El consumo de placenta humana es una práctica cada vez más de moda, lo que ha sido masificado por celebridades, doulas y personas buscando una forma mas “natural” de hacer las cosas.
“he tenido grandes resultados y me he sentido energizada, no he tenido signos de depresión post parto” (Kim Kardashian)
¿Que pasaría si te dijeran que el comer placenta puede producir problemas graves a la salud e incluso poner en riesgo la vida del recién nacido?
Advertencias acerca de el consumo de placenta humana
De acuerdo al CDC (Centers for Disease Control and Prevention), las puerperas no deberían consumir cápsulas que contengan su placenta seca y deberían ser advertidas acerca de los riesgos de hacerlo.
El 30 de Junio del 2017 publicaron una advertencia acerca del riesgo de infecciones por Streptococcus grupo B para los recién nacidos.
Muchas personas y/o compañías que encapsulas las placentas le preguntan a la madre acerca de enfermedades como el VIH, herpes, clamidia, sífilis u otras enfermedades que podrían ser de riesgo, pero nadie les consulta acerca de las infecciones intra parto o post parto.
Recientemente se publicó un caso acerca de un niño que luego de nacido requirió tratamiento antibiótico por una infección precoz por Streptococcus. Luego de ser dado de alta, retornó al hospital gravemente enfermo, nuevamente presentando una infección por Streptococcus.
La causa de la infección fue exactamente la misma bacteria que lo había infectado al nacer, la cual también estaba presente en las cápsulas de placenta que estaba tomando su madre.
El proceso de preparación de la placenta no fue suficiente para lograr destruir las bacterias presentes en ella, lo que posibilitó que tanto la madre como el recién nacido enfermaran. El recién nacido requirió hospitalización en UCI para ser conectado a ventilación mecánica.
La masificación del consumo de la placenta
La ingesta de la placenta recientemente se ha promovido entre las madres, otorgándole beneficios físicos y psicológicos, pese a que no existe evidencia científica alguna que lo apoye.
La placenta la consumen cruda, cocinada, desecada y/o preservada de diversas formas. No existe ningún estándar para procesar la placenta. Por ejemplo, para destruir parcialmente la Salmonella se requiere cocerla a 54ºC por 2 horas.
La encapsulación de placenta por sí sola no erradica patógenos, por lo cual su ingesta debería evitarse. En el caso que la madre tenga una colonización por Streptococcus grupo B, corioamnionitis o infección neonatal por Streptococcus, la ingesta de placenta aumentaría en forma importante la posibilidad de infecciones graves.
Los médicos, matronas y todas las personas que trabajan con mujeres durante y post-parto deberían aconsejar de los riesgos potenciales a las mujeres interesadas en comer su placenta.
Un dato: “nunca nadie se ha enfermado por NO comer su placenta”
Dr. Juan Eduardo Donoso
Fuentes: