“Cuando los niños cantan entonces el nuevo mundo comienza”
When the children cry – White lion
Tenía planeado continuar con dos artículos más sobre “la página oscura” para terminar toda una gran idea, pero las fiestas de fin de año llegaron acompañadas de circunstancias que jamás imaginé: tras una serie de acontecimientos inusuales un día me encontré tomando en brazos a una hermosa criatura de cuatro meses…
Más, antes de continuar, es menester que confiese que si bien me encantan los niños, intento mantener cierta distancia de ellos sin importar cuán cercanos sean a mi, mientras más pequeños más preocupación me generan, porque los niños son lo más sorprendente y respetable que he conocido y por tanto conllevan una responsabilidad emocional que hasta ese día no me sentía apto de enfrentar.
Pero llega un momento en la vida en que uno debe tomar decisiones muy profundas, compromisos muy íntimos cuyo precio es a veces es mucho más alto de lo imaginable y cuando tomé en mis brazos a ese hermoso “angelito” sabía que ningún precio era demasiado grande, ninguna montaña imposible de escalar, o me entregaba a él con el corazón o mis palpitares estarían incompletos, vacíos y lo que es peor: muy sombríos.
Ya que desde el primer instante en que nuestros ojos se encontraron supe que en él hay una fuerza tan grande como sublime, una sabiduría que por mucho tiempo estudié evitando tratarla directamente por miedo a lo que en ese momento estaba viviendo.
Por fin comprendía las palabras del coronel Robert Gould Shaw, citando a Ralph Waldo Emerson: “Un hombre profundo, cree que el mal de ojo puede marchitarse, que las bendición del corazón puede sanar y que el amor puede superar todas las adversidades” (*a)
No se trataba de adoptar una actitud paternalista, ni forzar un vínculo emocional, sino algo tan simple como abrir el corazón y empezar a redescubrir que en la inocencia de los niños todo ese conocimiento y fortaleza que es mas grande que la enseñada por los hombres más sabios de la tierra; La oportunidad de nosotros mismos mejorar y fluir a partir de todo lo que nos inspiran en pos de un futuro mejor, lo que Martín Luther King Jr. decía: “Si el hombre no ha descubierto nada porque morir, no es digno de vivir “
Por eso, en sus ojos reencontré la esperanza pérdida, una soledad forzada nacida de un actuar fanático que me ha costado más lágrimas de las que puedo contar al no haber obedecido a mi corazón en su debido momento hasta que este enfermó, pero como dice la canción de Marillion: “una lamentación pérdida nunca podrá arreglarlo“(*b).
Nunca en mi vida me había sentido tan libre y al mismo tiempo tan arrepentido de algunos caminos que ciegamente seguí, pero también hallé la misma redención que el fanatismo no puede garantizar, por cuanto es el amor que inspira a que seamos mejores, a que alimentemos la nobleza de nuestras almas con la belleza de un ser cuya ternura no conoce límites; rindiéndonos ante la belleza de alguien lleno de virtudes, motivándonos a encontrar nuestro propio crecimiento en el de él.
Fue imposible no traer a mi memoria todos los obstáculos que venció mi mejor amigo, mi padre, para ayudarme a crecer inculcándome el compromiso personal a tratar a una criatura tan linda mejor de lo que él hizo conmigo.
A simple vista lo que escribo puede aparentar ser una locura, más la absoluta e incuestionable verdad es que los que no somos padres, por mucho que anhelemos serlo, no sopesamos el desafío y el milagro que conlleva amar a un hijo, toda la responsabilidad, que es la gran oportunidad de encontrar un mundo que nos puede hacer mejores individuos negándonos a nosotros mismos en pos de un cambio que debe hacerse y que nos traerá más alegría de lo que podremos contar.
Un amigo cuyo nombre no recuerdo (posiblemente mi padre) me dijo: “El día que eres padre dejas de dormir tranquilo”, para ser franco, como Aspergeriano es muy difícil dormir en paz. Más cuando el corazón palpita por alguien cuya existencia es un milagro sabes que la tranquilidad llegará en algún momento, cuando veas su felicidad, todo su bienestar fluyendo, reflejando el abandono del egoísmo, la destrucción de los defectos y la constate preocupación por ser un mejor individuo, nada mas que haber oído lo que nuestro corazón siente, conminándonos a usar todo lo que somos y hemos aprendido de la forma correcta, una verdadera y sublime libertad que es la que permite mover montañas
(*a) Del filme histórico “Glory” de Edward Zwick
(*b) Seasons End
White Lion – When The Children Cry – Subtitulado Inglés & Español
JC