarlos más y entender que hay situaciones que les afectan, que hay tiempo que no le estamos dando o que algo pasa en su entorno y tal vez hay que intervenir o cambiar de lugares para que sea capaz de ser él mismo y no intentar adornar la verdad para sentirse a gusto. Que sea un llamado de atención para nosotros y no para ellos.

Varinia Signorelli C.

Bonus: Revisen el video en que hablamos por qué son tan mentirosos los chilenos

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