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Andadores, centros de actividades y saltarinas: las razones para mantenerlos alejados de los bebés y niños

“¿Cuál es el mejor andador para mi bebé?”. Esta es una de las preguntas que más se repiten en cientos de artículos que circulan en Internet. Y la respuesta es categórica: El que no se usa.

Así de tajante es la opinión de los expertos sobre estos objetos que son comercializados en la sección de “juguetes” para infantes.

Y es que sin ir más lejos, La Academia Estadounidense de Pediatría los rechaza. Canadá prohibió en 2004 su fabricación, ya que por culpa de los andadores las caídas por las escaleras aumentaron y se transformaron en la causa más frecuente de lesiones graves en la cabeza en niños menores de dos años. Mientras que estudios realizados en Chile, registraron accidentes atribuibles a los andadores en el 45,6% de los usuarios.

Razón más que suficiente para que el mundo pediátrico nacional e internacional coincida en lo mismo: la utilización de andadores no otorga beneficios y sí muchos riesgos. Desde el más simple al más grave, como lo son los vuelcos, choques, y caídas por la escalera, los niños presentaron contusiones, laceraciones, traumatismos de cráneo y fracturas diversas e incluso aumentan el riesgo de quemaduras e intoxicaciones.

Entonces, ¿si no otorgan ningún beneficio, para qué fueron fabricados? Lo cierto es que la creación de los andadores no tuvo una finalidad infantil. Los primeros esbozos se diseñaron para ayudar a personas adultas con dificultades para caminar, lo cual se desvirtuó con el tiempo convirtiéndose en un difundido instrumento para ayudar a las mamás en el cuidado de su hijo/a.

Incluso, muchas mamás y papás ponen a sus hijos en andadores antes de la edad en que logran sentarse solos, es decir, antes de lograr mantener una posición vertical en contra de la gravedad, lo que aumenta el riesgo de accidentes.

Existen reflejos de apoyos laterales y anteriores, que se desarrollan a los 8 y 6 meses respectivamente y que consisten en la colocación rápida de las manos con los codos extendidos, cuando el niño cae hacia los lados o hacia adelante, evitando así que se golpee la cabeza contra el suelo.

El movimiento y sus inicios

Los primeros movimientos observados en el embrión humano son entre las 7 y 8,5 semanas de gestación. Son pequeños movimientos de inclinación lateral de la cabeza y/o cuerpo, con movimientos generales gruesos de velocidad y amplitud variable, que no tienen un inicio determinado en ningún segmento en particular.

Los movimientos generales aparecen en la vida fetal entre las 9 y 12 semanas de edad postmenstrual y están presentes hasta los 4 meses de edad postérmino. Desde esta fecha se reemplazan gradualmente por los movimientos voluntarios orientados a tareas adecuados para la edad.

Por lo tanto, desde la vida intrauterina que estamos en constante movimiento, porque así es como vamos desarrollando y estimulando nuestro cerebro.

A continuación enumero los problemas que genera cada uno de éstos artículos:

ANDADOR:

El andador es el que más genera controversia, por que muchos piensan que este aparato ayuda a la estimulación de la marcha, pero la verdad es que no es así.  Más bien la retrasa y otorga un patrón de marcha anormal.

Durante los primeros años de vida, es primordial enviar la información correcta a nuestro cerebro, para que la asimile como tal y pueda ejecutar de buena manera una acción. Es por esto que el uso de andadores otorgan un feedback erróneo al cerebro sobre cómo aprender a caminar.

El andador produce debilidad en los músculos de brazos y piernas, siendo incapaz de balancearlos en forma alterna porque no las ocupa para el traslado, ni para soportar su cuerpo o cambiar de posiciones. Tampoco ayuda para descargar peso o alcanzar un objeto.

Además genera debilidad de tronco y en especial de pelvis, porque no activa su musculatura, que más adelante le servirá para la bipedestación (estar de pie) independiente y marcha , y requerirá de muy poco esfuerzo para mantener el equilibrio, debido a que el calzón de este aparato soporta su peso.

Por otra parte, puede adquirir posturas anormales de las piernas o las caderas y alteraciones en las curvaturas normales de la columna vertebral, que favorecerán caídas frecuentes y una deficiente coordinación motora que le impedirá ser hábil al jugar, correr y en las actividades deportivas.

Otro riesgo propio del andador, es la tendencia a que el bebé se acostumbre a caminar en puntas de pie, lo que puede originar acortamiento muscular y perjudicar su posterior marcha y equilibrio. “A todo este panorama se suma la inmadurez del niño para manejar un aparato que favorece, comprobadamente, el riesgo de accidentes en el hogar”.

Los profesionales del Departamento de Sicología de la Universidad Case Western Reserve de Cleveland (Estados Unidos) se propusieron investigar el tema de los andadores, y los resultados dieron cuenta de una particular desventaja que se mantenía oculta frente a la enorme lista de desventajas antes mencionadas. El estudio demostró que estos vehículos, especialmente los de nuevo diseño, retrasan el desarrollo infantil no solo en la marcha, lenguaje y aprender a sentarse, sino también en los índices generales de inteligencia. Los nuevos andadores, que constan de grandes bandejas para que los pequeños puedan jugar con las manos, impiden que el niño pueda ver sus pies en movimiento y que pueda sortear los objetos que se encuentran a su alrededor cuando camina, lo cual provoca también retrasos en su desarrollo físico y mental.

Centros de Actividades y Saltarinas

Centros de actividades, tan lindos que se ven llenos de juguetes, llenos de estímulos para el bebé. Pero ¿son realmente beneficiosos para él? La respuesta es tajante: NO.

Primero, que todo un bebé antes de los 7 meses no debiera estar verticlizado o de pie, ya que su estructura anatómica no está preparada aún, y uno menor a esa edad solo necesita jugar en el suelo, para explorar, activar y estimular su sistema cognitivo, musculoesquelético, sensorial,  entre otros, para “ingeniarse” como llegar al juguete que esta mirado.

Si nosotros ponemos a un bebé menor de siete meses de pie, vamos a estar generando una sobre carga en caderas y tronco,  sus piernas estarán rígidas y en extensión, sumado a esto y dentro de lo más importante es que el bebé perderá las experiencias  de haber jugado de guatita, sentado, girando, cambiando constantemente de posición, ya que esta nueva postura (estar de pie) le gustará porque puede alcanzar juguetes o cosas más interesantes.

Las experiencias previas al estar de pie tienen una gran relevancia, ya que serán las que le otorguen todas sensaciones propioceptivas ( “propio-”, que significa de uno mismo; y “-cepción”, que significa consciencia. Es decir, la consciencia de lo propio: la consciencia de la propia postura corporal con respecto al medio que nos rodea), resolución de problemas, sortear obstáculos, distintas texturas, temperaturas, etc. El mejor camino para desarrollar la motricidad y el andar es trabajar de cerca con el niño en el suelo o en un corral que le permita desplazamiento libre. Los juegos en este espacio favorecen las reacciones de equilibrio y las transiciones de una postura a la otra en su secuencia normal, la activación propia de la musculatura que más adelante le ayudara a mantener la posición de pie y posteriormente a dar sus primeros pasos.

SALTARINA

¿Por qué la saltarina está en esta lista, si el bebé debe impulsarse con sus piernas para saltar?  Sí, es verdad, el bebé para jugar debe impulsarse con sus piernas, pero no está generando que soporte su propio peso, ya que el calzón de este aparato lo realiza por él, por lo tanto no activará su musculatura para las posturas posteriores.  Limita la exploración que dentro de los primeros años de vida es el juego preferido, generando mayor conexiones neuronales para un posterior aprendizaje.

Ahora respondemos la siguiente pregunta. ¿Cuál es el mejor juguete para estimular  a mi bebé de manera correcta y adecuada? La respuesta es clara: El Suelo. Es lo más seguro, les permite aprendizaje a través del movimiento y  exploración!

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Michelle Espinoza

Kinesióloga

Diplomada en Neurokinesiología Pediátrica

Instagram: @Kinemef

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