Salud
La importancia de llevar a tu hijo al oftalmólogo
Así como hay una primera visita al dentista, o al ginecólogo en el caso de las mujeres, el primer control oftalmológico es imprescindible. Y es que durante la infancia, el ojo es un órgano que está en desarrollo. Cuando los bebés nacen, el ojo es inmaduro y con el tiempo va adquiriendo las competencias visuales, por ello, si hay algún problema, lo ideal es tratarlo a tiempo para ver soluciones y mejorar la calidad de vida del niño.
Existen muchos problemas a la vista o del ojo que pueden ser tratados a tiempo, éstos son los más comunes:
• Miopía: problemas para ver de lejos. Se manifiesta a partir de los 10 años, pero puede ocurrir a edades más precoces. Una señal es que los niños se quejan que ven mal el pizarrón o no pueden leer de lejos y tienden a acercarse mucho a los libros, televisión o computador.
• Hipermetropía: dificultad para ver las cosas de cerca. Los niños suelen presentar dolores de cabeza al leer, por lo que evitan la lectura.
• Astigmatismo: se produce cuando la curvatura de la córnea no es regular, lo que provoca una distorsión de la imagen. Algunos de sus síntomas son dolores de cabeza, fatiga ocular, dificultad para leer (de lejos o cerca) y cansancio.
Sin duda que no detectar estos problemas a tiempo no sólo puede complicar la función visual del niño, si no también dificultar ciertas actividades de la vida cotidiana. La mayoría de las veces, los síntomas son los que van a generar la primera consulta al oftalmólogo, sin embargo, los especialistas están de acuerdo en que es recomendable un chequeo preventivo a los 4 años.
Además, el riesgo de no tratar a tiempo un vicio refractivo o desviación a temprana edad es que aparezca la Ambliopía -ojo flojo- que es la falta de desarrollo de la visión en un ojo y que afecta entre el 2% y el 4 % de la población. He ahí la tremenda relevancia de que se realice ese primer control (antes de la etapa escolar) o antes si es que el niño es prematuro, si existen antecedentes familiares de enfermedades oculares o si hay presencia de otras patologías oculares, ya que las secuelas son permanentes si no se detectan a tiempo las anomalías.
Lamentablemente, los errores de refracción no se pueden prevenir, pero pueden diagnosticarse en un examen oftalmológico y tratarse con lentes correctores, lentes de contacto o cirugía refractiva, dependiendo de la edad del paciente.
¿Cuánto y cuánto ve un niño?
Al mes: 5 % de la visión de un adulto
A los 2-4 meses: 20 % de la visión de un adulto
Al año: entre el 30% y 40 % de un adulto
Se logra la visión de un 100% hacia los 3-4 años o incluso más tarde.
Algunas señales de alerta
• Si tu hijo se sienta muy cerca de la televisión.
• Si se queja constantemente de dolor de cabeza y de ojos cansados.
• Si escribe cada vez más cerca del papel o cuaderno.
• Si siente dificultad para leer a distancia.
• Si entrecierra los ojos ver algo que está alejado.
• Si pierde el interés por la lectura y los estudios.
• Si tiene dificultad para correr o parecer torpe en los movimientos.
• Si presenta excesivo lagrimeo y picazón en los ojos.
Equipo Súper Madre
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