La forma en la que te sigues relacionando con tu ex luego de la separación o el divorcio, son un tema complicado, difícil de resolver, que impone diferentes desafíos a la nueva familia y que afecta la relación con los hijos de forma directa.
Por un lado, tenemos lo referente a temas de custodia, todos los aspectos legales vinculados al “cuidado personal” de los niños y la “relación directa y regular” del padre o la madre que no vive con ellos, como algo que es importante de resolver, en tanto representa el rayado de cancha tan necesario en estos casos.
Si bien es importante y necesario, las formas en que se arreglan estos aspectos es una cosa, por que sabemos que más allá de lo que se acuerde, las cualidades, las formas en que se llevan a cabo esos acuerdos, no siempre se pueden predecir ni controlar he incluso, en muchas ocasiones, no se respetan.
Por eso, hoy me interesa hablar de otro aspecto, ese que permitirá que logres darle a tus hijos lo que necesitan afectivamente a pesar de la separación, eso que te aproximará a aquello que deseas, que tu separación tenga menos efectos negativos en tu hija o hijo, incluso ningún efecto(seria genial ¿verdad?), sobre las formas en que se sigue siendo padre y madre de esos niños, una vez que el matrimonio ya ha llegado a su fin.
Las diferentes parentalidades
Mucho se dice que los amores vienen y van, pero los hijos son para siempre, por eso no da lo mismo como enfrentemos esta nueva forma de ser padres, porque esas formas tendrán importantes implicancias para tus hijos.
Si bien las necesidades de cada niño varían según su forma de ser y su edad, tenemos una certeza, los niños necesitan de una base segura para desarrollarse, necesitan de personas que regulen las diferentes estados afectivos, pero principalmente las diferentes ansiedades con las que se enfrentan día a día, personas que los regulen afectivamente, para que aprendan a lidiar con sus emociones de la forma más sana posible.
La separación no tiene que ser la razón para que la familia deje de ser ese lugar estable y predecible que tanto necesita.
Tres formas de ejercer la parentalidad
Según Dowling y Gorell (2000) en su libro “Como ayudar a la familia durante la separación y el divorcio”, existen tres formas de ejercer la parentalidad:
Parentalidad Conflictiva
La que más observamos y que más nos asusta, es la parentalidad Conflictiva. Como la palabra lo dice, se refiere a que los padres siguen entrampados en sus rabias o rencores, donde la conducta habitual es menospreciar el comportamiento que el otro tiene con los hijos, poniendo en jaque la capacidad que tiene para opinar, decidir y ejercer el cuidado.
Este tipo de parentalidad deja a los hijos sometidos ha variado estrés de forma crónica, las discusiones y enfrentamiento no terminan, la familia sigue siendo un campo de guerra constante, en este contexto la familia no seria una base segura en absoluto y generaría dificultades que van desde los aspectos biológicos (hormonales, cerebrales), hasta relacionales.
Parentalidad Desentendida
Por otro lado, está un enemigo silencioso, la parentalidad Desentendida, en este tipo, ambos se relacionan con los hijos, pero sin comunicación alguna entre los padres, cada quien hace lo que mejor les parece, sin considerar la postura del otro y sin interferir, comunicándose por medio de los hijos.
¿Por qué le llamo el enemigo silencioso? Porque parece que no hubiera problemas, muchas veces se escucha decir a los padres, que esta todo bien, que no hay peleas ni tensión entre ambos, pero lo que ocurre es que todo ese conflicto esta enmascarada, queda como un espacio mental que no se toca, dificultando que se pueda hablar de ello y resolver.
Como no se coordina nada entre ambos cuidadores, todo el problema está quedando en los hijos, que deben adaptarse a formas muchas veces extremas de funcionar, viviendo dos vidas separadas con todas las dificultades de integración afectiva que ello puede traer. Como si esto fuera poco, muchas veces, toda la tensión que no se manifiesta, queda en el niño o niña, teniendo que hacerse cargo de sostener o resolver esto que lo a dejado en jaque.
Parentalidad Cooperativa
Finalmente, el estilo más deseable, es la parentalidad Cooperativa, la que se refiere a que ambos padres hablan sobre las cosas relacionadas con sus hijos, se apoyan en el ejercicio mutuo de su rol y evitan discusiones, relaciones en las que logran separar lo que tiene que ver con la pareja y todo lo relativo a ser padres, pudiendo formar realmente equipo, donde una parte confía en la otra y la logra ver como alguien importante en la vida de los hijos, con mucho que decir y aportar.
Esta forma de ser padres, es la que representa para los hijos el mejor contexto de desarrollo, pues la familia sigue siendo lugar estable y predecible donde crecer, a pesar de las cosas que han cambiado, los padres siguen poniendo las necesidades físicas y afectivas de sus hijas he hijos por sobre sus propias necesidades, a pasar de las dificultades que enfrentan, poniendo como eje central, el bien superior del niño.
¿Cómo lograr ejercer la parentalidad cooperativa?
Te cuento que como muchas cosas en la vida va a sonar fácil, pero es bastante difícil de lograr. Tiene que ver con algo clave: Tu afectividad y la de tu ex pareja ¿Cómo? Cuando has logrado elaborar, superar, digerir, perdonar o como quieras llamarles a las razones por las que definitivamente terminaron su relación de pareja, todo el conflicto de pareja pierde intensidad, permitiendo que el amor de padres, que los unirá de por vida, tome el lugar que corresponde.
Cuando esto pasa, logramos ver las cualidades en el otro que me permiten confiar en sus capacidades humanas y de cuidado, logro dejar con tranquilidad en manos del otro a las personas que de seguro son y serán las más importantes de sus vidas.
Poder orientar paso a paso las acciones de cuidado que se ejercen con los niños, se vuelve muy importante para que los niños crezcan de la mejor forma que les sea posible, sobre todo pensando en las tantas cosas que van cambiando en el contexto en el que vivimos, en las formas de ser y necesidades variables que se presentan a los largo de todo el desarrollo de los niños, además de lo importante de poder ir compartiendo impresiones, poder permitir a los hijos hablar de los que quieran sin temas tabú y que se vuelva real que la familia a cambiado pero que el entorno de amor y cuidado sigue siendo el lugar seguro que tanto necesita.
Con este panorama ¿Cómo enfrentar situaciones difíciles?
Si el tránsito de ser padres en pareja a padres en contexto de separación, ya es muy difícil, las dificultades se multiplican, cuando enfrentamos situaciones contextuales desafiantes.
Cuando nos enfrentamos a entornos cambiantes, estresantes, donde todo lo que conocemos y las formas de hacer acostumbras parecen ya no ser validas. El principal aspecto a tener en cuenta es no usar estas dificultades como otra forma de expresar por acción u omisión el conflicto, como otra forma de expresar esas emociones humanas que aún no logramos superar, dejando sin querer a nuestros hijos en medio.
Si bien, en la crianza siempre nos enfrentaremos a situaciones en las que no tenemos la respuesta dada, ello se agudiza mucho más en un contexto social, económico y sanitario tan cambiante como el actual.
Lo principal es tener en cuenta que lo más importante es el bien superior del niño, es decir, que tenemos que pensar en los más pequeños, en sus necesidades, en aquello que le hace mejor a ellos, a cumplir sus necesidades de salud mental y física de la mejor forma que nos sea posible según el contexto, más allá de lo que cada padre necesite.
Probablemente hoy más que nunca, no encontraremos esa solución brillante que nos deje a todos felices saltando en un pie, pero podemos tratar de poner todos los elementos en la balanza y buscar la forma de equilibrar las múltiples necesidades a las que nos enfrentamos.
Lo que significa esto en términos prácticos es:
- Buscar funcionar mucho más con acuerdos de padres que recurriendo a tribunales. En tanto permite cambiar más rápido y que las soluciones sean mucho más desde el acuerdo que desde la imposición.
- Evitar tomar decisiones por Whatsapp, porque los textos dan mucho espacio a las interpretaciones, lo que puede ser un espacio para conflictos que son perfectamente evitables.
- Considerar que, si sacar a los niños a cumplir con la visita con el padre implica un peligro para ellos o para otras personas que se relacionan con ellos, debemos buscar nuevas formas creativas de lograr el contacto que entre el niño y la madre o padre que visita (el padre o madre haga la visita en la casa en la que el niño vive, mantener contacto vía video grabado o en vivo, etc)
- Alinear nuestras acciones, para con los niños y aquellas que tu lleves a cabo que puedan afectar de alguna forma a los niños, lo que significa en el 99% de los casos ser flexibles.
- Tener espacios de diálogo muchos más activos que antes para adecuarnos a los cambios que se presenten.
Gabriela Ojeda Coquedano
Psicóloga Clínica