Los niños de Franja de Gaza
De acuerdo a información entregada por la UNICEF, se calcula que casi 400 niños han muerto y 2.500 han resultado heridos por los bombardeos en Franja de Gaza. Se estima que 370.000 niños necesitan ayuda psicológica.
“Para tener una idea del impacto en la población de Gaza, es como si 200.000 niños hubieran muerto en EEUU. Todas las familias han sido afectadas por alguna perdida, todo lo que sucede pasa frente a los ojos de los niños”
Puntualmente, lo que se vive en franja de Gaza, en donde el hacinamiento impera, es que al parecer no se discrimina en el blanco y se ven afectados civiles y niños.
Frente a conflictos armados los niños deben ser protegidos, sin embargo estamos frente a un conflicto armado en el cual existen demasiados niños/as víctimas. La violencia a la que están expuestos los niños destroza la infancia, es así de simple.
¿Por qué se genera el conflicto? ¿Quién tiene la culpa de tantas muertes?
La respuesta realmente no importa, lo único verdaderamente importante es que los niños afectados viven un ambiente de constante angustia, de trauma constante. No se puede hablar aún de post trauma porque el factor estresor está ahí y no ha cesado, está latente y amenaza: en cualquier momento se activa, se vivencia miedo con el ruido de aviones, con el recuerdo de lo ya vivido, con el miedo de lo que puede ser, con el miedo de ser los próximos afectados.
Los adultos en general, y principalmente los padres y madres, buscamos darle seguridad a nuestros niños, ¿qué pasa cuando no podemos hacerlo porque no depende de nosotros? ¿Cual será el nivel de impotencia de esas madres? No podemos ni imaginarlo. Un niño cerca de una madre que lo contenga puede sobrevivir a lo que sea, pero ¿puede una madre devastada por el miedo y abrumada por la incertidumbre y el terror proteger a un niño. De ninguna manera.
Con respecto a la intervención y a la ayuda que se puede prestar en la zona, ¿podemos pedirle a los niños que simbolicen y grafiquen sus miedos con el fin de metabolizarlos y superarlos? No podemos, porque cuando aparecen en los dibujos trazos que simbolizan a sus seres queridos mutilados por bombardeos, a sus amigos muertos o a aviones amenazantes, no podemos hacer más que tener más miedo aún. Para contener necesitamos ser contenidos.
El miedo siembra miedo y ya nadie contiene a nadie. Son todos cuerpos aterrados en donde los niños son los más solitarios ya que no encuentran otro que los calme. Infancias que desaparecen entre los sonidos de aviones y bombardeos, desesperanza aprendida y nula idea de ayuda, porque ya ha pasado demasiado tiempo y el dolor se impregna en la escasez que impera.
Para los niños de Franja de Gaza, del miedo a la rabia hay un paso, de ahí a odiar a quienes generan dolor en sus familias hay otro paso, y luego ¿cual paso? A centímetros de más violencia.
Hoy son los niños de Franja de Gaza, pero mañana serán otros niños.
Equipo Supermadre – fotografía: This Then That