Nuestra amiga Liliana Orellana Directora del blog cachorro furioso cuenta en primera persona sobre las dificultades que observa en su Pequeña Adela:
Desde que le saqué el “tete” a la Adelita se empezó a meter más las manos a la boca. Se las chupa, se las saca, se mete los dedos y ahora agarró la mala costumbre de comerse las uñas. He tratado de hablar con ella y explicarle que eso no es bueno, que se puede hacer una herida cuando se corta las uñas con los dientes, que eso no lo hacen las niñitas, etc.
Cero resultados!!! No ha sido fácil porque claramente hay un tema con la ansiedad y con el hecho de que le quité su “tete”, su relajo, su regaloneo. Le fui a preguntar a mi amiga y sicóloga Varinia Signorelli de Terapia Infantil sobre qué hacer en estos casos.
“No es extraño que nuestros pequeños, al sentirse ansiosos, recurran a estos recursos que le traen seguridad inmediata (estimulación de la zona bucal). Algunos niños podrán optar por algún chupete o elemento, pero la verdad es que lo que tienen más a la “mano” es su propio cuerpo. Ahí entonces comienzan, primero, con chuparse los dedos y luego usan los dientes como un recurso más fuerte: aparece entonces el comerse las uñas”, señala.
Es importante quizás darles algún otro elemento para que se relajen y tengan cerca algo que les de seguridad. Yo a la Adelita le pasé su tutito y un osito rosado que le encanta y usa para dormir, pero muchas veces cuando está jugando o viendo monitos la veo con las manos en la boca, mascándose las uñas y no hay tuto ni juguete que la haga salirse de eso!
Según la sicóloga, las circunstancias más comunes que podrían impulsar este hábito son los miedos en general, contextos nuevos que generan ansiedad o dificultades serias en la interacción con el mundo externo. Sin embargo, no debemos olvidar que los niños aprenden de los adultos, por lo tanto si alguien lo hace en casa un niño podría intentar imitar esta conducta: por otro lado, el morderse las uñas requiere además cierta anestesia al estar destruyendo su propio cuerpo, cierta ansiedad que lo permita por decirlo de alguna manera y esto no es mera imitación. Siempre debemos preguntarnos qué está pasando cuando nuestros niños se comen las uñas, el pelo o muerden su cuerpo. No debería mantenerse en caso de ser imitación pura.
¿Cómo prevenir la aparición de este hábito?
Conversando con nuestros niños, explicándoles las cosas que van sucediendo, anteponiéndonos a los cambios para explicarlos antes nosotros, y prepararlos, manteniéndonos comunicados efectivamente y afectivamente con ellos.
¿Qué es lo que debemos hacer?
Primero intentaremos buscar la razón que genera la ansiedad de nuestro hijo/a, debemos entender que es un acto que realizan para sentirse seguro por lo tanto algo está ocurriendo internamente, puede ser algo pequeño o de mayor magnitud pero para el área afectiva de nuestro hijo/a tiene importancia y debemos dársela.
Lo que NO debemos hacer
Jamás poner ají, esmaltes amargos o recetas del siglo pasado. Esto hará que deje de comerse las uñas pero que siga teniendo miedo y puede que presente síntomas en otras áreas.
Si no podemos encontrar la causa debemos acudir a un psicólogo que pueda conocer a nuestro hijo y ayudarnos a detectar el origen de la situación.
Lili deja abierta la pregunta, además, sobre otro tema fundamental: ¿debemos quitarles el tete a nuestros niños/as? Puedes leer mi opinión como psicóloga infantil y madre acá.
Equipo Supermadre.