Se acercan las vacaciones a pasos agigantados y unas de las mayores interrogantes de las mujeres embarazadas que tienen planificado un viaje al exterior son, ¿podré subirme al avión? ¿Qué resguardos debo tener?
Durante el primer y segundo trimestre del embarazo, por lo general, no supone ningún problema. Sin embargo, si presentas algún tipo de complicación, como por ejemplo pérdida de sangre, diabetes, hipertensión, o has tenido ya un parto prematuro, es una buena idea consultar con el médico antes de planear un viaje en avión.
También es recomendable informarle al especialista si piensas viajar a otro país, en caso de que exista algún factor que haya que tener en cuenta, como por ejemplo, si hay que ponerse algunas vacunas que podrían ser perjudiciales durante el embarazo.
El segundo trimestre suele ser el momento ideal para viajar. La mayoría de las mujeres ya no sienten tantas náuseas en ese periodo, tienen más energía, y el riesgo de que sufran un aborto espontáneo es pequeño. Por eso es ideal aprovechar ese momento para disfrutar de tus últimas vacaciones a solas con tu pareja. Además, podrás viajar ligera de equipaje, sin andar cargando coches, cunas y montones de pañales.
Si durante el tercer trimestre tu guatita ya está muy grande, aún no cuando no estés muy cerca de la fecha prevista, es buena idea pedirle a tu médico que te escriba una nota indicando la fecha probable de parto, para evitar problemas a la hora de embarcar. Cada aerolínea tiene diferentes regulaciones, de modo que lo mejor sería que te informaras de cuáles son las restricciones antes de comprar un pasaje aéreo.
Incluso si tienes un embarazo sin complicaciones, es preferible evitar volar en el último mes, porque en ese periodo es más probable que se desencadene el parto. De hecho, muchas aerolíneas prohíben embarcar a mujeres que tienen 8 meses de embarazo (¡no quieren que des a luz en el aire, en caso de que el bebé nazca antes de tiempo!).
Consejos antes del vuelo
•Lo mejor que puedes hacer es procurar estar lo más cómoda posible durante el vuelo. Usa ropa holgada, que sea fácil de sacar si te da calor o de poner si hace frío.
•Para que se noten menos las turbulencias, puedes solicitar un asiento en la zona media del avión, sobre el ala, y si prefieres más espacio para las piernas, un asiento tras una de las mamparas de separación.
•En cualquier caso, pide que el asiento quede junto al pasillo para poder levantarte y estirarte, y para acceder fácilmente al baño. Si permaneces quieta mucho tiempo, corres mayor riesgo de sufrir coágulos de sangre.
•Es una buena idea caminar alrededor de la cabina al menos una vez cada hora. También puedes estirar y flexionar las piernas y los pies, mientras estás sentada, cada 30 minutos.
•Hay pantimedias especiales para el embarazo, que ayudan a mantener el flujo sanguíneo y reducen el riesgo de coágulos y pies hinchados.
•Mientras estés sentada, mantén siempre el cinturón de seguridad abrochado bajo el abdomen y colocado sobre las caderas.
•Tomar muchos fluidos, especialmente agua, puede ayudarte a contrarrestar los efectos deshidratantes del aire seco de la cabina.
•La cafeína actúa como diurético, por lo que es mejor evitar el café, el té y las bebidas refrescantes con cafeína antes y durante el vuelo.
•Y atención a las comidas y bebidas que producen gases, ya que éstos se expanden con la altitud. Si ingieres alimentos como frijoles o col antes del vuelo, el viaje puede resultar muy incómodo.
Equipo Súper Madre
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