La angustia es una de las cosas que más puede llegar a afectar a una persona en el concretar de sus metas es el miedo. Vivimos en una sociedad en la que sabemos hay varios riesgos que asumimos día a día y peligros a os que nos cuidamos responsablemente. Los medios de comunicación nos invaden con invitaciones a ser como se muestra y en las noticias observamos o leemos lo peor del género humano. Claramente lo único claro de vivir e que vamos a morir en algún momento y eso de ser vulnerables a veces nos hace tener miedo. Otras veces vivimos como si no fuéramos mortales, pero negar el miedo es otra forma de tener miedo… creo yo.
Tenemos miedo porque desde pequeñas nos enseñaban a que si no hacíamos las cosas como se nos decía algo “malo” nos iba a pasar: castigos, accidentes, consecuencias negativas, etc. Sea como se que se llame aprendimos con miedo, aprendimos haciendo lo que otros nos decía que hacer y de esa manera nos calmábamos y ya no teníamos tanto miedo. A algunas nos pasa de adultas que nos sentimos mucho más seguras si alguien asienta nuestras decisiones, y ahí nos libramos del miedo… preguntando y sintiéndonos apoyadas (así como si fuéramos pollitas sin refugio). El miedo no nos permite seguir nuestro instinto, el miedo paraliza y no deja avanzar, el miedo es una excusa para no cambiar, para evitar movernos, para evitar…
Con los síntomas de angustia pasa otra cosa: el miedo es siempre ligado a un objeto (miedo a los peros, miedo a la oscuridad, miedo a quedarme sola, miedo a ser abandonada, etc.), en cambio la angustia es miedo no ligado a un objeto, es miedo a nada por ende miedo a todo. La angustia nos invade y puede superarnos llegando a generar cuadros emocionales severos.
Se presupone entonces que si logramos encontrar lo que nos genera angustia entonces, ésta se convierte en miedo (que es a algo) y ahí podemos trabajar para sobreponernos. Siempre se puede vencer el miedo: primero necesitas vencerlo en contención (con gente que te apoye), confiando en ti misma y siendo constante. Luego ya estarás lista para asumir nuevos desafíos.
No inculquemos miedo, no enseñemos con miedo, no contagiemos de miedo a quien no lo tiene y hagamos lo que sentimos.
Varinia Signorelli C.