La Página Oscura: Parte 4 – Seguir
“Y sé que a través de todo
La parte mas difícil del amor es el dejar ir
Pero hay un gran amor que nos sostiene”
Michael W. Smith – Pray for me
Muchas veces me han preguntado ¿Como es posible enfrentar una serie de tragedias o situaciones difíciles cuando eres muy sensible, eres apegado a la gente y necesitas tanto de las rutinas?
Bueno, no se trata de formulas, recetas, cada experiencia es única en todo sentido, pero siempre hay algo que se puede rescatar de lo que dicen algunos autores y artistas por eso he de citar a Joss Whedon quien plantea una verdad lamentablemente incuestionable, que me la repito una y otra vez, dado que es difícil pero muy necesario asumirla: “Aun si los ves venir, no estas listo para los grandes momentos. Nadie pide porque su vida cambie, realmente. Pero ocurre. Entonces ¿Somos indefensos?, ¿Títeres? No, los grandes momentos van a venir, no lo puedes evitar, es lo que hagas después lo que cuenta. Ahí es cuando encuentras quien eres.” (*a)
El mismo Whedon reflexiona sobre lo mismo el final alternativo del filme Serenity cuando el villano desmoralizado al ver el nombre de la nave, el mismo del filme y que representa el momento mas difícil de la vida de quien lo derrotó, le pregunta: “Lo perdiste todo en esa batalla, todo lo que tenías todo lo que eras. ¿Como puedes seguir caminando?” Fríamente su adversario, le responde: “si sigues parado cuando se encienda el motor nunca lo sabrás.”
A juicio personal la respuesta es compleja, es vital aprender a ver la realidad con nuestros propios ojos, sopesarla con tantos detalles como sea posible sin miedo a nada, conscientes de lo que somos en toda nuestra real dimensión. Como ya he escrito numerosas veces, en artículos anteriores, debemos reconocernos a nosotros mismos tanto nuestras virtudes como defectos, lo que podemos hacer para dar el siguiente paso que implica no detenernos, ni rendirnos, a no aceptar argumentos ni justificaciones tanto de nosotros como de los demás para seguir torturándonos, debemos aprender a usar nuestra inteligencia y dones en nuestro beneficio.
No es algo fácil, no puedo evitar recordar cuando supe del diagnostico de mi padre en ese mismo instante sabia que era necesario asumir una posición firme ante lo que fue una de las peores pesadillas que me ha tocado vivir; sin embargo en ese tiempo mi vida era caótica, tremendamente limitada en muchos aspectos especialmente mi actuar, constituyendo la primera parte de una caída a un abismo que me significó cometer cientos de errores que aun sigo pagando, todos ellos con un punto en común: ignorancia.
En aquel entonces no asumía lo que es vivir esta condición, tapaba el sol con un dedo mientras el calor me quemaba, hasta que tras mucho tiempo “dormido” por el inmenso dolor que trajo “el peor día de mi vida”, alguien con mucho cariño se acercó a mostrarme que no me habían dado un diagnostico, sino un mapa para conocer mi corazón; esa misma persona con ternura, tal cual la película Adam, fue enseñándome a ver y dominar mi lado sensible luchando contra mis defectos.
De poco las piezas se fueron juntando, tal como había oído miles de veces, “la casualidad no existe”, las viejas lecciones aprendidas cobraron fuerza, especialmente aquellas que me impactaron del filme Dune cuando le enseñaban a Paul Atreides a vencer sus temores y manejar el dolor, sumándose a las de la fe que heredé mi mejor amigo: mi padre, y las lecciones que me entregó de su tierna forma de ver tanto la vida como el vinculo con Dios, porque era conciente de mis numerosas debilidades y miedos, y sabia que tarde o temprano iba a llegar el momento en que iba a tener que enfrentar algo aun más terrible de lo que podía imaginar, así que necesitaba mejorar de manera lo más practica posible, entrenar la voluntad…pero al igual que una maquinaria de nada sirve tener las piezas, el modelo, el objetivo, sino ensamblas todo de una determinada forma, si no entiendes como funciona tu corazón, tus sentimientos, lo que puedes y no puedes hacer. Por eso repito tanto que es tan importante saber quienes somos, tanto como individuos únicos, como aquello que nos hace aspergerianos.
Nuestras diferencias, cada uno es especial su manera, pero en aquellos puntos en común somos una fuerza cuyo impacto debemos sentir cada día, lo que implica aprender a manejar tu mundo interior, a veces, con una fortaleza casi mecánica, sin negar nuestros sentimientos y emociones, sino impedir que estos nos dobleguen.
Kurt Sutter, creador, productor y guionista de algunas muy bien logradas series de TV, dijo hace unos meses a la revista Rolling Stone “He aprendido a hacer gasolina del calor de los puentes quemándose” (*b). Al ver lo sensible que soy, mi padre me citaba cada vez que podía la historia de la mujer de Lot, como se convirtió en una estatua de sal al mirar para atrás cuando fueron destruidas las ciudades de Sodoma y Gomorra para recordarme cuan importante que es asumir los pasos que hemos dado sin permitir que el pasado nos ate al dolor; y la verdad detesto esa historia, lo he dicho millones de veces, por mucho que la odie, asumo que no hay nada mas difícil que dejar atrás a seres queridos, a la gente y las situaciones que nos han ayudado a crecer o nos han cambiado de alguna forma, pero no debemos olvidar que el mundo esta girando, todo cambia y no podemos encadenarnos a nadie ni a nada, por mucho que amemos, debemos aprender a ser feliz con lo que somos y tenemos en el momento, lo que implica adoptar decisiones de manera firme.
Lo bueno como aspergerianos, es que para nosotros los “términos medios” rara vez aparecen en nuestro actuar, es aquí donde debemos impedir que se presenten, avanzar con pleno conocimiento de lo que hemos hecho, conforme a lo que nos hemos propuesto, asumiendo las consecuencias de lo que hemos hecho, en su justa medida.
Porque no fue solo con mi padre, después seria el turno de mi madre, para seguir enfrentando muchos otros momentos aun más complicados…de hecho hace un par de semanas, dada la preocupación que tenía, le dije a una persona de mucha confianza que mi actuar me iba a traer gran dolor, pero eso era inevitable: mientras mas se ama mayor riesgo hay de sufrir y mas importante es aprender a dejar partir lo que se ha amado, asumí mis riesgos, asumí lo que hice bien y estoy aprendiendo de lo que hice mal, lo primordial es que el dolor no me doblegue, es ahí donde nace la verdadera fortaleza.
Lo digo, porque es increíble, cuantas veces me he topado con gente que cree que ser fuerte es tener un trato firme, a veces duro con los demás, entablar una discusión o pelea con otros…creen que el que muestra fragilidad es débil, pero les garantizo una cosa: la fuerza no es recibir los golpes, no es ser humillado o humillarse, golpeado pudiendo golpear (y hasta derribar al oponente), es no caer tras haber sufrido eso y más, cuando aprendes a ser fuerte sabes el daño que puedes hacer (y porque no debes devolver los golpes), sabes donde te pueden herir y sabes que al final el ganador será el que este firme de pie cuando la tempestad haya pasado; como ya lo he contado antes, el árbol de tallo duro tarde o temprano encontrara su destrucción, mientras que aquel que es flexible a las tormentas manteniendo sus raíces en el suelo el verdadero buen árbol, aquel que no importa cuanto lo muevan, cuando todo haya pasado se enderezará.
Más debo ser muy honesto, el mayor obstáculo que he tenido, en muchas circunstancias, es tener expectativas o esperanzas, tal como lo dice Max Rockatansky:” La esperanza es un error, si no puedes reparar lo que esta roto… te volverás loco”, el ser flexible implica el estar preparado para lo inesperable, estar dispuesto a hacer lo que sea, conforme a la responsabilidad y libertad que se tiene, es ahí donde comienza la aventura, cuando asumimos que no debemos detenernos, nos han golpeado, no han herido, hemos tenido nuestro tiempo para llorar, para descansar, pero ni en nuestro descanso debemos realmente detenernos porque tal como lo dijo el general George Patton “No temo al fracaso. Sólo temo a la “desaceleración” del motor dentro de mí que late con fuerza, diciendo: “Sigue adelante, alguien debe estar en la cima por qué no, ¿verdad?”
He dejado atrás a muchas personas y mientras mas lejos están de mi, mas amor siento por todos, más presentes están en todo lo que hago, cada decisión adoptada ha significado un precio que pagar, uno que a veces ha sido muy alto y mas doloroso que cualquier herida física. Por eso le he preguntado en mi corazón a Dios: ¿Porque?, ¿cuando llegará el día en que no deba renunciar o dejar atrás a algo que he amado?…de la primera pregunta la respuesta que un día me llegó fue: “porque puedes”… gracias a la ayuda de Dios he podido y ahora puedo enseñárselo a quien lea esto para que vayan mas lejos de lo que Dios me ha permitido ir; la segunda esta en mi palpitar, son las raíces del árbol, las lecciones que he recibido “con nombre y apellido”, no tengo porque renunciar a ellas, van conmigo, son lo mejor de esos mundos, son lo mejor que cada uno debe cosechar de las tormentas, del dolor, y por supuesto de la alegría, esa es la madera con que se construye la fortaleza, la gratitud a la gente buena y mala que nos ha ayudado a avanzar; pero tengo fe que llegará el día en que no tendré que renunciar a un ser amado, quizás me estoy engañando y mas que fe es esperanza, mi única esperanza, mi mayor contradicción; hasta entonces tengo claro que el mundo sigue girando y si quiero ser feliz debo moverme no con el mundo sino con mis raíces siempre listo para la siguiente aventura, que gracias Dios, y a quienes he tenido el gusto de conocer, siempre hay algo bueno que descubrir, algo por lo que sonreír, una razón para dar gracias más por sobretodo una gran razón para amar y ser feliz….para eso hay que seguir.
(*a) Buffy the Vampire Slayer – Becoming Part 1
(*b) http://www.rollingstone.com/tv/features/the-original-son-of-anarchy-kurt-sutter-20140929?page=2
Juan Carlos Sánchez Emilfork.
Aspergeriano. Co terapeuta de Isabel López Turner, Psicóloga quien trabaja con pacientes Asperger en Concepción
isabellopezturner@gmail.com