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Filosofía del aquí-ahora: La clave para desarrollar una mirada activa y responsable de lo que nos pasa

Observamos pasar nuestra vida en un infinito continuo de instantes sucesivos, uno tras otro. Los que son parte de nuestra memoria, de nuestra experiencia son lo que llamamos el pasado. Los que aún no llegan e imaginamos son el futuro. El presente, ese instante tan real, frente a nosotros, es el ahora. La conciencia de que estamos viviendo en este mismo minuto, este instante, tan breve, es el presente, es el aquí y el ahora.

No se trata de vivir pensando en que no habrá futuro, ni que el pasado ya no importa más, se trata de que lo verdaderamente importante está pasando en este momento. En este artículo te presento las ideas más relevantes relacionadas con la filosofía del aquí-ahora, concepto utilizado en psicología que nos permite desarrollar una mirada activa y responsable de lo que nos pasa.

¿Que es el Aquí-Ahora?

El Aquí-Ahora se encuentra entre el pasado y el futuro. Ese pasado que nos puede brindar el placer de recordar hermosos momentos, con la familia, con seres queridos que ya no están, con el crecimiento de tus hijos o los grandes momentos de tu vida. También el pasado nos muestra todo nuestro potencial, de lo que hemos sido capaces de hacer, de lo que nos motivó para salir adelante y también nos muestra nuestros puntos débiles, aquello que debemos seguir trabajando, de lo pendiente, de lo que debemos sanar.

El futuro nos permite soñar, planificar la vida, establecer objetivos; también nos angustia, nos atemoriza y nos pone ansiosos, por su incertidumbre y  su inseguridad.

El presente simboliza el equilibrio, el punto exacto entre pasado y futuro. El “Aquí y el Ahora” es una forma y una actitud de vida, que potencia el presente, nuestra consciencia y responsabilidad de lo que nos ocurre. El presente es nuestra vida real en vivo y en directo, necesitamos estar conscientes que cada evento que ocurre pasa por mi, por mi cuerpo, mi pensamiento y mis emociones.

Vivir con conciencia del presente es vital para darme cuenta de lo que me pasa. Es común ver personas que piden ayuda profesional cuando ya se sienten superadas, cuando los síntomas ya les traen problemas en su vida cotidiana y no fueron capaces de percatarse cuando se estaba desarrollando un problema y sólo aparece la alarma cuando nos sentimos en extremo agobiados.

Muchos de los gatillantes de los problemas, están en el pasado o guardan relación con la ansiedad de futuro pero somos incapaces de reconocer que eso nos trae dificultades. El aquí-ahora es una forma de tender siempre a mirarnos, a reconocer que me pasa en este momento. Debemos tener en cuenta que un funcionamiento básico de los seres humanos es reconocer nuestras necesidades para satisfacerlas, sino estamos en el presente es muy difícil hacernos cargo de esas necesidades.

Un ejemplo muy cotidiano de los tiempos que vivimos es el sobreuso del celular. Sin duda es una herramienta muy potente, pero es llamativo como el estar revisando mails, redes sociales, la agenda u otras actividades nos saca completamente del disfrute de un hermoso momento familiar o de una excelente conversación. Nos saca del presente.

Diversos autores reconocen la importancia de estar atentos a lo que nos ocurre y también a que nos permitirá mejorar y cambiar positivamente. Si no estamos atentos, podemos dejar pasar muchas oportunidades que nos permitirían mejorar y crecer. En este sentido, el contacto con otras personas, la experiencia y el cambio sólo son posibles en el momento presente. (Latner, 1973).

“¡NADA EXISTE EXISTE EXCEPTO EL AQUÍ Y EL AHORA!” (Perls, 1974). Que frase mas potente para mostrarnos lo importante del presente. Estar aquí en cuerpo y alma, todo lo que soy en un momento determinado. Conectarnos con lo real, lo genuino, lo verdaderamente y más importante. Disfrutar el mirar al otro, sentir la respiración del otro, de compartir de un café, de respirar el aire fresco.

¿Para qué vivir el aquí-ahora?

Muchas veces lo que nos atormenta son cargas internas, generadas por nuestras propias preocupaciones, o cargas externas asociadas a lo que nos pide el entorno. A ello sumamos que vivimos marcados por nuestro pasado y/o angustiados por lo que vendrá.

Lo que nos marca del pasado pueden ser muchos eventos que dejaron huella en nosotros y debemos asumir la responsabilidad de hacernos cargo de ellos. De reparar para avanzar, no hacernos los locos. Ya sea la dificultosa separación de nuestros padres, la pérdida de un cercano, la historia de maltrato o abuso sobre nosotros o un sin fin de otros ejemplos.

Debemos reconocer si esto nos está repercutiendo hoy, en el presente. Es vital identificar si nuestra vivencia actual se ve afectada por el pasado. El asumir significa hacernos cargo de eso y trabajar para superarlo, si no somos capaces de sobrellevarlo de forma individual podemos apoyarnos por un proceso de psicoterapia. Ya verás lo beneficioso que puede ser dejar atrás la mochila pesada que significa no asumir el pasado y sus eventos no resueltos.

Respecto al futuro, en los tiempos que vivimos es muy frecuente y fácil caer en la tentación de vivir pegado en lo que viene. La sobreatención por cosas que aún no han llegado y queremos ahora. Por ejemplo, encontrar una pareja o sufrir por un evento incierto del futuro. Eso hace que perdamos tiempo y energía, y la atención se vuelca en cosas que están en nuestro imaginario, cosas que no son reales aún. Volviendo la mirada al presente gastamos energía en lo que pasa hoy, no podemos desgastarnos en lo que viene si no perdemos atención en lo actual. No es malo anticiparnos, tomar medidas, ser previsores, pero vivir en el futuro nos quita presente, nos quita vida.

Vivimos con la cabeza en otra parte, no centrados en el presente. Actualmente el pasado y el futuro son las bases de nuestras enfermedades, el dolor de un recuerdo, la angustia de un futuro.

Desde el presente podemos dar un sentido distinto al pasado y crear un futuro sin angustias y con esperanzas. La vida se crea desde el centro, desde el ser yo. Esto está muy relacionado al ritmo de vida actual, estamos viviendo una desconexión masiva con el presente, estamos encantados por un disfrute que vendrá, el paquete vacacional, el nuevo modelo de computador,  esa felicidad efímera inconsistente.

No caigamos en esa tentación. El aquí-ahora nos ayuda a tener lo pies bien puestos en la tierra. Lo hermoso de estar conectados con el hoy nos permite disfrutar y vivir los procesos, no solo mirar el objetivo.

¿Cómo vivir el aquí-ahora?

Ahora debiese venir un listado de tips para que aprendas a vivir el aquí-ahora. La verdad, es que no existen recetas de cocina para esto. Todo lo anteriormente escrito tenía por intención mostrar los conceptos más importante que involucran estar muy atentos a los que nos pasa hoy, dejando algo de lado los problemas del pasado y los dilemas del futuro. Incorporar esta visión, esta perspectiva, es un acto individual, un proceso interno, reflexivo, evaluativo, subjetivo, que nace desde un darse cuenta y se hace real en todas las dimensiones de nuestra vida. En el trabajo, en la vida familiar, en la forma como nos relacionamos con los otros. Sin duda, estar más atentos, es vivir más. Cada minuto cuenta.

Es muy común que los pacientes solo esperan la hora de terapia psicológica para evaluar sus vidas y hacerse preguntas. Esto es algo que deberíamos hacer siempre. Por ello, la invitación es a ser conscientes de que la vida está pasando en este minuto, no debemos dejarla pasar sin ser parte de ella. Es un acto responsable, de tomar el sartén por el mango y darnos tiempo para parar, mirar, sentir, escuchar.

“El confrontar el presente es un compromiso a vivir, significa libertad: la libertad de ser nosotros mismos, de escoger de acuerdo a las preferencias de nuestro propio ser: de escoger nuestro camino. En el budismo, el ahora no es meramente un ejercicio espiritual, sino es condición de los sabios.” (Naranjo, 1990)

“Es en el aquí y ahora que nos damos cuenta de todas nuestras posibilidades” (Perls, 1974).

Carla Zapata Gómez

Psicóloga Clínica Adulto – Terapeuta Gestáltica

Puerto Montt

Correo: carlazapatagomez@gmail.com

Instagram: @psicologa.carlazapata

Facebook: @psicologa.carlazapata

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