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Menstruación: Lo Femenino lleno de culpa que ocultamos

Estoy leyendo un libro acerca de menstruación, por esta razón he querido escribir sobre este proceso natural.

¿Por qué leer un libro sobre menstruar?, se preguntarán ustedes, debe sonar freak. No lo es porque en verdad lo que conocemos sobre este proceso normal es más bien biológico, sin embargo este libro profundiza sobre las razones de por qué la menstruación se convierte en un tabú, uno que incluso opera sobre las propias mujeres (productoras de menstruación).

A pesar que la menstruación es algo tan natural como respirar, se considera algo patológico que debemos ocultar. Tanto así que hasta el color rojo del fluido se esconde: ¿Se han dado cuenta que en la publicidad de toallas higiénicas y demáses menstruamos en azul?

Quiero compartir algunos cuestionamientos que deja abierto este texto con ustedes, para que conversemos y opinemos al respecto.

Por supuesto que la menstruación es algo incómodo: te duele, se marca en la ropa, tienes que verificar todo el tiempo el estado de tu ropa interior, te despiertas molesta, cambia el ánimo, te da angustia y quieres comer todo el rato, etc. Para cada mujer es distinto pero que molesta, molesta.

Señala que la menstruación es tabú porque los tabués existen para controlar aquello que es considerado poderoso (lo femenino es power, ya hemos hablado que no hay nada que un grupo de mujeres no pueda conseguir). La capacidad de las mujeres de sangrar sin heridas, en un ritmo predecible, junto a los ciclos lunares, combinada con la capacidad de dar vida a un nuevo ser fueron consideradas capacidades mágicas durante siglos.

Excusas cuando tenemos la regla

¿Por qué inventamos una serie de excusas para evitar decir que estamos menstruando?

Una de las mejores que leí fueron:

  • “No puedo, bebí demasiada cerveza” (prefiero decir que soy alcohólica a que menstrúo)
  • “Se me rompió la ropa interior” (prefiero decir que tengo ropa interior vieja a decir que menstrúo)
  • “Estoy descompuesta” (prefiero decir que tengo diarrea a decir que menstrúo”)
  • “No me siento bien” (prefiero decir que estoy vomitando a decir que menstrúo”)
  • “Tengo que tomar algo” (prefiero que crean que soy drogadicta a que menstrúo”)
  • “Tengo que arreglar mi maquillaje” (prefiero que crean que soy insegura a decir que menstrúo)
  • “Tengo que acompañar a una amiga al baño” (La que menstrúa es ella, no yo)

A pesar que socialmente se habla abiertamente de temas que antes no podíamos: sexualidad, aborto, drogas, divorcios, etc.

No podemos hablar de menstruación abiertamente.

Resulta que hombres y mujeres somos variables y volubles, solo que nosotras sabemos exactamente en qué momento del mes nos sucederá que estaremos más sensibles, los hombres en cambio no sabrán exactamente en qué momento podría agarrarles un ataque de histeria. Desde ese punto, si alguien se detiene a observarnos y conocernos: seríamos bastante predecibles.

Resulta que la menstruación nos permite ser auténticas: auténticas porque somos un montón de hormonas bailarinas dentro nuestro, una montaña rusa de estrógenos y progesteronas que nos hace ser variables.

Pero eso no es una condición difícil, ni terrible. Somos así y eso nos hace encantadoras. No sigamos sintiendo culpa de sentir lo que sentimos! (por favor)

Incluso, algunos síntomas que nos indican que menstruaremos pronto, suelen ser inmejorables: súbito sentido del orden, necesidad de limpieza y espacio libre, desborde de energía femenina, te llenas de valentía, buscas justicia, todo te llega más profundamente (te emocionas y enojas, sientes cosas bellas: por favor escribe algo, has canciones o baila: serás la mejor), estás más cerca de saber quién eres en la vida y qué buscas.

Da la impresión entonces que la menstruación es avergonzante y tabú porque no nos gusta. Y ¿sabes por qué no nos gusta? Porque es avergonzante y tabú. Un ciclo que debemos cortar nosotras mismas. ¿cómo?

Creo que de partirla debemos llamarla por el nombre: menstruación. Llamar por el nombre a algo es aceptarlo tal cual ¿no?

El libro *por si quieren leerlo, es de Ana Von rebeur –  se llama: El Asunto.

Varinia Signorelli C.

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