El “rincón de pensar” no sirve

El rincón de pensar no es una estrategia educativa, aunque se plantea en muchos sitios como una. Primero, porque genera que el niño relacione el hecho de pensar y reflexionar con algo negativo, le damos la opción del rincón de pensar como una forma de castigo. Y reflexionar nunca debe ser visto como un castigo, sino algo que enseñamos como beneficioso y parte de su desarrollo.

Además, de esta forma no les acompañamos emocionalmente, solo les transmitimos el mensaje de que “no se han portado bien”. No les entregamos alternativas o una experiencia de aprendizaje, simplemente les castigamos. Otra cosa sería reflexionar con ellos, sin enviarlos solos a ese rincón.

Además, a través de esta práctica estamos promoviendo en los niños un aislamiento que puede generarles sentimientos de desconexión, vergüenza o humillación.

Al mismo tiempo, si les hacemos aislarse, les estamos dandoel mensaje de que deben autorregularse solos, y que no pueden contar con nuestra ayuda.

Un rincón que sí funciona es el rincón de la calma.

El rincón de la calma

Se trata de un espacio físico que tiene como objetivo entregarnos bienestar cuando no nos encontremos bien emocionalmente. Por ejemplo, cuando estamos cansados, necesitamos desconectarnos, descansar o aislar un poco el ruido y movimiento general.

La idea es que sea un lugar pequeño de la casa, decorado con elementos que nos aporten comodidad física, tales como colchonetas, mantas, cojines o almohadas. Además, podemos usar materiales que estén disponibles para momentos de calma, como libros, mandalas para pintar y juguetes sensoriales.

Este rincón no es un lugar de castigo, sino un espacio para poder regularnos y volver a sentirnos tranquilos.

Este texto es una adaptación de Supermadre. El artículo original lo escribió Laura Ruiz Mitjana para Bebés y más y lo encuentras aquí.