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Jugar con arena: un mundo de beneficios para los niños

Aprendemos a través de los sentidos, toda nuestra experiencia es percibida a través de éstos y en la infancia cobra un rol fundamental el experienciar, las partes del cuerpo más sensibles al tacto son: boca, manos y pies. El tacto es uno de los sentidos más importantes, es el primero que se desarrolla (antes de nacer ya lo tenemos activo) y nos permite sentirnos seguros ante distintas situaciones cotidianas.

Los niños, al explorar el entorno, a través del tacto conocen de texturas y formas, diferenciando así los distintos elementos que vamos conociendo. Gracias a la clara información que nos entrega el tacto, comprendemos las diferencias de los objetos y se activa el sistema cognitivo.

Gracias a una adecuada sensación del estimulo táctil nos protegemos; frente a estímulos peligrosos; Decidimos según las características de tal o cual objeto. Así también, gracias al tacto desarrollamos habilidades como: la motricidad fina; manipulación de objetos; coordinación del cuerpo; planeamiento motor. Pero además de esto, el tacto nos da información valiosa acerca del medio ambiente, del cuerpo propio y es fundamental en la representación neural de mi cuerpo, participando activamente en la configuración mental de mi esquema corporal. De los limites entre el yo y en no-yo.

Ya imaginarás entonces que cuando hay dificultades táctiles todo el mundo del niño se altera, ya que sus percepciones no son adecuadas y esto puede generar trastornos importantes porque limitará su desarrollo cerebral a un mundo que percibe distinto, por lo tanto puede que su conducta también se observe como distinta y le cueste insertarse en los distintos ambientes.

Jugar con elementos que brinden distintas texturas, jugar con arena por ejemplo, da la posibilidad de despertar y tolerar ciertos elementos con el fin de incorporarlos adecuadamente e integrar sensorialmente a los niños. Por eso nuestro elemento a destacar en este post será el arenero.

Ayuda a desarrollar la imaginación y a configurar la actividad inhibitoria del cerebro, la que previene que otras partes sobre-respondan a input sensoriales. Ayuda a que los niños sean capaces de concentrarse mejor en un estimulo, ya que al jugar llenos de arena, los sentidos están discriminando por una función en específico, dejando de lado la sensación corporal y táctil que les proporciona la arena. Lo cual ayuda a la discriminación de estímulos y a detectar precozmente dificultades del tipo de sensibilizad táctil.

Aprovechar la playa, el aire libre, el buen tiempo para interactuar ayudarán y acompañarán a los niños en el descubrimiento del entorno y en un adecuado conocimiento de sus capacidades.

 

*agradezco la foto a areneros cangrejitos (Facebook: cangrejitos)

 

 

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