Las vacaciones de invierno son un pequeño espacio de tiempo en el que nuestros niños se quedan fuera de la rutina.
Si fueran pequeños osos diría que es un paréntesis de hibernación en el cual se les recarga para el semestre que viene y se les cuida para que no se enfermen debido al subidón que tienen las enfermedades respiratorias. De la misma manera en la que la casa se convierte en su guarida puede llegar a convertirse en espacios de aburrimiento si no somos capaces de mostrarles qué hacer.
Tenemos que saber que a los niños aburrirse no les hace mal, lo que les hace mal es que al aburrirse suelen pasarles travesuras que generan momentos poco gratos a los adultos. Por eso es que vamos a tratar de organizar esto que parece inorganizable, pero sin volvernos locas.
Primero, llenar de planes las vacaciones de los niños no es aconsejable, porque se cansan de la rutina de planes y llegarán al colegio de vuelta sin haber descansado.
Segundo, vamos a dejarlos que hagan lo que quieran los primeros días: un rato de tv, de jugar, de nada si quieren. Pero en los días siguientes vamos a proponer que incursionen en las áreas que los motivan: cajas con artículos de pintura, manualidades, cocina, deporte, etc. Serán. Nuestras aliadas.
Tercero, vamos a invitar a realizar a los niños actividades que no han intentado hacer o qué no han tenido tiempo de hacer, se está manera podremos ayudarlos a ampliarse el panorama y a conocerse o desafiarse un poco más.
Cuarto, pasemos tiempo con ellos, mirémoslos actuar sin rutinas y deberes de por medio, eso que vemos son realmente nuestros niños, sin tanto fracaso, sin tanta responsabilidad. Conozcamos quienes son y ayudémoslo a ser mejor persona.
Quinto, no olvidemos que es importante que socialicen y compartan con amigos, incluso con compañeros.
Sexto, si no puedes llevarlos de vacaciones no te abrumes. Pasear con ellos ir a una obra de teatro o sorprenderlo, valen lo mismo.
Séptimo, olvida el colegio. En serio, olvídalo. Nivelarlo en matemáticas o enseñársele a leer en vacaciones hará que no descanse y que odie más el ramo.
Octavo, recuerda tus propias vacaciones y haz con ellos lo que te hubiera gustado que hicieran contigo.
Noveno, comienza a volver a la rutina horaria três dias antes por lo menos, en sueño y alimentación. Sino el día de vuelta será extremadamente dificil.
Diez, regalonealos que crecen rápido.
Varinia Signorelli