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Barbie: sé lo que quieras ser

 

 

Muchas de nosotras, desde niñas, jugamos y amamos a las Barbies; tener su ropa y accesorios era nuestro sueño más anhelado y, al menos yo, siempre deseé tener una niña para poder compartir con ella mi pasión por la muñeca más vendida de todos los tiempos. Aunque la verdad es que Barbie es tan transversal, que puede ser usado por niños y niñas.

Ahora ya grande, he descubierto que mi pasión por las Barbies no es nada comparada con la de otras personas; en Instagram sigo muchos coleccionistas de esta muñeca que invierten dinero y tiempo en mostrar su maravillosa colección, construyendo escenografías, usando la misma ropa que su muñeca porque consideran que se parecen físicamente (por favor, vean la cuenta @grandmagetsreal, una ex modelo que ya es abuela y es IGUAL a la abuela Barbie que salió en los 90).

Hasta teleseries arman entre sus muñecas… y otros les hacen ropa ondera,  las “disfrazan” de sus cantantes o actrices favoritas. Es un gran universo de amantes de Barbie, ese instagram. También hay cuentas que venden Barbies vintage; no sé si fue un efecto pandemia, pero han reaparecido aquellas Barbies de los noventa que muchas tuvimos o quisimos con el alma.

 

Es que esta muñeca transporta directamente a la infancia; abrir esos regalos de navidad con la Barbie que el Tata nos compraba a todas las primas, que después juntábamos fingiendo que eran primas perdidas, tardes enteras planificando la historia y la puesta en escena del juego que desarrollaríamos… supongo que la mayoría de nosotras, las que crecimos con Barbie, tenemos los mejores recuerdos de ella. Debe ser por eso que esas tiendas de Instagram que traen las que estaban de moda en los noventa son tan exitosas también. Y Barbie sigue siendo la muñeca más vendida.

Hubo cuestionamientos también en la historia de Barbie, pero creo que la reacción de Mattel a todas estas críticas son las que nos hacen amar a la Barbie; ¿qué hizo la compañía cuando cuestionaron el físico de Barbie? Lo re diseñó para que se pareciera más al de una mujer , con caderas anchas y pechos pequeños. Pasó lo mismo con el color de piel, con la inclusión de los cuerpos diferentes y de las culturas; Barbie sigue siendo rubia, pero tiene amigas latinas, afroamericanas y asiáticas, tiene cuerpos diferentes (hay una que es “Curvy”, más voluptuosa y curvilínea que las otras), incluso incluye a las personas con discapacidad o, mi favorita, a las personas con vitíligo.

 

Toda esta evolución de incluir las diferencias humanas en una muñeca tan adorada cobra sentido cuando leemos desde dónde surgió la Barbie. No sé si todas conocen su historia, pero la contaré igual porque me pareció maravillosa:

Ruth Handler, la creadora, se dio cuenta de que su hija Bárbara no lo pasaba tan bien jugando con las muñecas con formas de bebés. En un viaje a Europa, descubrió un maniquí en miniatura llamada Bill Lilli, una adulta que podía ser vestida a la moda. Con esa muñeca en sus manos, lo supo: a muchas niñas les gustaba más jugar a ser adultas con ocupaciones diferentes a ser mamá y dueña de casa y, con esa idea en la cabeza, presentó su idea en Mattel, la compañía que dirigía con su esposo. Obviamente, su idea revolucionaria le pareció muy escandalosa a los otros directivos; las niñas soñaban con ser mamás y ese era el mercado seguro. Pero, no por nada era prácticamente la única mujer a la cabeza de una gran compañía y sacó su idea adelante, hasta lograr la primera Barbie, esa que mira para el lado y vestía un traje de baño negro con rayas blancas, que resultó ser un éxito, porque, efectivamente, había una gran cantidad de niñas que no querían jugar a ser mamás (que impacto debe haber sido para la sociedad).

 

Desde el momento de su concepción, Barbie ha tenido ideas feministas, porque nunca se quiso casar (fue novia un millón de años de Ken, pero nunca se casó), tenía casas, mansiones, autos y helicópteros, no tenía hijas, si no hermanas (Skipper la adolescente, Stacy la pre púber, Kelly o Chelsea la niñita y Krissy la bebé), un montón de amigas con muchas formas y colores, además de lo más importante de todo: sus profesiones. Barbie, como dice su lema, es ser lo que quiere ser. Abogada, astronauta, gimnasta, bailarina, princesa, piloto de avión, doctora, veterinaria, profesora y todas, todas las profesiones que se les ocurran están en la Barbie, adecuada para todos los intereses de las niñas del mundo. No todas soñamos con ser doctoras, para nosotras está la Barbie cantante, bailarina de ballet, pintora, estilista… ¡hasta de mascotas! Tenemos un inmenso universo de posibilidades para elegir en la vida y Barbie nos muestra que podemos ser todo lo que queremos.

 

Es bonito pensar en la evolución de Barbie. En la vida real, Lisa Simpson hubiera logrado que su muñeca con frases feministas saliera al mercado y fuera un verdadero éxito (si alguien no entiende la referencia: “Lisa contra la Baby Malibú”, episodio 14 temporada 5, una verdadera obra de arte). Hay varios casos de niñas que se han puesto en contacto con la compañía porque consideran que se han equivocado en algo, como cuando apareció Becky, la amiga en silla de ruedas de Barbie y una chica de 17 años con parálisis cerebral les hizo notar que el ascensor de la casa de Barbie no tenía suficiente espacio para la silla de ruedas… ¿qué hizo Mattel? Adaptó la casa para Becky.

Lo mejor de esta historia es que tengo la excusa de seguir jugando y seguir siendo niña, cuando juego.

La verdad es que creo que Barbie nos hizo soñar en lo que seríamos cuando grandes. Sí que cumple el “sé lo que quieras ser”.

Equipo Supermadre

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