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Dialogar antes de gritar

Psicología

Dialogar antes de gritar

Por Macarena Salfate

¿Se imaginan estar haciendo algo distraídos y que alguien nos grite? O ¿equivocarse en algo y que nos griten por eso?

Es, más o menos, lo que pasa en las relaciones sociales con los niños o niñas que nos rodean.

Muchas veces nos pasa que, como madres, nos cuesta un poco canalizar nuestras emociones de enfado y perdemos la paciencia gritándole a los niños por distintos motivos. Ya sea porque no hicieron lo que les pedimos, porque están peleando con los hermanos, porque hicieron una travesura o porque no quieren comer su comida.

Ahora, llevemos esta situación al aula. Debe ser chocante imaginar que los profesores les gritamos a los estudiantes. Pero la verdad es que todos hemos hecho el mea culpa de que alguna vez nos ha tocado perder la paciencia.

Dialogar

Cada vez hay más estrategias que nos ayudan a canalizar nuestras emociones y la clave está en DIALOGAR antes que gritar.

Suena bastante fácil, pero no lo es. Requiere mucho autocontrol y muchas ganas de mantener un ambiente de confianza y positivo dentro del aula.

Ahora, volvamos a nuestras casas… Es ahí donde se pierde la paciencia con mayor facilidad.

He comprobado, fijándome en la crianza respetuosa, que más vale conversar que perder la paciencia gritando.

Pero ¿se imaginan ser como esas mamás de comercial? Esas que siempre sonríen, cocinan con el delantal bonito o hablan dulcemente todo el tiempo.

O que las profesoras seamos la señorita Miel de la película Matilda.

Sin duda, para eso tendríamos q sacar de nuestras vidas ciertos contextos: cansancio, trabajos, quehaceres del hogar, relaciones interpersonales y ufff qué fantástica sería la vida.

Pero nuestra realidad es otra, vivimos en un ambiente lleno de responsabilidades y no nos queda más que cargar con todas ellas.

Entonces, cuando estamos agotadas y las niñas y niños que nos rodean necesitan mayor atención y comprensión y nosotras ya no tenemos más paciencia… Sale a florecer el grito.

Pero, en lo personal, ¿qué harías si viene alguien y te grita por no hacer las cosas como esa persona quiere?

Para los niños debe ser igual de impactante que las personas que los rodean y que deberían ser las personas que más los quieren y los protegen vengan y les griten.

Relatando hechos de aula…

Generalmente el niño que más distrae la clase, pelea con sus compañeros o nos falta el respeto, es el niño que requiere mayor atención, comprensión y amor.

Cuando le gritamos, empeora su comportamiento. En cambio, cuando le preguntamos qué ocurre, su comportamiento comienza a mejorar.

Entonces, ¿qué tal si antes de enfadarnos, contemos hasta 20 y tratemos de conversar?

Sentirse escuchado, respetado y que su opinión vale, es algo que todos necesitamos, incluso los más pequeños del hogar. Conversemos con ellos, preguntemos qué ocurre y formemos un ambiente de respeto en nuestra sociedad que tan alterada está.

* Bonus: sirve para todo tipo de relaciones.


Macarena Salfate Alegría es profesora de Educación Básica y madre. Cree que es importante compartir lo que nos pasa porque muchas veces la experiencia de una puede salvar a otra y así, apoyarnos con amor y comprensión.

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