El tema de límites está sobre la mesa en estos días, escuchamos sobre respetar soberanía y de flexibilizar en algunos casos, pero ¿cómo se aplica este tema a nosotras mismas? A nuestra vida diaria? Nos hemos dado cuenta que cada una de nosotras tiene formas distintas de actuar, cada una de nosotras es un “territorio” que cuidamos desde nuestras propias posibilidades exigiendo y guardando límites con los demás, con todo lo que está afuera.
Debemos saber que todo esto es sano, que el poner límites permite que exijamos respeto al entorno, a los demás, permite también que los demás sepan qué esperar de nosotras y eso nos convierte en mujeres consecuentes. Sabemos que esto lo vivimos de manera inconsciente y que no estamos pensando todo el tiempo en qué aceptar y que no. Es por eso que te vamos a proponer que hagas un ejercicio de autoconocimiento que de pasada servirá para revisar si lo que estás proyectando es lo que realmente deseas para tu vida:
Vamos a partir observando a nuestro alrededor, a otras mujeres que estimemos o que admiremos cercanamente (amigas, madres, etc.) Nos vamos a preguntar qué tipo de relación genera con desconocidos y con sus cercanos: vamos a fijarnos si trata a los desconocidos de usted o si los “tutea”, si les sonríe o es más bien lejana, si permite cercanía física con ellos o no y fundamentalmente vamos a fijarnos en cómo es tratada por el resto: si le responden con respeto, indiferencia, si no la notan, si le toman atención, etc. Lo mismo vamos a observar del trato con sus personas importantes o cercanas.
Luego observaremos lo mismo que el punto 1, pero en nosotras mismas, pero haremos hincapié en situaciones menos visibles pero más intimas y profundas ¿permitimos que nos aborden con cualquier lenguaje? ¿Sentimos que el otro nos tiene miedo o respeto? ¿Pensamos que los demás tienen claro lo que esperamos de ellos y lo que no aceptaríamos?
Evaluaremos si lo que hemos encontrado dentro de nosotras es lo que queremos proyectar. Si es así tu límites están claros, sino vamos a trabajar en esto.
Varias veces hemos hablado de lo beneficioso que es cuando hacemos lo que realmente nos nace y no lo que se nos impone, puede ser que tus límites no estén claros porque son límites que te has autoimpuesto son considerar tus verdaderas necesidades (puede ser que los hayas heredado de la infancia o que creas que es necesario poner cierto límite cuando en verdad no es tan así).
Lo más importante es que nos respetemos y que entendamos que ese concepto tan amplio tiene sola relación con el que seamos capaces de hacer lo que sentimos que está bien para nosotras, nuestro cuerpo y los que nos rodean.
Algunas somos más flexibles y no nos sentimos pasadas a llevar por situaciones que para otras pueden ser más amenazantes (una corrección en el trabajo, una petición hecha acaloradamente, etc). Otras en cambio somos más susceptibles y necesitamos hacerlo notar y pedir otro tipo de forma para dirigirse a nosotras, cuando se hacen estas peticiones con respeto y sutileza no existen dificultades.
Lo importante es que tengas claros cuales son tus parámetros de aceptación, tus límites y patrones de acción, de esta manera podrás ser capaz de ser flexible y de ir ajustando otros. Si sentimos que somos poco claras o que no obtenemos la respuesta que buscamos de los demás, entonces debemos pedir ayuda a nuestros seres queridos para encontrar opiniones al respecto y miradas más objetivas de nuestras interacciones. Sin duda, el conocernos a fondo nos permite querernos más y lograr ser mejores personas.
Varinia Signorelli