En varias oportunidades se han viralizado fotos y videos de padres famosos besando a sus hijos en la boca, generando de inmediato un extenso debate sobre si se debe o no hacer esto. Y es que lo que para algunos puede ser una expresión de cariño “normal” de un padre o madre a su hijo, para otros un acto confuso que se debería evitar.
A parte del aspecto social y sicológico, en donde algunos especialista de la psicología plantean que esto puede provocar confusión en los niños, debido a que la boca es una zona erógena, está el ámbito de la salud del niño y la transmisión de enfermedades; ya que la saliva es un vehículo para transmitir diversos microorganimos.
Se debe considerar, que la respuesta del sistema inmune de los niños está en vías de desarrollo, por lo que el contagio de ciertas enfermedades infecciosas puede provocar complicaciones graves, en comparación con la manifestación de estas patologías en adultos.
La boca, desde el punto de vista médico, es la puerta de entrada de diversos virus y bacterias que se encuentran en el ambiente; es la primera parte del tracto digestivo, puerta de entrada de los alimentos, participa en el intercambio gaseoso durante la respiración. Se pueden encontrar en ella más de 50 millones de bacterias, la mayoría forma parte de la flora normal, las cuales viven en nuestro organismo y mantienen el equilibrio fisiológico, por lo que no causan enfermedad.
A través del contacto bucal, e intercambio de saliva, se pueden transmitir muchas enfermedades. Entre las más comunes: resfrío, gripe, herpes, verrugas, Hepatitis B, mononucleosis infecciosa, también conocida como la enfermedad del beso.
Mononucleosis infecciosa
La Mononucleosis infecciosa, producida por el virus Epstein Barr, de la familia del Herpes tipo IV, es uno de los virus más comunes en la población adulta. Se estima que el 95% es portador del virus.
Esta enfermedad viral, prevalente en adolescentes y adultos de edad media, se manifiesta con cansancio, fiebre, cefalea, dolores musculares, dolor abdominal, faringitis y adenopatías. El cansancio puede persistir varias semanas o meses. La enfermedad puede provocar complicaciones graves, como la obstrucción de las vías aéreas, la rotura del bazo y síndromes neurológicos.
En niños, después de la incubación, es asintomática. El no presentar síntomas no significa que no sea portador del Virus, el cual permanece latente en los ganglios nervisos, para siempre.
Respecto al tratamiento, como es una patología de origen viral, el enfoque es en relación a los síntomas específicos que puede presentar el niño, como fiebre, erupción cutánea, malestar general. En la mayoría de los casos se indica reposo, hidratación y analgésicos.
En relación a la transmisión de microorganismos a través de la saliva, el “probar” la temperatura de la mamadera del niño, o “limpiar” chupete que cayó al suelo, en la boca de otra persona, es otro factor de riesgo para el niño. La boca del adulto no está limpia ni estéril de los microorganismos patógenos que pueden afectar e infectar al niño.
La prevención es la base de la salud, y como madre y padres, debemos tomar decisiones informadas respeto al trato y crianza respetuosa de nuestros hijos.
Carolina Martínez Fernández
Mamá y odontóloga APS.