Ya mucho se ha hablado en la prensa acerca de la ley menstrual que promueve Valeska Naranjo, candidata a diputada por el distrito 10 que abarca las comunas de Santiago, Providencia Ñuñoa, Macul, San Joaquín y La Granja.
En principio esta ley permitiría que las mujeres puedan tener una licencia médica de hasta 3 días al mes.
¿Es eso lo que todas las mujeres quieren? No soy mujer, pero con mucha frecuencia debo atender mujeres con molestias asociadas a sus ciclos menstruales. Eso en medicina se conoce como dismenorrea (menstruación difícil y dolorosa), palabra que proviene del del griego dys-: dificultad, (em)mēn(a): menstruación, y rhoíā: flujo).
La dismenorrea es una causa frecuente de reposo laboral, es decir es una causa por la cual se realizan licencias médicas todos los días, no es necesario crear ninguna nueva ley para que las mujeres que lo necesiten puedan hacer reposo en casa.
Ley menstrual y otras leyes para la mujer
Como sociedad se enciende que existen leyes para ordenar el qué hacemos, qué no hacemos y otras actividades relacionadas con la vida humana. Localmente hemos tenido avances en los últimos años en relación al post-natal, el cual busca beneficiar al binomio madre-hijo pero que en lo personal y para muchos expertos en el tema parece ser insuficiente.
Probablemente un post natal más prolongado y con un retorno progresivo a la vida laboral sean lo mejor para nuestra sociedad.
Un postnatal prolongado será mejor para sociedad, pero su resultado lo veremos sólo a muy largo plazo. Por lo demás, cualquier mujer preferiría estar más tiempo con su bebé que retornando precozmente a trabajar.
Si con las leyes que tenemos hoy en día la mujer es discriminada por la “posibilidad de embarazarse” o por “estar en edad fértil”, entonces ¿que pasará si se crea una ley menstrual?. Probablemente una empresa no esté dispuesta a la posibilidad que 3 de cada 30 días (10% del mes) una mujer pueda hacer uso de esta ley, que finalmente son 36 días al año. Eso genera un gran desincentivo para la contratación de mujeres.
No quiero ser mal interpretado, pero una ley de este tipo no busca la equidad de género. No todas las mujeres menstrúan igual ni por la misma cantidad de días ni tienen ciclos irregulares. ¿Queremos acaso controlar cómo menstrúan las mujeres?
Con o sin ley, las mujeres que sufran de dismenorrea seguirán teniendo mi apoyo y el de otros médicos, particularmente de los ginecólogos (especialistas en la salud de la mujer). Las mujeres que sufren de dismenorrea podrán seguir haciendo uso de una licencia médica si lo necesitan, y por el tiempo que lo necesiten.
Si llevamos la ley menstrual a la micro economía del hogar, legalmente en Chile los 3 primeros días de licencia médica no se pagan. Teóricamente cada vez que una mujer use la “ley menstrual” sus ingresos disminuirían en un 10%, lo cual para una madre jefa de hogar llega a ser violento. Debemos buscar alguna mejor alternativa para ellas.
¿Copiaremos la experiencia de otros países?
Hay ciertos países con leyes similares y la realidad que allí ocurre es que pocas mujeres dan uso a este beneficio, muchas de ellas por temor a perder el trabajo o ser miradas en menos por sus colegas hombres. En algunos países incluso solicitan exámenes médicos para certificar que la mujer está con su menstruación, lo cual las desincentiva a utilizar este permiso.
Afortunadamente ciertas empresas como Nike y Toyota en algunos países tienen prácticas bien implementadas en las cuales la mujer no es castigada económicamente por un descanso menstrual.
Lo que debemos buscar es un compromiso como sociedad, en la cual la mujer pueda libremente ser mujer: menstruando, gestando y pariendo, pero que eso no se convierta en un castigo económico o social para ellas.
Finalmente, en lo terrenal creo que lo que sí podemos legislar es permitir a las mujeres tener mayor flexibilidad laboral, como por ejemplo poder retirarse de su trabajo (por enfermedad de los hijos o dismenorrea), para luego eventualmente recuperar el tiempo perdido en otro momento, sin que eso afecte sus remuneraciones o su permanencia en un puesto de trabajo.
Podemos buscar maneras de no castigar a la mujer, sino que permitirles libremente ser mujeres de acuerdo a sus necesidades e intereses. No debemos convertir en patológico algo que es propio de la mujer.
Dr. Juan Eduardo Donoso