Hoy, el portal LUN ha dado mucho de qué hablar por una entrevista que realiza a un pediatra. Le pregunta al profesional qué hacer cuando los niños hacen un berrinche (pataleta) o no quieren hacer lo que los padres les pedimos.
Desde mi punto de vista, el publicar una entrevista con esas conclusiones es un desacierto, ya que fomenta la violencia hacia los niños. Las las opiniones del profesional carecen de conocimiento: desconoce los avances de la neurociencia en términos del funcionamiento cerebral, desestima la realidad infantil en la que no pueden calmarse solos, invita a los padres a ignorar las necesidades de sus hijos y por último propone agresión física para evitar berrinches: propone ducharlos con agua fría si tienen una pataleta.
No me interesa descalificar al pediatra, ni invitarlo a perfeccionarse, le pediría que se limite a hablar de lo que sabe, y que lo que no, que no lo invente. Me interesa que ustedes, madres y padres, sepan que esta persona que ha recomendado ignorar a los niños cuando lloran y meterlos a la ducha fría es un pediatra que, lamentablemente, no ha estudiado acerca del desarrollo cerebral de los niños y no sabe que los niños necesitan madres pacientes que sepan contenerlos. De la misma manera ignora que el agua fría es considerado un método de tortura: en adultos y en niños.
No crean todo lo que lean, busquen la fuente, vayan a ésta y sigan su instinto. Aunque a muchas nos hayan tratado así cuando pequeñitas eso no justifica que ahora, con avances científicos que nos explican los daños, lo sigamos haciendo.
Lo que más me preocupa de este desacierto de LUN, es que muchas madres que no tienen otra fuente de información y que validan fuertemente la opinión de los médicos lo hagan. Me duele pensar en todos los niños que hoy serán mojados con agua fría porque un profesional de la salud lo dijo y un diario lo publicó. Me duele el mal trato en todas sus formas y más aún lo que implica que se invisibilice así a los niños: si alguien meterá a la ducha fría a su madre, a su marido, a su mujer, a su subrogante en el trabajo, a un perro o a un gato, sería maltrato hacia la mujer, abuso laboral, etc. Sin embargo es hacia un niño y no nos parece violento (tal como lo expuso Agustina Bosio en uno de mis comentarios en redes sociales)
Al parecer nuestros cuerpos dolidos, por los golpes de nuestros padres, nos hacen avalar la violencia: “a mi me pegaron y lo agradezco”, “me metían a la ducha fría y no estoy traumada”, “gracias a los correazos de mi madre soy profesional” y miles de frases que he escuchado de niños heridos a más no poder, que al convertirse en adultos defienden el poco de amor que les fue dado, se aferran a las miguitas de ternura y justifican a sus padres. No los culpo, no me culpo: es lo único que tuvimos para sobrevivir y lo hicimos lo mejor que pudimos. No puedo imaginar lo maravillosas personas que habríamos podido ser si nos hubieran tratado con más respeto. Sépanlo, sepámoslo: SI estamos dañados, SI. Es la razón que tenemos para estar anestesiados y no ver la violencia a la que están expuestos nuestros niños.
Creer que los niños nos manipulan es mirar a la infancia con el prisma adulto. Es decir, los adultos manipulamos: los niños piden lo que necesitan y como no saben ni entienden bien lo que sienten, se desbordan y no conocen las palabras correctas para expresar el malestar o en ese momento se enojan tanto que no encuentran otra forma de decirlo. ¿O acaso usted señor adulto nunca ha dado un portazo, o ha golpeado una mesa con el puño porque algo lo frustró o le dio rabia? Seguro lo ha hecho… ¿y por eso merece un castigo o una ducha fría?
Si usamos la violencia para “calmar” a nuestros niños, les estamos enseñando que da lo mismo lo que sientan o cómo lo sientan, ya que siempre vendrá otro con mayor fuerza o “autoridad” a callarlos y es así como los dejamos en bandeja para otro tipo de abusos.
Plasmo esta reflexión con la intención de aclarar que los niños no necesitan ser ignorados cuando están enojados, no merecen ni necesitan agua fría. Necesitan padres y madres con paciencia que sepan contener, escuchar, calmar y amarlos tal como son.
No me crean porque sí: lean acerca del cortisol y los efectos en el cerebro del niño, lean sobre desarrollo cerebral en los niñosy neurociencia, para que cuando alguien les diga que traten violentamente a sus hijos, ustedes tengan argumentos y puedan defenderlos y, por sobre todo, enseñar.
Este es el artículo en cuestión. Habla del berrinche que hizo uno de los hijos de Neil Patrick Harris, publicado en Las Ultimas Noticias el Jueves 12 de Marzo del 2015.
Varinia Signorelli C.
Ver comentarios (1)
Cuando yo era niño mi madre aplicó eso conmigo. Como me dio una crisis me bañó con agua helada casi a medianoche no sin antes haberme dado un par de cintarazos.