Nuestro país aún no está preparado para una apertura en forma segura, los contagios siguen, aunque se han presentado disminuciones significativas en algunas regiones, el riesgo de contagio por COVID aún está presente.
Las restricciones han sido severas, pero necesarias, ya que con las cuarentenas completas se pudo contener, tarde para algunos, el número de casos positivos para COVID.
Dado el contexto mundial, volver a la vida de antes, será muy difícil, por lo que debemos enfocarnos en una “nueva normalidad”, con ciertas restricciones.
Mientras estemos a la espera de la vacuna, se deben mantener las medidas de prevención. A nivel familiar, establecer pequeñas rutinas de limpieza e higiene, enseñarle a nuestros niños y niñas el lavado de manos con agua y jabón. Explicarles que el uso de mascarilla será por un buen tiempo y que el distanciamiento físico, que ya es un tema complejo, se deberá mantener, que las celebraciones de cumpleaños y las reuniones familiares presenciales, deberán esperar.
Los virus mutan, son seres submicroscópicos con material genético, que necesitan de una célula huésped, para multiplicarse y vivir. Desde siempre el ser humano y los animales, han convivido con estos “seres infecciosos”. Es por esto que los científicos, se mantienen activos estudiando, los diversos tipos de virus, analizando poblaciones de animales, ya que la mayoría, han sido descritas como zoonosis, que son traspasadas al hombre.
Debemos considerar, que la comunidad científica y la OMS, están pendientes y alertas a la aparición de nuevos focos, y evitar la propagación de contagios; ejemplo de esto es el ébola en El Congo, H1N1, más conocida como gripe porcina, en donde se hizo lo posible por evitar que esta epidemia, se transformara en pandemia, como ocurrió con el COVID-19.
Los coronavirus, han sido ampliamente estudiados, ya que no son nuevos. Antecedente de esto es el SARS (Sindrome Respiratorio Agudo Grave) y MERS (Síndrome Respiratorio de Medio Oriente) En el caso del SARS, se originó en China el 2002, epidemia que se extendió por 26 países, con menos de 800 casos fatales, fue controlada completamente en 8 meses. El primer caso de MERS fue reportado en abril 2012, en donde los camellos (dromedarios) fueron la fuente de contagio. Ambas fueron contenidos, pero no erradicados en su totalidad.
En estos países las medidas claves fueron: aislamiento inmediato de pacientes, aplicación estricta de cuarentenas comunitarias y seguimiento de casos.
Entonces, ¿cuál será la diferencia del SARS CoV-2? Se ha descrito como el “peor virus de los últimos 100 años”. Este virus es de fácil transmisión y es contagioso antes de presentar síntomas, considerando que hay un gran porcentaje de la población que es asintomático.
Además de esto, el compromiso sistémico de los pacientes contagiados, aún no es 100% predecible, ya que se han descrito diversas manifestaciones en la salud de las personas, siendo los grupos de riesgo (tercera edad, obesidad, enfermedades crónicas, enfermedades autoinmunes) los más afectados.
Europa nos lleva la delantera en el curso de la enfermedad, pero aún no se controla completamente, ya que el verano europeo trajo consigo, vacaciones, fiestas, reuniones sociales, aglomeraciones en balnearios. El temido “rebrote” ya está apareciendo.
Debemos ver la experiencia de otros países, y no repetir los errores que llevaron a una segunda oleada de contagios. Enfocarnos en las medidas preventivas, es lo más efectivo para nuestras familias y la comunidad.
La nueva realidad, es que tendremos que convivir con este virus, hasta que se cuente con una vacuna o un tratamiento efectivo.
Carolina Martínez Fernández
Odontóloga APS.