El control de esfínter es un factor de stress para muchos padres. Los pañales tienen un costo económico no menor y dejar los pañales es un gasto menos para las cuentas mensuales.
Si bien existen pañales ecológicos lavables, la mayoría de los padres de los países desarrollados y en vías de desarrollo prefiere comprar pañales desechables.
El control de esfínter es la capacidad fisiológica de poder controlar y contener tanto esfínter uretral (orina) como esfínter anal (deposiciones). No existe una edad establecida para que esto ocurra, ya que varía de niño en niño.
Controlar esfínter es un logro neurológico
En términos generales, un niño debería poder controlar esfínter a partir de los 18 a 24 meses, pero este es un proceso variable que debería ocurrir antes de los 4 años para el control diurno.
El control nocturno se debería recién consolidar totalmente alrededor entre los 7 u 8 años.
El control de esfínter no es algo que debiese estresar a los padres, menos aún a los niños. Para que este ocurra, se requiere tanto de procesos biológicos como afectivos.
Controlar esfínter desde el punto de vista biológico
Desde el punto de vista biológico, se requiere que exista el proceso neurológico que permita la capacidad de controlar la vejiga, el esfínter anal y el reflejo de micción.
Desde el punto fisiológico, el ciclo urinario tiene 2 fases: el llenado de la vejiga y la micción.
Fase de llenado
La vejiga es un órgano que se distiende sin aumentar en forma significativa la presión en su interior. Esto permite que los uréteres puedan drenar en forma continua la orina que circula desde los riñones hacia la vejiga.
Fase de micción
La actividad vesical es controlada tanto por el sistema nerviosos autónomo como por el sistema nervioso central.
- La inervación simpática se transmite por el nervio hipogástrico hasta la vejiga y la porción superior de la uretra. Actúa principalmente en la expansión de la vejiga durante su llenado.
- La inervación parasimpática depende del nervio pélvico y es responsable de la contracción de la vejiga durante su vaciado.
- La inervación voluntaria, ocurre a través de la transmisión que realizan los nervios pudendos, los cuales inervan la musculatura pélvico y el esfínter extern de la vejiga. Su función es mantener contraído el esfínter externo.
Para que ocurra el control de esfínter es necesario que estos tres elementos estén combinados. En los niños pequeños, la micción es controlada por el estímulo que realiza la distensión de la vejiga.
A medida que ocurre la maduración neurológica, este sistema de control va perdiendo importancia ya que se logra el control voluntario del esfínter externo, es decir, se controla cuando se produce la micción y cuando no.
El control de esfínter desde el punto de vista afectivo
El control de esfínter es un importante hito del desarrollo, muchas veces viene consigo una valoración social positiva, en la que toda la familia celebra y, muchas veces, espera ese logro. Desde acá ya es una importante presión en los más pequeños ya que perciben todo lo que pasa alrededor.
Controlar esfínter es algo que no se enseña
El control de esfínter, se pensaba como parte de la educación de un niño o niña. Durante muchos años se instaba a las madres/padres a enseñarlo y en los jardines eran constantes los entrenamientos en torno a él.
Hoy sabemos, gracias a los avances en neurociencias y lo que sabemos del cerebro de los niños, que el control de esfínter NO SE ENSEÑA, es un logro, un hito del desarrollo.
Claramente tiene componentes de observación y ejemplo el de ir al baño, pero para que un niño sea capaz de avisar requiere que su cerebro interprete la señal de cuerpo y pueda anteponerse a la evacuación.
El desarrollo neurológico, no se puede enseñar, ni forzar, ni chantajear, ni premiar. Básicamente el niño crece y cómo ha visto a sus padres, hermanos y compañeros hacer sus necesidades en el baño, lo va a querer hacer así.
Al ser un logro del desarrollo entonces, no podemos forzarlo sino observar cuando los niños dan pequeñas señales de querer dejar el pañal. El control de esfínter trae consigo además un tema que lo atraviesa y es el control del propio cuerpo.
Si controlo mi cuerpo y las partes de éste, entonces también creo poder controlar el mundo.
Acá es dónde puede aparecer más fuertemente la frustración y los berrinches que muchas veces se asocian a esta etapa.
Es muy importante acompañar respetuosamente porque las dificultades en esta área, por presionar o por ridiculizar son bastante incomodas para el niño y su entorno, a veces pueden desarrollar miedos al ir al baño, temor a hacer caca, entre otros síntomas asociados a no tomarse el tiempo necesario y relajarnos con el tema.
Es muy importante no comparar a nuestro hijo con otros niños ya que cada niño es único, irrepetible y sus ritmos son diferentes.
¿Qué signos nos ayudan a saber que un niño comenzará el control de esfínter?
Hay diversos signos que permiten a los padres saber si un niño está preparado o no para controlar esfínter. Este proceso requiere de mucha paciencia, compresión y tiempo.
Algunos de los signos que son de utilidad para saber que este proceso puede llevarse a cabo son:
- Estar durante periodos prolongados de tiempo sin mojar los pañales.
- Poder seguir instrucciones sencillas.
- Saber que debe ir al baño.
- Que sea capaz de avisar que desea ir al baño o usar una bacinica (pelela, orinal o bacinilla), también vale demostrar interés en su uso.
- Que pueda subirse y bajarse pantalones y/o ropa interior.
Por lo general la gran mayoría de los niños comenzará a hablar antes de poder controlar esfínter. Avisar que quieren ir al baño es fundamental para que este proceso se pueda lograr de forma satisfactoria y con menos accidentes.
¿El verano es el mejor momento?
Inevitablemente los niños se ensuciarán en el proceso, por eso muchos padres prefieren los días calurosos de verano para intentar quitar los pañales de sus hijos.
Se deben evitar los momentos estresantes o que causan tensión para intentar dejar los pañales: hacerlo durante un viaje de vacaciones, cambio de casa o durante una enfermedad no son momentos recomendables para hacerlo.
No existe ninguna receta mágica, todos los niños tendrán un proceso propio y único. Este proceso es un momento único para poder potenciar el vínculo con los niños.
Los padres muchas veces tienen grandes expectativas, lo que puede generar ansiedad y “correr con el niño al baño” ante el menor signo de que deseen evacuar. Se recomienda tomar las cosas con calma, no correr y hacer las cosas con la mayor calma posible.
Si este proceso lo hacemos con calma, la probabilidad de éxito es mayor.
El inodoro de los adultos puede ser intimidante, por lo que un adaptador o baño portátil (bacinica, pelela, orinal o bacinilla) serán mucho mejor recibidos. Estos dispositivos no sólo son más amigables (y con diseños llamativos), sino que también permiten apoyar los pies el el suelo, lo que otorga mayor sensación de seguridad al niño.
El refuerzo positivo es importante: hacer pipí en el baño por primera vez es un motivo más que suficiente para elogiarlo, felicitarlo y celebrarlo.
Nunca debemos castigar al niño o niña por orinarse o evacuar en un lugar inadecuado. Están en proceso de aprendizaje. Es tarea de adultos el dar un refuerzo positivo.
Jardines infantiles y pañales
En lo normativo, la Subsecretaría de Educación Parvularia, dependiente del Ministerio de Educación envió un documento en el cual queda explícito que no se puede condicionar el acceso a la educación al control de esfínter.
El documento señala textual:
En su preocupación constante de garantizar la admisión y permanencia de niños y niñas en los establecimientos de educación parvularia, esta Subsecretaría solicitó a la Superintendencia de Educación, mediante Oficio Nº 966 del 04 de octubre de 2017, un pronunciamiento relativo a la legalidad de condicionar el acceso o permanencia en los niveles medios y de transición, a los párvulos que no controlan esfínter.
Con fecha de 29 de diciembre de 2017, mediante Ordinario Nº 2357, la Superintendencia de Educación se pronuncia señalando que, condicionar, impedir, obstaculizar o suspender el acceso o permanencia de los párvulos a los niveles medios y de transición que no controlan esfínter, configura una limitación a las garantías constitucionales, constituyendo un acto de discriminación arbitraria, el cual no puede ser justificado bajo ningún fundamento por los sostenedores al no encontrarse amparado en la normativa educacional.
A mayor abundamiento, la Entidad Fiscalizadora sostiene que si esta práctica se funda en otros supuestos, como la falta de infraestructura, equipamiento o en la carencia de personal de aula suficiente para dar cumplimiento a la debida atención, podría implicar otras infracciones a la normativa educacional con sus correspondientes sanciones.
En atención a lo anterior, se adjunta el documento citado para su conocimiento y difusión, teniendo en cuenta el impacto y relevancia de la materia en el sistema de educación parvularia.
En resumen, lo que quiere decir este documento, es que a ningún niño o niña en Chile se lo puede discriminar o rechazarle la matrícula en un establecimiento de educación parvularia.
Equipo Supermadre