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¿Debería tener otro bebé?
Después de décadas de dedicar todos nuestros esfuerzos para no quedar embarazada, mi marido y yo decidimos un fin de semana que era el momento de intentar tener un bebé. Bueno, dijimos, vamos.
Fue una decisión fluida – quizá incluso repentina – y no miramos atrás. Cuando sucedió, hubo poco tiempo para cuestionarnos, porque fuimos muy afortunados y el test de embarazo no tardó mucho en dar positivo.
Algunos meses después de que naciera nuestro primer hijo, ya estábamos hablando y planeando tener otro. Tomó un poco más de tiempo (y algo de asistencia médica de mi ginecóloga) la segunda vez, pero la decisión en sí – nuestra elección de intentar tener otro hijo – resultó sencilla y sin mucha fanfarria.
Después del segundo, en cambio, estaba completa y devastadoramente distraida de manera constante por la misma pregunta que había contestado tan fácil dos veces antes. Cambiaba de idea cada cuatro minutos: ¿debía considerar otro?
Reconozco que mi familia estaba en una posición extremadamente afortunada al poder considerar esta pregunta como una opción; hay tantas otras para quien la respuesta es dada por circunstancias externas, ya sea el peligro de (otro) embarazo de alto riesgo, abortos espontáneos, depresión postparto, la edad, las limitaciones financieras o nuevas restricciones gubernamentales en la libertad reproductiva.
En resumen: soy consciente de que la libertad de tomar la decisión – de seguir teniendo hijos o no – era (y es) un privilegio y un regalo.
Y aun así, cuando estaba en medio de tomar esta decisión para mí misma, saber esto hizo poca diferencia. Literalmente no podía pensar con claridad, porque estaba demasiado consumida con tener que decidir – de una u otra manera. Personalmente, cuando estoy atrapada en cualquier decisión – ya sea tener otro hijo o dejarme crecer la chasquilla, me sumerjo en mí.
Y eso fue lo que hice. Leí e intenté (sin éxito) ser paciente. Hablé con mi marido, hablé conmigo, escribí y pensé, y luego pensé un poco más.
En algún momento en medio de demasiada deliberación y no poca presión (¿no podíamos decidirnos de una vez?) me di cuenta de que ya sabía lo que quería. Solo necesitaba darme el tiempo y espacio para verlo y aceptarlo.
Para saber si quieres otro bebé, estas son algunas preguntas que te puedes hacer:
- ¿Cómo cambiaría tu vida – a corto y largo plazo?
- ¿Cómo cambiaría la vida cotidiana de tus hijos y su relación contigo y tu pareja?
- ¿Manejas bien el desorden y el caos, o te cuesta mucho?
- ¿Cómo te sientes cuando alguien te cuenta que está embarazada (feliz, aliviada, envidiosa)?
¡Esperamos que encuentres tu respuesta!
Este texto es una traducción y adaptación de Supermadre. El artículo original lo escribió Britanny Clair para Lucie’s List y lo puedes encontrar aquí.
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