Es probable que muchas lo hayan notado. Desde que subieron las temperaturas, pequeñas polillas han invadido las despensas de muchos hogares. Y es que el calor del verano crea el ambiente perfecto para que se desarrollen las larvas de los alimentos.
La “Plodia Interpunctella”, más conocida como la polilla de la harina o de los alimentos, es una especie pequeña que cuando se encuentra en estado de larva puede habitar en diversos lugares, principalmente en grietas y rincones que existen en los pisos, armarios y paredes. No tiene relación con las típicas polillas que llegan con la luz, que son grandes, gordas y se alimentan de pasto.
De acuerdo al entomólogo Alfredo Ugarte, “la larva de la polilla de la harina es totalmente inofensiva y no significa ningún peligro para la salud de las personas, y aunque a nadie le gusta tener estos invitados en el hogar, hay que recalcar que no son tóxicas”.
¿Cómo evitar su aparición?
La hembra de esta polilla puede poner hasta 400 huevos, los cuales, al transformarse en larvas, pueden perforar perfectamente paquetes de papel, cartón e incluso plástico, haciendo pequeños orificios para ingresar al producto y alimentarse.
Este ciclo de evolución de huevo a polilla no supera los 30 días, sobre todo cuando existen altas temperaturas.
Entonces, lo que debemos hacer para evitar que la presencia de estos insectos afecte el bienestar del hogar, es reemplazar los envases de papel o plástico donde se guardan los alimentos por frascos de vidrio o plástico duro. Además, es recomendable consumir primero los productos más antiguos.
En el caso de percatarse de la presencia de estas larvas al interior del hogar, se recomienda limpiar y aspirar meticulosamente los armarios y despensas. Si no se quiere perder el producto, se sugiere lavar los alimentos o congelarlos por 30 minutos para eliminar los posibles huevos.