La “antibioresistencia” aparece cuando una bacteria evoluciona y se convierte en resistente a los antibióticos que se utilizan para tratar infecciones. Representa “un inmenso peligro para la salud mundial”, indicó la directora general de la OMS, Margaret Chan.
Otitis, bronquitis, amigdalitis, entre otras “itis”, son recurrentes en la edad pediátrica, ya sea por bajas defensas o estar expuesto a otros niños enfermos en la sala cuna o el jardín infantil. La solución parece simple y rápida: administrar antibióticos según prescripción médica. El problema es que no es definitiva y el uso reiterado de este tipo de medicamentos puede ser más complicado que la misma enfermedad.
Así lo advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS) ayer lunes 16 de noviembre, explicando que la “antibioresistencia” aparece cuando una bacteria evoluciona y se convierte en resistente a los antibióticos que se utilizan para tratar infecciones.
Este fenómeno se debe al consumo excesivo de antibióticos y a su mal uso.
La investigación, publicada en Ginebra, revela que cualquier persona puede verse afectada por una infección resistente a los medicamentos. Pero según una encuesta en 12 países incluida en el estudio, un 44% de las personas preguntadas cree, erróneamente, que la resistencia sólo afecta a los que abusan de los antibióticos. Más del 60% de los encuestados cree también erróneamente, que los pacientes que toman correctamente sus remedios no tienen ningún riesgo.
Por eso, el primer objetivo de la organización es luchar contra las ideas falsas. Más del 75% de los encuestados piensa, por ejemplo, que la resistencia a los antibióticos se produce cuando el organismo se convierte en resistente. Pero en realidad se trata de bacterias -y no de seres humanos o animales- que se convierten en resistentes.
Para resolver el problema, la OMS recomienda tomar antibióticos sólo si los receta el médico, seguir todo el tratamiento hasta el final (incluso si el paciente ya se siente mejor), no utilizar antibióticos que hayan sobrado de un tratamiento anterior y nunca compartirlos con otras personas.
¿Le das antibiotico a tus hijos?