El rol de los abuelos en la vida de un niño es fundamental ya que son un ancla poderosa a todo lo que tiene que ver con valores familiares, trascendencia, sabiduría y compañía sólida. Es sumamente importante y puede llegar a ser un gran aporte cuando existe una dinámica familiar positiva que propicia un real compartir en intercambio de información entre los abuelos y los padres.
Un recién nacido es un nuevo miembro que viene a hacer compañía a la familia, deberíamos entonces entender que como miembro de una dinámica no va a ser mirado y admirado por un solo par de ojos sino que va a ser visualizado y compartido por la dinámica entera. Es decir, que la construcción de ese ser humano va a ser, en gran medida, mediada y permitida por todos los miembros de la dinámica familiar.
Para permitir una influencia positiva de los abuelos sobre los nietos:
Primero que todo debe existir una permeabilidad adecuada en los padres y hacia los abuelos, es decir que debemos estar abiertos a que se genere esta relación y ser lo suficientemente transparentes como para decirnos las cosas que nos gustan y las que no nos gustan, con el fin de ir moldeándonos mutuamente a los requerimientos del niño. De la misma manera, los abuelos deben ser lo suficientemente respetuosos de las dinámicas de los padres para no entorpecer con sus propias creencias y, al contrario, buscar el equilibrio para acompañar en la crianza.
Segundo, pero no por eso menos importante, debemos comprender la importancia que tiene para cada padre la presencia de sus respectivos progenitores en la compañía y en el compartir con nuestros niños. En este punto, el llamado es para el padre o madre que debe aprender a respetar y compartir armoniosamente con sus suegros. Socialmente la relación con los suegros está llena de mitos y sesgos (como que nueras y suegras no se llevan bien y suegros con yernos se tienen poca gracia) Pero hace mucho tiempo que las cosas dejaron de ser así. Si tenemos una buena disposición como padres hacia nuestros suegros lo más probable es que encontremos lo mismo de vuelta. Por otro lado, los abuelos en su rol de suegros deberán ser sutiles con los comentarios y recordar cuando ellos fueron padres, será la única manera en la que logren empalizar y saber cómo se tomarán las cosas planteadas y de qué manera decir asertivamente lo que quieren transmitir, para no herir susceptibilidades.
Por otro lado, es importante que los abuelos nos dejen las tareas difíciles a nosotros los padres. Nosotros decidimos qué comen y cuándo; nosotros decidimos qué hace nuestro hijo y qué no: ustedes dispongan de su tiempo para jugar, regalonear, cantar y hacer todo lo que no hicieron con sus hijos por falta de tiempo. El ser abuelo/a da la posibilidad de trascender y ser importante en la vida de un niño sin toda la responsabilidad que implica el ser padres y acompañar desde la tranquilidad.
Los abuelos también pueden ser un gran apoyo para los padres y eso repercute favorablemente en la salud emocional de los niños: cuando los abuelos están ahí para contener a sus hijos, entonces los episodios de dificultades serán más cortos, menos intensos y los niños saldrán menos perjudicados. Es acá en donde tienen la importancia absoluta ya que nadie contiene mejor que un padre o una madre: dejen que todos los demás nos critiquen, porque suele suceder, ustedes dedíquense a decirnos lo bien que hacemos las cosas y cómo mejorar (pero con ternura, amor y mucho respeto)
Necesitamos de una familia entera para criar a un niño: estar y estar cuando se les necesita, dispuestos a una palabra de aliento o a ser brazos para sostener a una guagua, es algo que siempre les vamos a agradecer.
Finalmente todo lo que le enseñan a nuestros pequeños es conocimiento que va a perdurar y transmitirán códigos imborrables que jamás morirán dentro del corazón de cada pequeño: La calidez del abrazo del abuelo o los cuentos de la abuela, serán marca indeleble para las memorias de las nuevas generaciones, que finalmente les permitirán a nuestros hijos actuar en el futuro, cuando sus cuerpos pequeños se conviertan en cuerpos de abuelos.
Varinia Signorelli
*Escrito para el blog Opaline