Lactancia
Lactancia Materna: ¿Cómo el amamantamiento previene problemas odontológicos?
La leche materna es sin duda el mejor alimento que podemos dar a nuestros hijos. La OMS recomienda lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses y el mantenimiento o prolongación de ésta hasta los dos años o más. A partir de los seis meses se introducen alimentos adecuados y seguros, según indicación del equipo de salud.
La evidencia nos muestra que la lactancia materna tiene múltiples beneficios para el niño, para la madre, para la familia y para la sociedad.
La lactancia materna, además de nutrir y fomentar el apego entre madre e hijo, permite un adecuado equilibrio en el niño, desde el punto de vista biosicosocial.
Lactancia Materna y Odontología
El amamantamiento, a través de la succión, es el primer y más importante estímulo para el desarrollo de los huesos maxilares; además favorece el desarrollo de la musculatura y articulaciones de nuestra unidad cráneo facial.
Un bebé que amamanta desde horas tempranas, una vez nacido, tonifica y fortalece toda la potente musculatura que trabaja en la succión y en la futura masticación.
El adecuado desarrollo de huesos, articulaciones y músculos, garantiza las funciones de respiración y deglución, las cuales comienzan en la cavidad bucal y deben actuar en sincronía, a medida que el niño crece y comienza a comer.
El desarrollo de las estructuras cráneo faciales, es el resultado de la interacción de factores genéticos y ambientales, la influencia de éstos en el crecimiento de un niño, varía según la edad y el grado de exposición a dichos factores. Estudios han demostrado que el amamantamiento, tiene un efecto directo en la relación oclusal (mordida) que tendrán los huesos maxilares.
Al permitir el avance fisiológico de las estructuras óseas, disminuye el riesgo de presentar problemas de oclusión o “mala mordida”
La succión requiere que el bebé utilice gran cantidad de energía, por lo que se movilizan más músculos, en comparación con el uso de mamadera o chupete; esto permite que el crecimiento de huesos, músculos y articulaciones sea en forma armónica. Al abrir ampliamente la mandíbula hacia delante y atrás, y apretar fuertemente las encías para extraer la leche desde la glándula mamaria, moviliza gran parte de la musculatura que participará en la masticación. El amamantar, permite que estos movimientos de avance y retroceso de la mandíbula sean eficientes.
Estudios confirman que al ejercitar y movilizar los músculos masticadores y faciales, disminuye en un 60% los problemas de apiñamiento dentario, giroversiones y otras anomalías de posición de los dientes en la boca, que podrían afectar la estética.
La lactancia materna disminuye el riesgo de persistencia de malos hábitos bucales como la succión digital, uso de chupete y la respiración bucal
Además de todo el desarrollo de las estructura de la cara, la relación primaria del lactante con su medio ambiente es por la cavidad bucal, para ellos la mayoría de los estímulos sensoriales (sabor y olor), se perciben a través de la boca.
Los integrantes del equipo de salud, tenemos un rol clave en lograr una lactancia exitosa, ya que acompañamos a las familias en el proceso de gestación y crianza. Los odontólogos debemos enfatizar a las madres y padres, la importancia de la lactancia materna y promoverla, ya que es un factor importante en la disminución de futuras alteraciones de mordida, persistencia de malos hábitos y de posición de los dientes.
Para apoyar a las madres puérperas que amamantan, se debe estar informado sobre los beneficios y las prácticas que se han demostrado ser efectivas para promover la lactancia materna.
La promoción, mantención y prolongación de la lactancia materna es tarea de todos.
Carolina Martínez Fernández
Odontóloga Atención Primaria.
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